‘Alea jacta est’. La suerte está echada en Galicia de cara a unas elecciones autonómicas que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha decidido adelantar al domingo 18 de febrero, en plena resaca de las celebraciones carnavaleras, y los diferentes partidos ya están trabajando a todo gas para aprovechar al máximo una campaña que estará marcada por las comilonas típicas de las navidades y la entrada en la Cuaresma.
Las principales fuerzas de la oposición han acogido con supuesta alegría la decisión anunciada este jueves por el mandatario gallego, pero a nadie se el escapa que el adelanto electoral no beneficia en absoluto a varios partidos que, como el PSOE, Sumar y Vox, desearían contar, aunque algunos no lo manifiesten, con mucho más tiempo para promocionar bien a sus candidatos y ‘vender’ sus programas. Unos candidatos que, por cierto, ni siquiera han sido elegidos por parte de las fuerzas que lideran a nivel nacional la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y Santiago Abascal.
Los candidatos a presidir la Xunta de Galicia
Y bien, ¿quiénes son esos cabezas de cartel que hasta el 18-F los tendremos hasta en la sopa a golpe de arengas, mítines y proclamas? Por parte del PP, el candidato no necesita presentación alguna. Se trata, claro, de Alfonso Rueda, que lleva al mando de la Xunta de Galicia desde que su antecesor, Alberto Núñez Feijóo, dio el salto a Madrid en abril de 2022 para asumir la presidencia del partido en sustitución del defenestrado Pablo Casado. De talante discreto y cordial, muchos pensaban que este pontevedrés de la ‘cosecha’ de 1968 tendría muy difícil dejar atrás el rol de ‘segundón’ de Feijóo y coger protagonismo propio, pero se equivocaban. Así, en apenas año y medio Alfonso Rueda ha logrado asentar un perfil de hombre sensato, práctico, moderado y poco dado a la bronca política salvo cuando lo considera imprescindible. En definitiva, da buena imagen y cae relativamente bien pese a no ser el típico líder nato capaz de arrastrar a las masas.
Olfato político tampoco le falta, como ha demostrado con la elaboración de unos Presupuestos para 2024 que tienen un fuerte carácter social, de forma que podrá encarar la campaña electoral poniendo en valor numerosas medidas que beneficiarán, desde el 1 de enero, a muchos miles de jubilados, jóvenes, autónomos primerizos, personas dependientes, colectivos vulnerables y familias con dos o más hijos.
El reto que tiene por delante Rueda no es sencillo, porque para mantenerse en el poder necesitará ganar por mayoría absoluta a una oposición deseosa de descabalgarle de la Xunta tras casi quince años continuados de gobiernos ‘populares’ dirigidos, hasta hace poco más de dieciocho meses, por un peso tan pesado como Feijóo, pero el optimismo reina en el partido. Y también la preocupación, pues es un hecho que no conseguir la mayoría absoluta supondría también un tremendo ‘palo’ para el presidente del PP en un momento de gran incertidumbre política en el que el líder popular necesita reforzar su figura todo lo más posible ante un Pedro Sánchez muy cuestionado y envuelto en mil polémicas.
Licenciado en Derecho, padre de dos hijos y forofo del ciclismo, a Alfonso Rueda le esperan por delante, en suma, dos meses de gran tensión que intentará rebajar, si la apretada agenda se lo permite, pedaleando a todo gas a lomos de su bicicleta. O haciendo tramos del Camino de Santiago, otras de sus distracciones favoritas.
El partido que seguramente afronta con menos nervios la próxima cita electoral es el Bloque Nacionalista Galego, la primera fuerza de la oposición en el Parlamento autonómico.
La cara más visible en la contienda volverá a ser la de Ana Pontón, que confía plenamente en mejorar los resultados de 2020 y sumar algún escaño más a los 19 actuales gracias a los votantes de izquierdas que se sienten desencantados con la deriva actual del PSOE o que no confían demasiado en los proyectos ‘sumatorios’ de Yolanda Díaz.
Nacida en Sarria (Lugo) en 1977 y licenciada en Políticas, Pontón está considerada como la líder que, contra todo pronóstico, logró salvar al BNG del abismo cuando el histórico líder de la formación, Xosé Manuel Beiras, dio un portazo a sus antiguos ‘camaradas’ para fundar aquel ‘invento’ bautizado como Anova, que en 2012 concurriría a las elecciones gallegas conformando la plataforma Alternativa Galega de Esquerda. El resultado fue espectacular y supuso entrar en el Parlamento con nueve representantes, mientras que los hijos ‘huérfanos’ de Beiras sufrieron un gran descalabro, pasando de 12 a 7 escaños. A partir de ese momento el BNG inició una larga travesía por el desierto que solo empezó a discurrir por terrenos menos hostiles cuando Ana Pontón cogió las riendas del partido, hoy convertido en la segunda fuerza política de Galicia mientras Anova, Podemos y otras ‘variantes’ intentan buscar un nuevo lugar bajo el sol.
¿Cómo logró esta lucense alta y sonriente resucitar su partido después del naufragio ‘postbeirista’? Nadie lo tiene muy claro, pero muchos analistas apuntan a que el éxito de Ana Pontón se ha basado en ofrecer una imagen mucho más abierta, cercana, amable y empática que la caracterizó a sus predecesores, que en ocasiones provocaban un cierto rechazo general en el electorado por sus actitudes y proclamas radicales y dogmáticas. La politóloga, en cambio, ha demostrado saber ‘navegar’ con acierto en medio de muchas corrientes ajenas o poco simpatizantes con el nacionalismo contundente que encarna el BNG. El 18-F se verá si esa ‘navegación’ amable da nuevos frutos.
En cuanto al candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, al PPdeG no le falta razón cuando afirma que se trata de un cabeza de cartel bastante poco conocido a nivel popular pese a los importantes cargos que ha desempeñado en el partido desde hace muchos años, entre ellos el de secretario general del partido en Galicia, el de presidente de la Diputación de Lugo y hasta el de delegado del Gobierno en la comunidad autónoma entre marzo y junio de este 2023.
Licenciado en Derecho, este lucense de 56 años también tiene motivos fundados para estar nervioso de cara a la inminente cita con las urnas, en la que podría sufrir un revés importante si un porcentaje significativo del electorado socialista decide dar una ‘patada’ a Pedro Sánchez a través del espinazo del candidato gallego.
Hace una semana, el presidente del Gobierno decidió viajar hasta La Coruña para ‘lanzar’ la candidatura de Besteiro y el ambiente reinante parecía ser de gran optimismo, pero de puertas para dentro la incertidumbre pesa como una losa en un partido que teme perder muchos apoyos precisamente por culpa de las arriesgadas políticas de Sánchez. De momento, las encuestas otorgan al PSdeG 15 diputados, uno más que en 2020. Seguro que muchos firmarían ya mismo por ese resultado.
¿Y qué decir de Sumar Galicia? Pues que de momento ha sumado más bien poco en el proyecto de constituir una gran plataforma de izquierda, como lo demuestra el portazo recibido por parte de Anova o la ruptura de negociaciones con Podemos. El caso es que el partido liderado por Yolanda Díaz sigue sin contar con un candidato para la presidencia de la Xunta y que sus opciones para llegar a la cita electoral con un equipo sólido son cada vez más pobres según transcurren los días. Pese a que la vicepresidenta segunda del Gobierno goza de cierta simpatía y de bastante reconocimiento fuera de su tierra natal, muchos excompañeros de la abogada ferrolana no guardan muy buen recuerdo de ella cuando trabajaban juntos en Galicia.
Así, los muy ‘cafeteros’ de Xosé Manuel Beiras no dudan en tildarla de traidora desde que dio el salto a Madrid, de la mano directa de Pablo Iglesias, tras crecer en política aupada por el liderazgo del histórico líder nacionalista, y muchos votantes de izquierdas siguen sin fiarse demasiado de una dirigente a la que acusan de tener una ambición desmesurada. Las urnas también dictarán sentencia sobre el ‘tirón’ de Yolanda. Todo ello, claro, si logran cerrar las listas a tiempo.
Otro partido que ya ha confirmado su concurrencia a las elecciones gallegas es Vox, aunque de momento nada se sabe sobre quién será su candidato a la presidencia de la Xunta. Por el tono del comunicado en el que anunciaron su participación en los comicios, todo indica que los ‘fieles’ de Santiago Abascal van a centrar su campaña en criticar más al PP, partido al que acusan de tener “secuestrada” la Xunta mediante políticas propias de la izquierda, que a sus verdaderos rivales, aunque ya se sabe que la estrategia de Vox suele consistir en dar ‘leña’ a todo lo que se mueve.
Aunque el partido, últimamente en franco declive, tiene pocas opciones de entrar en el Parlamento gallego, donde nunca ha contado con representantes, es un hecho que los votos que coseche, por pocos que sean, irán en detrimento del PP. Lo dicho, ‘alea jacta est’.
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