Burgos-Londres, Burgos-Dublín, Burgos-Estambul, Burgos-Túnez o Burgos-El Cairo. Son algunos de los destinos internacionales que pronto se podrían ofertar desde el aeropuerto de Villafría. El Gobierno central acaba de atender la apuesta del alcalde, Javier Lacalle (PP), en plena revuelta en Gamonal. En concreto, el Ministerio de Fomento, a través de Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) ha remitido una carta al Ejecutivo local en la que secunda el expediente iniciado por el regidor popular para que la terminal de Villafría se convierta en “frontera exterior Schengen”.
Hasta el momento, Villafría no dispone del certificado de aeropuerto internacional y no puede programar vuelos a países que se encuentran fuera del territorio Schengen. Para “ganar en competitividad” frente a otras terminales españolas, según defiende el Gobierno de Lacalle, el Consorcio del Aeropuerto de Villafría, que preside el propio alcalde del PP, solicitó la nueva consideración de “frontera exterior” al director general de Aena, José Manuel Vargas, el pasado octubre. Tras los “estudios oportunos realizados”, Aena, según reconocieron a Vozpópuli fuentes de la empresa pública, informó “favorablemente” al Ayuntamiento en otra misiva en la que aprobaba el proyecto inicialmente, a la espera de los informes del Ministerio del Interior en materia de seguridad e inmigración y del departamento de Hacienda en lo relativo a aduanas.
Las mismas fuentes de Aena precisaron a este diario que “el proceso depende en este momento de la decisión que adopte el Ministerio del Interior, en concreto la Secretaría de Estado de Seguridad, que es el órgano que tiene el expediente sobre la mesa”. Asimismo, el propio vicealcalde de Burgos, Ángel Ibáñez, ha revelado que Aena cuenta con una partida presupuestaria de 30.000 a 40.000 euros para la adaptación de las instalaciones (cabinas de comprobación de pasaporte, salas de registro, etc) al nuevo marco legal.
La apertura al territorio no Schengen que pretende el alcalde de Burgos coincide además con un descenso en el número de viajeros que hacen uso de Villafría
La tramitación de este expediente se ha ido produciendo a la vez que crecía la protesta social ante la construcción de un bulevar en la calle Vitoria y un aparcamiento subterráneo de menos de 300 plazas, con un precio de salida de 19.800 euros cada una por un alquiler máximo de 40 años. Coincidiendo con la formulación del Ayuntamiento dirigida a Aena, el Consejo de Barrio de Gamonal y los comerciantes pidieron al alcalde que no iniciara las obras durante la campaña de Navidad, una vez se habían realizado ya las mediciones in situ. El primer edil tuvo conocimiento de la respuesta de Fomento a finales de diciembre y para entonces la Plataforma vecinal contra el Bulevar de la calle Vitoria ya se había constituido y realizado un par de concentraciones demandando la paralización de los trabajos. En los últimos días, el conflicto ha derivado ya en revuelta social, con detenciones y cargas de la Policía Nacional.
Costes extra para el Ayuntamiento
Los vecinos que se han echado a la calle contra el regidor del PP --anunció este lunes la suspensión temporal de las obras para garantizar la convivencia-- denuncia que el Consistorio tenga dinero para “actuaciones faraónicas” como las previstas en Gamonal, zona céntrica de la capital burgalesa, tasadas inicialmente en 2,8 millones de euros. Por contra, los afectados aluden al previsible cierre de una guardería del barrio porque, según afirman, el Ayuntamiento no aporta los 13.000 euros de su reforma. De igual modo, apuntan al “recorte de líneas de autobús” que ha acometido el Gobierno de Lacalle.
Si bien la adaptación del aeropuerto de Villafría a la normativa de paso fronterizo correría principalmente a cargo de Aena (ha presupuestado entre 30.000 y 40.000 euros), los vecinos creen que ello supondría también costes extra para el Ayuntamiento, como, por ejemplo, “una ampliación del servicio de trasporte público hasta la terminal o campañas de información y propaganda" sobre el estatus internacional adquirido por la terminal.
La apertura al territorio no Schengen que pretende el alcalde de Burgos coincide además con un descenso en el número de viajeros que hacen uso de Villafría. Según los últimos datos que maneja Aena, este aeropuerto dio servicio en 2013 a tan sólo 18.905 pasajeros, un 10,2% menos que el ejercicio anterior. En cuanto al número de operaciones, se registraron 2.305 operaciones de vuelo o movimientos de aeronaves, un 20,7% menos que en 2012. La actividad en Villafría se reduce prácticamente a la ruta regular que ofrece Air Nostrum, filial de Iberia, con destino Barcelona y a los vuelos estacionales (temporada de esquí) a Granada programados por la burgalesa Good Fly.
Entretanto, desde la oposición critican al Gobierno central que los Presupuestos Generales del Estado para 2014 no hayan contemplado actuaciones para las autovías Burgos-Aguilar de Campo, Burgos-Logroño o para la A-11 (Autovía del Duero).
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