Galicia

La alcaldesa de La Coruña ‘ficha’ para un ciclo cultural a un poeta condenado por su pertenencia a ETA

Joseba Sarrionandia, que logró fugarse de la cárcel escondido en un altavoz, residió 30 años prófugo de la Justicia y regresó al País Vasco en 2021, tras prescribir sus delitos

El Ayuntamiento de La Coruña, presidido por la socialista Inés Rey, ha contratado al escritor vasco Joseba Sarrionandia Uribelarrea, con un largo historial delictivo por su pertenencia a la banda terrorista ETA, para participar en un ciclo cultural que lleva por título Poetas Di(n)versos. El pasado violento de Sarrionandia ha sido convenientemente edulcorado por el Consistorio coruñés a través de una nota en la que se destaca que “su obra va unida a su situación personal como preso y exiliado, y estas vivencias impregnan la temática de una época a la que se suman otras más vanguardistas e incluso alegóricas y metafóricas”. En otras palabras, que la supuesta profundidad de su obra poética está ligada a los duros tiempos que tuvo que sufrir como “preso y exiliado”.

Sarrionandia es el 'Sarri' de la canción del grupo Kortatu, versionada en multitud de ocasiones por otros grupos tanto vascos como del resto de España. 

Lo que no cuenta la nota es que el escritor invitado, que estará este lunes en la capital atlántica presentando sus creaciones junto a la poeta, activista y periodista Charo Lopes, se escapó en 1985 de la cárcel tras ser condenado, un lustro antes, por su pertenencia a la banda ETA. Y tampoco que permaneció en paradero desconocido durante más de treinta años, hasta 2016, fecha en la que dio a conocer que llevaba un tiempo residiendo en La Habana (Cuba). Ya en 2021 regresó a su tierra natal, Euskadi, con su historial penal limpio debido a la prescripción de la condena.

Ni cinco años en prisión

En su historial delictivo figura el secuestro del industrial vasco José Garavilla, que sería liberado tras el pago como rescate de una fuerte suma de dinero, además de otras muchas acciones relacionadas con el almacenamiento de armas y explosivos, la colocación de una bomba que fue desactivada ante el Palacio de Justicia de Bilbao y el atraco en una caja de ahorros. El reo tendría que haber cumplido unos treinta años de cárcel, pero su huida del penal de Martutene provocó que no pasase ni cinco entre rejas.

La fuga tuvo lugar después del concierto que ofreció en la cárcel el cantante Imanol Larzabal, sin que este lo supiese, al esconderse en uno de los bafles utilizados por el músico. Junto a él también escapó, por el mismo método, otro preso etarra, Iñaki Pikabea. El activista etarra nunca ha mostrado arrepentimiento por sus delitos, opina que la represión contra los independentistas vascos continúa e incluso afirmó, en una entrevista publicada por Gara en 2013, que “en este momento, se diga lo que se diga, las víctimas mayores de la situación son los presos y sus familiares, contra los que se siguen aplicando todas las legislaciones reglamentarias y especiales habidas y por haber, encubriendo con ese manto de legalidad y normalidad la venganza que se quiere establecer contra ciertas cabezas de turco”.
También ataca con dureza a las fuerzas de seguridad y señala que lo de pedir perdón no entra en su cabeza: “A mí, policías españoles me torturaron de manera salvaje durante ocho días en el año 80 y ¿para qué quiero yo que me pidan perdón? Ojalá se haya olvidado de mí aquella gente. Feliz estoy de no haber vuelto a verlos”.

En su trayectoria como escritor, Sarrionandia ha recibido diversos premios y está considerado como uno de los autores más influyentes de la literatura vasca de las últimas décadas. En junio de 2022 recibió el diploma de miembro correspondiente de la Euskaltzaindia, la Real Academia de la Lengua Vasca, treinta años después de su nombramiento.

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