El partido cofundado por Xosé Manuel Beiras acaba de hacer efectiva su venganza a la 'traición' que en su día el veterano político nacionalista sufrió por parte de Yolanda Díaz cuando la actual vicepresidenta segunda del Gobierno prefirió hacer ‘carrera’ en Madrid bajo el paraguas de Podemos. El caso es que Anova-Irmandande Nacionalista ha roto definitivamente con la izquierda federal, una alianza que exploró en 2012 junto a Izquierda Unida en Alternativa Galega de Esquerda (AGE), candidatura que logró irrumpir en el Parlamento autonómico con nueve diputados, incluida la propia Yolanda Díaz, actual líder de Sumar.
La coordinadora nacional de Anova se reunió el pasado sábado para evaluar los contactos que se mantuvieron en los últimos meses con formaciones de izquierda con la mirada puesta en las elecciones autonómicas de 2024 y la decisión adoptada ha sido la de decir no al proyecto de Yolanda Díaz en Galicia, según informa Europa Press.
La negativa tiene un calado hondo, porque además de esta alianza se le había ofrecido al actual portavoz de Anova y exalcalde de Santiago, Martiño Noriega, ser el candidato en las elecciones autonómicas. Por otra parte, supone la ruptura a nivel político de Noriega y la actual portavoz de Sumar en el Congreso, Marta Lois, pese a la buena sintonía que existía entre el exregidor compostelano y la que fue su concejala en el Ayuntamiento de la capital gallega.
Anova, que en las pasadas elecciones generales del 23 de julio ya se había decantado por pedir el voto soberanista para el BNG, se desvincula así de nuevas alianzas con la izquierda federal. Lo hace tras más de diez años explorando alianzas estratégicas que pudiesen alcanzar el éxito cosechado por En Marea en 2016, que se convirtió en la segunda fuerza política en Galicia al conseguir 14 diputados. Posteriormente, las desavenencias internas culminaron con su desaparición en las elecciones autonómicas de 2020.
Sumar Galicia, con este revés por parte de Anova, tendrá que replantear de nuevo su proyecto de crear una gran alianza de izquierdas de cara a los comicios autonómicos de 2024, pues el gran objetivo de Yolanda Díaz consistía en involucrar a dicha formación en la plataforma electoral y aprovechar el ‘tirón’ popular de Martiño Noriega, que volvió al ejercicio de la Medicina tras el revés sufrido en las elecciones municipales de 2029, cuando el socialista Sánchez Bugallo le arrebató el sillón de la alcaldía.
Si a este percance le unimos el enfrentamiento que, como ocurre a nivel nacional, mantienen Podemos Galicia y Sumar desde que los cinco diputados de la formación morada decidieron pasarse al Grupo Mixto del Congreso, todo indica que la gran alianza soñada por Yolanda Díaz en su tierra natal lleva camino de cosechar un estrepitoso fracaso más allá de los puntuales fichajes que está realizando entre ‘disidentes’ de otros partidos.
La ‘venganza’ de Beiras
Es el caso del exconcejal socialista coruñés Juan Díaz Villoslada, que hace una semana se dio de baja del PSOE para pasarse a Sumar Galicia, y de la ya exnúmero 2 de Podemos a nivel autonómico, Gloria Alonso.
La ruptura de las negociaciones entre Anova y Sumar con vistas a las elecciones autonómicas supone, en opinión de muchos analistas, escenificar la 'venganza' de Beiras y de sus 'fieles' contra Yolanda Díaz, a la que todavía no han perdonado que diese el salto a Madrid, en su opinión de una forma un tanto desleal con respecto a sus 'camaradas' gallegos, de la mano directa del locuaz líder de Podemos, Pablo Iglesias, cuando el movimiento 15-M estaba en plena ebullición. Y supone volver a mostrar puñales del pasado reciente que siguen, en ocasiones, manchados de sangre.
Y es que la figura de Díaz no está especialmente bien vista entre muchos antiguos compañeros de su región, que definen a la promotora de Sumar como una persona de ambición desmedida y con muy pocos remilgos a la hora de dejar cadáveres por las cunetas si eso le permite ganar protagonismo. Como así ha ocurrido, añaden, si se analiza la fulgurante carrera que ha protagonizado en muy pocos años en Madrid pese a la escasa relevancia que tuvo su trayectoria política en Galicia.
Sobre este particular, afirman que la abogada ferrolana no hubiese alcanzado ninguna notoriedad si no llega a ser por Xosé Manuel Beiras, que confió en ella tras romper con el BNG y fundar Anova, germen que daría lugar al nacimiento de la coalición denominada AGE (Alternativa Galega de Izquierdas), de la que formaba parte Esquerda Unida con Díaz a la cabeza. Gracias, básicamente, a la gran popularidad del líder nacionalista, el nuevo 'invento' político permitió el desembarco de nueve diputados en el Parlamento gallego en las elecciones de 2012.
Relaciones rotas
De ese grupo formaba parte Yolanda, que al fin logró su objetivo de tomar posesión de un asiento en la cámara autonómica pese a que en su breve currículum institucional apenas aparecían unas líneas alusivas a la concejalía de fiestas y cultura que ocupó en el Ayuntamiento de Ferrol. Allí fue cuando empezó la carrera fulgurante de la militante comunista, aunque a buen seguro ni ella misma pudo imaginar que menos de una década después ocuparía una de las vicepresidencias del Gobierno nacional.
Si la relación Beiras-Díaz acabó mal, muy mal, no lo ha hecho mejor, como es sabido, la posterior mantenida con Pablo Iglesias, que empezó a torcerse en cuanto la ambiciosa abogada ferrolana, al comprobar que Podemos perdía cada vez más apoyo popular, decidió crear su propio espacio político, Sumar, todo ello después de que el mandatario del bloque morado, al abandonar el Gobierno, la nombrase su 'sucesora'.
En todo caso, las urnas volverán a hablar en Galicia en alguna fecha, todavía por fijar, comprendida en el primer semestre de 2024 y ese será el momento de comprobar cuál es el verdadero tirón de Yolanda en su tierra natal. Hasta entonces, solo queda hacer cábalas.
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