Galicia

De ser un hotel familiar a Gran Hermano para parejas: el voyeur que mancilló la herencia de sus padres

El Hotel Vilaboa en Bóveda (Lugo) sigue funcionando tras la detención de su propietario por grabar con una cámara oculta a las parejas que se hospedaban

El Hotel Vilaboa en Bóveda (Lugo) siempre ha sido un estandarte del turismo gallego gracias a la belleza natural de la Ribeira Sacra. Un negocio familiar y acogedor que acogía a centenares de clientes todos los años. Sin embargo, en los últimos tiempos, un rumor oscuro circulaba en el pueblo, de poco más de 1.500 habitantes: en su interior se grababa a las parejas. Después de meses de investigación la Guardia Civil ha detenido al propietario de este negocio que ocultaba en los relojes cámaras para inmortalizar las relaciones sexuales de los inquilinos.

Este hotel, ya casi maldito, siempre ha sido regentado por un matrimonio de la localidad. Una pareja conocida en Bóveda por su dedicación y su buen hacer. Ni una queja. Siempre dispuestos, atentos y con unas reseñas inmejorables en redes sociales. El paso del tiempo provocó que, hace unos años, el hijo de los dueños heredara el negocio familia. Nada hacía presagiar los sucesos que se iban a vivir entre sus paredes.

El sucesor se dedicaba en cuerpo y alma a las parejas que recibía en su negocio, que contaba con más de una veintena de habitaciones. Les agasajaba con bombones y champán para que disfrutaran de una estancia idílica. La normalidad saltó por los aires en octubre del año pasado cuando dos parejas descubrieron el oscuro secreto del propietario.

Una pareja de Zamora, que pasaba unos días de relajación en el hotel, detectó una luz que se reflejaba en la pared detrás de un reloj. De esta forma descubrieron una cámara instalada con orientación a su cama. Los jóvenes preguntaron a sus vecinos de habitación, de Lugo, y éstos también tenían sistemas de grabación en su alojamiento. No se conocían.

Las dos parejas abandonaron el hotel de forma abrupta y muy enfadados. De camino a casa recibieron la llamada del dueño: les iba a devolver el dinero de su estancia y una suma de 300 euros por las molestias causadas. No aceptaron la oferta y acudieron a denunciar lo que vivieron. Aportaron las tarjetas que había instaladas en los dispositivos.

La investigación del hotel

La Policía Judicial de Monforte de Lemos de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación del sucesos. Comenzaron las complejas diligencias con suma discreción, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli. Una de las dificultades con las que contaron es que los clientes expusieron el problema que habían vivido en los comentarios de la página web del hotel. Esta circunstancia alertaba al propietario y tenían que ir con mucha cautela para no llamar su atención.

"Tomamos la decisión de esperar", señalan estas fuentes. El caso dio un nuevo giro hace un mes. Una nueva pareja, en este caso de la localidad cercana de Monforte de Lemos, denunció la misma situación.

El negocio oculto del propietario de un hotel de Lugo: escondía cámaras en relojes para grabar a las parejas
El negocio oculto del propietario de un hotel de Lugo: escondía cámaras en relojes para grabar a las parejas

La chica relató a los agentes que había ido más veces al hotel. En esta última ocasión, se lo comentó a una amiga quien le alertó de que se grababa a las parejas en las habitaciones. Un rumor que le hizo acudir con cautela. Cuando llegaron a su alojamiento descubrieron que el rumor era una realidad y se llevaron el reloj con la cámara del establecimiento.

Esta acción fue fundamental para que la PJ de la Guardia Civil solicitara al juzgado la autorización para registrar el hotel, la casa del dueño y las oficinas del establecimiento. Los funcionarios detuvieron al dueño e incautaron dos ordenadores portátiles, discos duros, los dispositivos de grabación y una gran cantidad de memorias portátiles. Este hombre pasó a disposición judicial hace una semana y quedó en libertad.

El dueño se esperaba la detención

Los agentes sospechan que este hombre solo colocaba cámaras en las habitaciones a las parejas que podían tener relaciones sexuales. Las seleccionaba y tres horas antes de su llegada ubicaba los dispositivos en dirección a la cama. En las imágenes se ve parcialmente su cara como las sitúa, según estas mismas fuentes. En principio, este propietario consumía las imágenes como un voyeur.

Cuando fue arrestado por los agentes no dijo ni una palabra. No estaba sorprendido y se lo esperaba. Sus padres, que ya son personas mayores, acudieron avergonzados al registro del que había sido su negocio.

La Guardia Civil está a la espera de recibir la autorización del juzgado para analizar y volcar los datos de los dispositivos incautados para determinar desde cuándo realizaba estas acciones. De forma paralela el negocio nunca ha cerrado sus puertas. Un hotel familiar con una reputación intachable que ha sido mancillada por su heredero.

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