Popularmente conocido como Nené Barral, la Fiscalía solicitaba para él una pena de diez años y medio de prisión y una multa de 15 millones de euros tras acusarlo de ser uno de los presuntos cabecillas de la introducción de casi medio millón de cajetillas de tabaco por el Puerto de Vigo. La detención se produjo en 2001 y desde entonces la vista judicial en su contra ha sufrido tantos retrasos y suspensiones que terminó convirtiéndose en una de las causas sin juzgar más antiguas de toda España. La causa se archivó de forma provisional el pasado mes de septiembre, ante la imposibilidad del acusado de desplazarse hasta la Audiencia de Pontevedra debido a la grave enfermedad que padecía, para evitar que los plazos procesales siguiesen corriendo y el delito pudiese acabar prescribiendo.
Los hechos por los que no pudo ser juzgado sí truncaron, por contra, su carrera política tras dimitir, en 2001, de su cargo como alcalde de Ribadumia (Pontevedra), donde obtuvo varias mayorías absolutas, primero bajo las siglas de Alianza Popular y luego bajo las del PP, desde su triunfo en las elecciones municipales de 1983.
El exalcalde será enterrado este viernes en el cementerio parroquial de Ribadumia tras el funeral que se celebrará, a las cinco de la tarde, en la iglesia de San Lorenzo de András.
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