Esta semana, la borrasca Efraín ha dejado severas inundaciones, especialmente en Extremadura, donde ha llegado a partir una carretera e incomunicar pueblos. Unas precipitaciones que han causado muchos problemas, pero que también ha dejado notas positivas: los embalses españoles cerrarán el año al mismo nivel que el pasado año cuando la previsión era la de tener un invierno seco que agravase la situación de sequía que golpeó con fuerza al campo español durante el verano.
Los embalses están en estos momentos al 42,01%, cuando el pasado año a estas alturas estaban al 42,31%. Una cifra que se ha conseguido gracias a las precipitaciones de estas dos semanas, ya que la diferencia se ha acortado de forma abrupta. Según el boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica, en tan solo una semana ha aumentado un 6,3% la cantidad de agua embalsada que hay en España.
Lo curioso es ver cómo la gráfica se ha comportado de la misma manera que en 2021 pero por varios niveles por debajo hasta la llegada de estas lluvias, que han cambiado el comportamiento de la gráfica de manera ascendente. La borrasca Efraín, presente en nuestro país durante las dos últimas semanas, ha sido lo que ha marcado la diferencia con el resto del año.
Esto permite cerrar el año en números rojos, aunque lejos de las previsiones que se hicieron en verano, por lo que la noticia es positiva. El problema es que España se aleja, por segundo año consecutivo, de la media de los últimos diez años, que se sitúa en un 52,68% a estas alturas del año.
Extremadura, que precisamente ha sido la comunidad más afectada por la borrasca, ha obtenido una recuperación récord de los niveles de agua: en apenas una semana, los embalses han pasado de ofrecer menos agua que en los dos últimos años a superar ambas gráficas y quedarse muy cerca de la media de los últimos diez años. El crecimiento ha sido de un 13,75%, ofreciendo así un 49,41% de la capacidad total, muy por encima del 36,82% con el que cerró 2021. Cáceres ha sido la provincia con mayor aumento de España, con un espectacular 21,97%. La segunda, Segovia, con un crecimiento del 13,51%.
En otros puntos como Andalucía, Efraín ha permitido obtener una tibia recuperación. Andalucía es el mejor ejemplo: es la comunidad con menos porcentaje de agua embalsada (28,37%), pero el crecimiento de un 4,4% permite aplacar en cierta medida la crisis vivida en la comunidad desde hace meses. Tiene provincias especialmente críticas, como Almería y Córdoba, ambas por debajo del umbral del 20%.
Castilla-La Mancha y Madrid han sufrido un efecto similar: ambas estaban por debajo de los niveles de otros años y gracias a la borrasca Efraín, han logrado recuperar las cifras de 2021. En la capital ha habido un crecimiento del 5,57%, situándose un 0,28% por debajo del pasado año. En el caso de Castilla-La Mancha, el crecimiento ha sido menor (3,39%) pero ha permitido que crezca la gráfica de manera súbita: está en un 34,17% y hace un año, en un 34,28%.
En el resto de España, el comportamiento es distinto y las gráficas se comportan de una manera similar. En Castilla y León, Efraín solo ha afectado a la zona sur, a Segovia, aunque no al resto, por lo que la gráfica es idéntica (aunque por debajo), a la de otros años. En la zona norte (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco), la gráfica ha mantenido la misma curva que en años anteriores.
Como nota positiva, la Comunidad Valenciana: es la única autonomía que posee niveles por encima de los dos años anteriores, superando además la media de los últimos diez años.
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