Un episodio sobrevenido tuvo lugar en el Aeropuerto Internacional de Santiago-Rosalía de Castro, históricamente conocido como el aeropuerto de Lavacolla, en las inmediaciones de Santiago de Compostela. Seis cazas de combate británicos y un avión de transporte militar con efectivos a bordo del mismo país daban la señal de alerta: habían detectado una anomalía en el sistema eléctrico de una aeronave. En una operación no prevista inicialmente, todos los aviones tomaron tierra, obligando a los militares a pasar una noche improvisada en Galicia.
Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes, 26 de mayo, según adelantó La Voz de Galicia y han confirmado a Vozpópuli fuentes militares. La incidencia sorprendió a esta flotilla de aeronaves militares en pleno vuelo cuando realizaban un trayecto desde Portugal rumbo a Reino Unido, su país de origen.
En total volaban siete aviones militares de la Fuerza Aérea Británica (RAF). Seis de ellos eran cazas de combate F-35B, un modelo que ha llamado la atención a la Armada española por su capacidad de despegues cortos y aterrizajes verticales, lo que permitiría su actividad a bordo del buque anfibio portaeronaves Juan Carlos I, donde actualmente operan unos Harrier ya al límite de su obsolescencia.
La séptima aeronave era un Airbus A330 MRTT, con una envergadura de 60 metros y diseñado especialmente para hacer las funciones de avión cisterna, permitiendo el repostaje en vuelo de otros aviones con menor autonomía de vuelo, como lo son los propios cazas de combate F-35B con los que volaba.
Anomalía cerca de Galicia
En un momento dado, cuando sobrevolaban cerca del espacio aéreo español, muy cerca de Galicia, detectaron la anomalía que afectaba a uno de los cazas de combate. Se trataba de un fallo eléctrico que, de acuerdo a los protocolos establecidos, obligaba a aterrizar en algún aeropuerto cercano para evitar problemas de seguridad. Y ese aeropuerto era el ubicado en Lavacolla, el Santiago-Rosalía de Castro.
Tras comunicar con las autoridades en tierra, se habilitó un espacio en la zona militarizada del aeródromo. Los seis cazas de combate y el avión cisterna aterrizaron sin mayores complicaciones, en una parada que no estaba prevista en su plan de vuelo inicial.
Una noche en tierra
Los mecánicos realizaron una inspección a fondo de las aeronaves de la RAF, localizando la avería eléctrica en uno de los cazas de combate F-35B. Las gestiones y las demoras derivadas del aterrizaje imprevisto obligaron a los militares del Reino Unido a buscar alojamiento en hoteles de Santiago de Compostela para pasar la noche.
Un día después, en la tarde del sábado 27 de mayo, los cinco cazas de combate que no habían registrado ninguna incidencia y el avión cisterna de la Fuerza Aérea Británica partieron desde Santiago de Compostela para regresar de forma definitiva al Reino Unido. En tierra se quedó el sexto F-35B, a la espera de reparar la incidencia para poder volver a su país sin ningún tipo de riesgo.
El incidente de los siete aviones militares británicos no pasó desapercibido en redes sociales, cuyos usuarios siguieron a través de aplicaciones de rastreo de vuelos las inusuales maniobras de las aeronaves de la RAF, hasta que por fin se aclaró que aterrizaban en el Aeropuerto Internacional Santiago-Rosalía de Castro debido a la incidencia sobrevenida.
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