El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, culpa del "80 por ciento de los casos" de todos los que tuvo Castilla-La Mancha a "la bomba radioactiva vírica que se plantó en Madrid" y considera que a la región le irá "bien o mal" en función de que "se controle o se descontrole" la comunidad vecina.
En una comparecencia ante los medios de comunicación, con motivo de su visita este miércoles a Cuenca para inaugurar la remodelación del Instituto de Educación Secundaria 'Alfonso VIII', García-Page adelantó que el Gobierno regional ha acordado solicitar rastreadores al Ejército, "sin urgencias, sin prisa", con el objetivo de no "descuidar nada" ante el avance de la covid-19.
En concreto, Page informó de que el Gobierno regional ha solicitado al Ejecutivo central que "empiece a preparar un contingente de entre 400 y 600 rastreadores posibles, dependiendo del Ejército", para que la región esté prevenida ante "el efecto Madrid".
Aboga por la cooperación
García-Page abogó por la cooperación entre autonomías vecinas y destacó que Castilla-La Mancha y Madrid mantienen una "relación fluida y dialogante" y pidió que "nadie intente utilizar la diferencia política entre gobiernos para crear problemas".
"Es esencial que haya coordinación en estrategias en el centro de España", subrayó el presidente castellanomanchego, que afirmó que Castilla-La Mancha ha expedido en las últimas semanas 3.000 nuevas tarjetas sanitarias a ciudadanos de Madrid que la han solicitado, si bien dijo que le parece mal porque todos pertenecen al mismo país.
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