Si alguien tiene todavía dudas sobre las medidas que impulsará el BNG para potenciar el uso de la lengua gallega, especialmente en el ámbito educativo, en el caso de que Ana Pontón logre convertirse en la próxima presidenta de la Xunta, tan solo tiene que leer las propuestas que el partido nacionalista incluye en su programa electoral de una forma especialmente destacada. En resumen, lo que pretende el Bloque es “elaborar un modelo de inmersión lingüística con el objeto de conseguir la plena normalización lingüística y una enseñanza totalmente en gallego”. El enunciado, como se aprecia, es rotundo y no deja lugar a interpretaciones: “Enseñanza totalmente en gallego”.
Este proyecto de “inmersión lingüística” no debería sorprender a quienes conocen mínimamente las directrices políticas y sociales de la fuerza que capitanea Ana Pontón, pero es muy posible que tal rotundidad sí llame la atención a muchos electores que no se han preocupado lo suficiente en estudiar a fondo el programa del BNG de cara a las próximas elecciones autonómicas del 18 de febrero. Y seguramente por eso el candidato del Partido Popular, Alfonso Rueda, puso tanto énfasis en destacar, durante el debate electoral celebrado el pasado lunes en la televisión pública de Galicia, que si la oposición de izquierdas logra hacerse con el poder lo primero que hará será ‘cargarse’ el modelo lingüístico actual, basado en un reparto igualitario del gallego y del castellano en las aulas de la comunidad, para imponer otro similar al que impera en Cataluña.
Muchos analistas consideran que el PP no anda desencaminado a la hora de advertir sobre este hecho a los votantes de la izquierda moderada que no comulgan con las imposiciones lingüísticas y que al final se verían sometidas a ellas si colaboran de forma indirecta con la formación de un gobierno ‘multipartito’ liderado por el BNG.
Probablemente la propia Ana Pontón no está muy interesada en hacer demasiado hincapié en dicha propuesta en este momento, o esa al menos fue la impresión que dio, durante el citado debate en la TVG, cuando Alfonso Rueda dio lectura al programa del BNG en materia idiomática. Así, la candidata llegó negar lo que figura en dicho documento y se limitó a señalar que habrá “libertad para elegir”, sin ahondar más en la materia, a lo que Rueda contestó con un rotundo “lea usted su programa, señora Pontón”.
Para llevar a cabo su plan de “inmersión”, el Bloque propone “la derogación inmediata del decreto de plurilingüismo” aprobado en el año 2010 con efectos sobre la enseñanza no universitaria, y “aprobar una nueva ley de Normalización Lingüística para reconocer el gallego como lengua vehicular” en las aulas. En otras palabras, tumbar la normativa que lleva vigente durante los últimos 14 años y acabar con las ‘cuotas’ asignadas tanto al gallego como al castellano.
Sobre este aspecto, el citado decreto señala que “el Estatuto de autonomía de Galicia, en su artículo 5, define el gallego como lengua propia de Galicia y dispone que los idiomas gallego y castellano son oficiales en Galicia y que todos tienen el derecho de conocerlos y usarlos. Asimismo, establece que los poderes públicos de Galicia potenciarán el uso del gallego en todos los planos de la vida pública, cultural e informativa, y que dispondrán de los medios necesarios para facilitar su conocimiento”. Añade que “el presente decreto es de aplicación en todos los centros docentes sostenidos con fondos públicos, así como en los privados que imparten las enseñanzas reguladas en la Ley orgánica 2/2006, del 3 de mayo, de educación, en el ámbito de la Comunidad Autónoma de Galicia”.
La norma, que apuesta por el uso del gallego en la enseñanza, matiza que esa directriz no puede suponer “una restricción de los derechos del personal docente” y garantiza el “máximo equilibrio posible en las horas semanales y en las asignaturas impartidas en las dos lenguas oficiales de Galicia, con el objetivo de asegurar la adquisición de la competencia en igualdad en ellas”. En cuanto a la etapa de educación infantil, el decreto fija que “el profesorado usará en el aula la lengua materna predominante entre el alumnado, si bien deberá tener en cuenta la lengua del entorno y procurará que el alumnado adquiera, de forma oral y escrita, el conocimiento de la otra lengua oficial de Galicia dentro de los límites de la etapa o ciclo”.
También da mucha importancia a la opinión de los progenitores, como se refleja en el siguiente artículo: “La lengua materna predominante del alumnado será determinada por el centro educativo de acuerdo con el resultado de una pregunta que se efectuará a los padres, madres, tutores/as o representantes legales del alumno/a antes del comienzo del curso escolar acerca de la lengua materna de su hijo o hija”. De igual forma, “se atenderá de manera individualizada al alumnado teniendo en cuenta su lengua materna”.
Aunque cada etapa escolar tiene sus peculiaridades particulares, en lo tocante a la educación secundaria el decreto actual fija que “se impartirán en gallego las asignaturas de Ciencias sociales, geografía e historia, Ciencias de la naturaleza y Biología y geología, y en castellano las asignaturas de Matemáticas, Tecnologías y Física y química”. Añade que “cada centro educativo, según el procedimiento establecido en el reglamento de centros, decidirá la lengua en que se impartirá el resto de asignaturas de cada curso, garantizando que las asignaturas en gallego y en castellano se distribuyen en el mismo porcentaje de las horas semanales”.
Como se puede apreciar, los ‘modelos’ gallego y catalán no son en absoluto comparables. Y el BNG parece dispuesto a efectuar, si le dejan, un ‘lifting’ integral al primero para que se parezca lo más posible al segundo pese a que Ana Pontón se refiera a la “libertad para elegir”. ¿Tendrá que leer su propio programa, como le espetó Alfonso Rueda en el debate?
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