Cuando el general Aroldo Lázaro asumió el liderazgo de la misión de la ONU en el Líbano probablemente no imaginó que uno de sus retos fundamentales pasaría por tratar de evitar que un enfrentamiento total entre Israel y Hamás se propagase también al Líbano. Los acontecimientos que se han vivido en las últimas jornadas, no obstante, han hecho que este país, donde España mantiene a más de 600 efectivos desplegados, se convierta en una pieza clave para la estabilidad de la región. Y este general del Ejército de Tierra, como máximo representante de la misión de las Naciones Unidas, cumple un papel destacado en las conversaciones para tratar de rebajar la tensión.
La irrupción de los terroristas de Hamás en Israel el pasado sábado ha abierto las puertas a un escenario incierto. El asesinato indiscriminado de un millar de civiles y el secuestro de más de un centenar han provocado que el Gobierno de Benjamin Netanyahu hable de "ofensiva total" sobre Gaza, con la activación de más de 300.000 reservistas y el despliegue de sus tropas en las inmediaciones de la franja.
Pero el inestable equilibrio de poderes en la región apunta también al Líbano, en tanto que Hizbulá ha manifestado su adhesión a los intereses de Hamás contra Israel. Una declaración que ya se ha traducido en hechos, con el lanzamiento de misiles desde territorio libanés y la consecuente respuesta con artillería de las fuerzas israelíes.
El Líbano se asoma al abismo de la guerra. Y la misión de paz de la ONU está llamada a desempeñar un papel fundamental para tratar de rebajar la tensión entre todas las partes implicadas. "Nuestro principal objetivo es ayudar a evitar el conflicto entre el Líbano e Israel, y cualquier evento que acerque el conflicto es motivo de preocupación", detalla la cuenta oficial de UNIFIL -el nombre de la misión de las Naciones Unidas en el Líbano- a través de sus redes sociales.
Mediación en la frontera de Israel
"Hemos colaborado activamente con las autoridades de ambos lados de la Línea Azul para reducir la situación y evitar malentendidos -añaden desde UNIFIL-. Las fuerzas de paz continúan con su trabajo esencial, aunque en ocasiones ha sido desde refugios para su seguridad".
Fuentes consultadas por Vozpópuli destacan el papel de mediador que en estas jornadas está asumiendo el general Aroldo Lázaro, tratando por un lado con las Fuerzas Armadas israelíes y, por otro, con las fuerzas ubicadas en el Líbano cercanas a los postulados de Hamás, con el objetivo de que el conflicto no se extienda también a este país.
La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, lo dejaba entrever este martes en un acto organizado con motivo de los 35 años de la presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas españolas: "Quiero poner de relieve el papel del general Lázaro", apuntaba, al mismo tiempo que destacaba la misión de pacificación de la ONU bajo el mando del general del Ejército de Tierra.
La amenaza de los misiles
Jornadas frenéticas en el Líbano; no sólo por el papel mediador del general Aroldo Lázaro, también por el desempeño de los 600 militares españoles desplegados en la base Miguel de Cervantes, en Marjayoun, que en ocasiones se han visto obligados a guarecerse en una red de túneles habilitados para protegerse ante la amenaza de misiles.
"Afortunadamente, los intercambios de disparos entre el territorio libanés e Israel no han desembocado en un conflicto. Estamos haciendo todo lo posible para garantizar que no se produzca una escalada", afirman desde UNIFIL.
El general Aroldo Lázaro Sáenz fue elegido en febrero de 2022 jefe de la Misión de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL, por sus siglas en inglés), en sustitución del general italiano Stefano del Col. El Ejército de Tierra ya destacaba en esas fechas que el nombramiento -la segunda vez que España tomaba las riendas de la misión de la ONU en el Líbano- llegaba "en un momento delicado para la estabilidad y el futuro de ese país".
El general español tiene mando sobre más de 10.300 efectivos militares –cascos azules de la ONU–, procedentes de 46 países, y 800 civiles. Su misión de pacificación ha trascendido al máximo exponente tras los acontecimientos vividos en Israel, con el complejo cometido de evitar que el Líbano se vea arrastrado a una guerra que sacudiría por completo el tablero de la región.
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