Pocas horas después de que Yolanda Díaz acudiese a una playa de su tierra natal, Galicia, para hacer campaña a costa del vertido de pellets que afecta a parte del litoral, el nacionalismo gallego levantaba este domingo el telón para escenificar su ‘venganza’ a la líder de Sumar mediante una ‘función’ en la que Anova, tras dar calabazas a la abogada ferrolana en su plan de integrar a esta formación en su plataforma electoral de cara al 18 de febrero, ha consumado su anunciado deseo de apartarse de la senda ‘sumatoria’ y, por contra, fumar la pipa de la paz con el BNG tras doce años de peleas, rupturas y desencuentros. Ese acto de hermanamiento supondrá concentrar el voto nacionalista en la papeleta de Ana Pontón, que ve reforzada su figura de cara a unas elecciones en las que la izquierda se volcará más que nunca en su intento de arrebatar la Xunta a un PP que lleva cuatro legislaturas seguidas gobernando con mayoría absoluta.
En la 'función' han estado presentes los grandes protagonistas de un desencuentro que empezó en 2012, cuando el histórico líder nacionalista Xosé Manuel Beiras dio un portazo a su partido, el BNG, para fundar Anova, y ha concluido este domingo con un abrazo que supone la vuelta a la “casa común” de todos cuantos en los últimos años han iniciado nuevas aventuras políticas al margen del Bloque. Ahora, esas fuerzas disgregadas y difusas volverán a pelear juntas para que los simpatizantes del nacionalismo gallego concentren de nuevo su voto en el BNG, todo ello después de los grandes esfuerzos que ha desplegado en las últimas semanas Sumar, con la vicepresidenta segunda del Gobierno al frente del operativo, para atraer a su campo de juego a parte de los ‘fugados’ y, sobre todo, al líder de Anova, Martiño Noriega.
Ana Pontón, al alza
¿Quién es la verdadera ‘superstar’ de esta historia? Sin duda se trata de Ana Pontón, la entusiasta politóloga de Sarria (Lugo) que desde 2016 dirige una formación que pocos años antes había saltado por los aires, tras la fuga de Beiras, y que en la actualidad se ha convertido en la segunda fuerza política de Galicia, a mucha diferencia ya de un PSdeG que no acaba de encontrar a un líder con el mismo tirón que la gran capitana del Bloque. Una capitana por la que, todo hay que decirlo, muy pocos confiaban cuando tomó las riendas del partido.
El acto de reconciliación del nacionalismo patrio también ha tenido otros dos protagonistas clave. Por un lado, Martiño Noriega, actual líder de Anova, y por otro, cómo no, el propio Xosé Manuel Beiras, fundador del partido, que está considerado como el gran padre, gurú y orientador de las principales corrientes galleguistas de las últimas décadas. Si Yolanda Díaz hubiese conseguido, como pretendía, incorporar al exalcalde de Santiago a su proyecto, eso hubiese supuesto asestar una ‘puñalada’ indirecta a Beiras, que en su día tildó de traidora a la ferrolana cuando dio el salto a Madrid de la mano directa del fundador de Podemos, Pablo Iglesias, pero la negativa de Anova a acudir a las elecciones del 18-F en confluencia con Sumar ha supuesto un triunfo moral para el veterano político nacionalista al comprobar que sus ‘fieles’ más apreciados continúan a su lado.
Pero la ‘función’ que acaban de representar Pontón, Beiras y Noriega ha sido mucho más que un mero acto simbólico de hermanamiento sin apenas consecuencias, porque también ha supuesto sellar un acuerdo para concentrar el voto nacionalista en la papeleta de la líder del BNG, que aspira a superar los 19 representantes con los que cuenta en el Parlamento Gallego tras la remontada espectacular que tuvo el partido en las pasadas elecciones autonómicas. Entonces, en 2020, el Bloque consiguió 13 escaños más que en la convocatoria de 2016 tras la debacle absoluta de las llamadas ‘Mareas Atlánticas’, que perdieron de golpe las 14 actas conseguidas cuatro años atrás, y Ana Pontón demostró que el BNG, en sus manos, estaba de todo menos ‘moribundo’. Y eso que Xosé Manuel Beiras por poco consigue ‘matarlo’ en 2012, cuando se marchó del mismo, disconforme con la dirección, para fundar Anova, germen que daría lugar al nacimiento de la coalición AGE (Alternativa Galega de Izquierdas). Con esa plataforma, en la que participaba una Yolanda Díaz que entonces era prácticamente una desconocida, la nueva fuerza política entró con fuerza en el Parlamento gallego tras obtener nueve escaños. Todo ello a costa, evidentemente, de ‘robar’ votos al Bloque Nacionalista Galego.
Ahora es Ana Pontón la que manda en el escenario nacionalista y está convencida de que el BNG tiene “por primera vez” la posibilidad de presidir la Xunta de Galicia tras la elecciones del 18-F. Eso solo ocurrirá, evidentemente, si el PP pierde la mayoría absoluta, posibilidad que las encuestas no contemplan, y si el Bloque logra mantenerse como la principal fuerza de la oposición, como sí pronostican los sondeos. La respuesta la sabremos justo dentro de un mes y tres días.
Sumar quita importancia al acuerdo
Tras conocer el acuerdo entre el BNG y Anova, la candidata de Sumar Galicia a la Presidencia de la Xunta, Marta Lois, ha reivindicado que su formación política constituye un espacio que "ensancha" el espacio progresista y es "independiente" de lo que decidan otras organizaciones. Así, ha restado importancia al efecto que puedan ocasionar el acuerdo firmado por las direcciones de BNG y Anova este domingo.
"Sumar Galicia está desde el minuto uno concentrada, pensando en el presente y futuro y volveremos a insistir siempre en que vamos a ser una fuerza estratégica y decisiva", ha manifestado, en declaraciones recogidas por Europa Presss, Marta Lois, que fue concejala de Turismo e Igualdad del gobierno de Martiño Noriega (entonces con Compostela Aberta) y quien personalmente también trató de seducir al dirigente nacionalista para que, después de que Anova pidiese el voto para el BNG el 23J, mantuviese los lazos con la izquierda federal.
Marta Lois ha señalado que "la fuerza de Sumar es independiente de las decisiones políticas (de otras organizaciones) y que en este caso adopte Anova, que en realidad es volver a ese espacio nacionalista muy definido. Nosotros somos un espacio que queremos ensanchar; estamos interpelando a todas las gallegas progresistas de este país, que son muchas y que el 23J votaron progresista".
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