Cientos de voluntarios siguen este lunes limpiando las playas gallegas más afectadas por la 'marea' de microplásticos procedentes de un buque que perdió parte de la carga cuando navegaba frente a la costa portuguesa mientras, tierra adentro, se recrudece la guerra de acusaciones que mantienen el Gobierno central y la Xunta sobre las responsabilidades de cada cual en torno a este vertido, que ha teñido de blanco numerosos arenales de la comunidad.
En la recogida de las pequeñas bolas de microplástico se han involucrado numerosas asociaciones ecologistas y vecinales, que son las que están organizando, a través de las redes sociales, las tareas de limpieza por las playas más afectadas, que se extienden principalmente por los municipios de Noia, Porto do Son, Ribeira, Muros y Muxía. El principal problema es entresacar de la arena estas diminutas piezas contaminantes, que exige un trabajo minucioso para evitar que buena parte del vertido quede enterrado y vuelva a ‘resurgir’. Pese a todo, los expertos recomiendan no escarbar en la arena y utilizar un colador para limpiar inicialmente solo las zonas superficiales.
También recomiendan no pisar mucho las zonas de mayor concentración de microplásticos para evitar, precisamente, su enterramiento. Aunque la labor de estas brigadas está dando muy buenos resultados, todo indica que la limpieza total irá para largo, porque el vertido procedente del mercante ‘Toconao’ se ha extendido por otros arenales que inicialmente no figuraban entre las zonas de intervención prioritarias. Es el caso de varias playas de la Mariña lucense, que han empezado también a teñirse de pellets ante la desesperación de los responsables de organizar las tareas de recogida.
Discrepancias por el nivel de emergencia
La Xunta de Galicia, que hace varios días decretó el nivel de emergencia 1, el correspondiente a casos de contaminación leves, insiste en que el Gobierno central ha proporcionado escasos datos sobre el vertido y le acusa de mentir sobre las fechas en que reconoció la existencia del mismo. La respuesta desde Madrid ha consistido en reclamar al Gobierno gallego que “ejerza su competencia” y suba el nivel de alerta hasta el grado 2 con el fin de poder brindarle "apoyo efectivo" en la recogida y limpieza de los pellets. Se trata de una acción necesaria, aclara, para poder movilizar medios estatales de acuerdo al protocolo sobre “emergencias de especial vulnerabilidad". Señala, además, que la Xunta debe pedir esa ayuda de forma expresa porque solo el siguiente nivel, el 3, atañe a situaciones “de interés nacional”.
El Gobierno, "preparado para intervenir"
Bajo estas premisas, el Gobierno central afirma que sus medios están "preparados para intervenir en cuanto el Gobierno autonómico lo requiera" y sostiene que comunicó a la Xunta el incidente que afectó al buque, con bandera de Liberia, el 20 de diciembre. El presidente gallego, Alfonso Rueda, ha desmentido este lunes dicha información y ha señalado que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no informó de nada a la Administración Autonómica hasta el 3 de enero. Es más, afirma que tuvo que esperar hasta este domingo, 7 de enero, para recibir una llamada de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, en la que le ofreció su colaboración, aunque a día de hoy aún no ha recibido la información que le solicitó sobre los vertidos.
Según las estimaciones, el contenedor accidentado albergaba mil sacos de pellets y se desconoce si se hundió o no, por lo que aún no se sabe la cantidad exacta del vertido. Mientras tanto, la vicepresidenta segunda y conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, y el conselleiro del Mar, Alfonso Villares, se han reunido con el cuerpo de Guardacostas de Galicia, técnicos ambientales y personal del Intecmar para hacer un seguimiento de la limpieza de las playas afectadas. Villares ha señalado que personal autonómico ha cogido muestras de los vertidos y que ya fueron enviadas a analizar para conocer con detalle su composición. De momento no consta que haya especies de aves afectadas por la marea de microplásticos.
La Xunta también ha desplazado a la costa a un grupo integrado por agentes medioambientales, vigilantes y personal especializado para que proceda a la retirada de residuos industriales del Parque Natural de Corrubedo, en La Coruña, y de las lagunas de Carregal y Vixán . Hasta allí se desplazó para supervisar el dispositivo la directora xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo, que indicó que se habían retirado sacos y pellets de las playas de Ladeira, A Lagoa y O Vilar y que continuarán observando los arenales del parque en la búsqueda de posibles nuevos restos.
Diversos colectivos ambientalistas han demandado tanto al Gobierno central como a la Xunta que trabajen de forma conjunta y eficaz para retirar cuanto antes los restos del vertido.
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