La Guardia Civil ha recopilado ya numerosos datos sobre la mujer cuyo cadáver apareció tirado el jueves en un polígono industrial de O Porriño (Pontevedra) y todo apunta a que se trata de una residente en Vigo que podría dedicarse a la prostitución, aunque la investigación sigue su curso. La mujer, de unos 40 años, no llevaba encima ninguna documentación, pero unos tatuajes grabados en su piel han permitido a los investigadores iniciar con pistas fiables el proceso de identificación. También cuentan con la declaración de algunos allegados a la víctima, que echaron en falta su presencia en Vigo a partir del pasado sábado.
Las causas de su fallecimiento están todavía por determinar, pero la Guardia Civil sospecha que fue una muerte violenta tras hallar en el interior de la boca de la víctima un trozo de tela, seguramente un pañuelo. Además, todo indica que el agresor o agresores depositaron el cadáver donde fue hallado, tras un contenedor radicado en la citada área industrial, después de cometer el posible crimen en otro lugar.
El delegado del Gobierno, Pedro Blanco, ha confirmado este viernes la presencia de "indicios que apuntan a que es una muerte violenta", pero no descartó ninguna hipótesis. Por ello, ha pedido dejar trabajar con tranquilidad a la Guardia Civil.
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