El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, 'designó' ayer a su sucesora en la alcaldía en caso de que dé el salto al Gobierno de la Nación: Ana Botella y lo reiteró hoy por si hubiese alguna duda. La teniente de alcalde y delegada de Medio Ambiente de la ciudad ha sido muy elogiada por su jefe, que dijo de ella que, "sin ninguna duda, realizaría una labor extraordinaria en cualquier puesto que ocupe". Es más, si algún día Mariano Rajoy llama a Gallardón al Ejecutivo el regidor madrileño "estaría absolutamente tranquilo en cuanto a su eficacia de gestión y su capacidad de conexión con los ciudadanos".
Gallardón hizo estas declaraciones ayer a la La Sexta y hoy en TVE ha añadido que "Ana Botella sería una magnifica alcaldesa, una magnífica presidenta de comunidad autónoma y una magnífica ministra porque tiene capacidad para ejercer cualquier puesto de responsabilidad". Es más, sobre su propio futuro destacó que "yo en ningún caso seré candidato dentro de tres años, cuando sean las elecciones municipales, y a mí me encantaría que la candidata entonces por supuesto fuese Ana Botella", aunque entre medias hubo un lapsus y dijo "no fuese".
Se confirma pues que Botella es la persona que con más papeletas cuenta para llevar las riendas del gobierno de la capital, entre otras razones porque cree que la presencia de la esposa del ex jefe del Ejecutivo, José María Aznar, frenaría cualquier intención 'intervencionista' de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, lo que tampoco constituye para el equipo de Gallardón un detalle menor. Una de las virtudes de Botella ha sido su capacidad de mantener muy buenas relaciones con unos y con otros incluso en los momentos de peor enfrentamiento. Es cierto que, internamente, está blindada. Pocos se atreven a cuestionarla aunque en Génova, no faltan quiénes temen que la salida de Gallardón puede dejar desguarnecido el ayuntamiento, lo que ahora constituye, no obstante, el menor de los problemas para Rajoy.
Gallardón, a Defensa
Las quinielas apuntan a que Gallardón podría ocupar el Ministerio de Defensa, una de las carteras que cuenta con mejor imagen dada la alta valoración que los ciudadanos dan siempre a las Fuerzas Armadas. Conforme se acerca la fecha electoral crecen los nervios entre los dirigentes del PP, sabedores de que Mariano Rajoy tiene que resolver lo que un miembro del "núcleo duro" del PP califica muy gráficamente de "circo de tres pistas", esto es, Gobierno, Grupos Parlamentarios y partido.
Los hay quienes se mueven en la seguridad de que volverán a ser llamados al gabinete ministerial, como es el caso del responsable de Interior, Justicia y Libertades, Federico Trillo, convencido, y no lo oculta, de que va a ser ministro de Justicia. A lo largo de estos años de dura oposición, Trillo ha sido el responsable de coordinar los recursos de inconstitucionalidad contra el Estatuto catalán o la Ley del Aborto. También llevó adelante la estrategia de defensa del ex presidente de la Comunidad de Valencia, Francisco Camps, muy cuestionada internamente.
Otros son más discretos que Trillo. Es el caso del canario José Manuel Soria o de Soraya Sáenz de Santamaría, que estos días está en casa por su reciente manternidad. También es fijo en la quiniela ministerial Miguel Arias Cañete. Un ministrable señaló recientemente a Vozpópuli que "Rajoy ha hecho la plantilla y ahora tiene que decidir qué once entran al campo a jugar".