Suma y sigue. La Generalitat de Cataluña ha inaugurado esta semana una nueva delegación en el exterior, concretamente en Corea del Sur. El objetivo es sumar Japón el año que viene, lo que situará a Cataluña con más de 20 'embajadas', el doble de las que tenía en pleno procés en 2017. Los cinco años de Pedro Sánchez en La Moncloa se han convertido en el período más fructífero para la acción exterior del independentismo catalán.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, se ha paseado estos días por Corea en plan jefe de Estado ante el silencio cómplice del Gobierno. Una intensa agenda empresarial y política tolerada por Exteriores, en la que Cataluña se presenta como un país independiente.
Corea del Sur es un nuevo hito para el separatismo que, con un presupuesto superior a los 42 millones de euros, duplica ya sus delegaciones en el exterior con respecto al procés. En 2017, la Generalitat contaba con 'embajadas' ante la Unión Europea, Francia, Reino Unido e Irlanda, Alemania, Estados Unidos, Austria, Italia, Portugal y Dinamarca.
Sánchez, el mejor aliado de las 'embajadas'
Desde la llegada de Sánchez a La Moncloa en 2018, la Generalitat ha sumado Ginebra, Lisboa, Roma, Ciudad de México, Buenos Aires y Johannesburgo, entre otras muchas. Las casi 25 delegaciones de Generalitat en el exterior dan soporte a más de 70 países, según datos del Gobierno catalán.
A esta expansión se suma la creación de un cuerpo de acción exterior de la Generalitat. Así lo anunció en octubre la consejera Meritxell Serret en octubre. Serret dijo que el departamento estará integrado por funcionarios expertos en relaciones internacionales. Y que se intentará captar talento de fuera de la Administración. El proyecto tiene que ser aprobado por el Parlamento catalán.
Vozpópuli ha informado que los diplomáticos españoles consideran que la creación de este grupo es un hecho "gravísimo". De hecho, el Gobierno ignora de forma sistemática algunos avisos de sus servicios diplomáticos sobre las acciones a gran escala de un nuevo procés separatista que, en su opinión, alientan las delegaciones de la Generalitat de Cataluña en el exterior.
El despliegue internacional del separatismo fue el punto en el que más incidió la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), la más representativa de la carrera, en un comunicado hecho público tras hacerse público el pacto entre el PSOE y Junts per Catalunya.
ADE expresó la preocupación de los diplomáticos por la cláusula que prevé la "ampliación de la participación directa de Cataluña en las instituciones europeas y demás organismos y entidades internacionales". Y extendieron ese malestar a la creación del cuerpo de acción exterior de la Generalitat de Cataluña.
Exteriores todavía no se ha pronunciado sobre esta especie de cuerpo diplomático, a pesar de que tiene una batería de preguntas de la oposición pendientes de respuesta en el Congreso de los Diputados.
La obsesión de la Generalitat
La pata exterior ha sido siempre una de las obsesiones del separatismo y el nacionalismo catalán. Y a ello ha dedicado ingentes cantidades de presupuesto: vender la causa a favor de la independencia catalana en el mundo y retratar a España como una especie de Estado opresor.
La aprobación del 155 por el golpe a la democracia del 2017 en Cataluña supuso un punto de inflexión para la acción exterior de la Generalitat. Una de las medidas adoptadas por el Gobierno fue el cierre de las mal llamadas embajadas catalanas y la liquidación del Diplocat, el brazo diplomático de la Generalitat.
La moción de censura que aupó a Sánchez a la presidencia del Gobierno y su dependencia parlamentaria de los grupos separatistas echó abajo el trabajo desarrollado por los diplomáticos españoles.
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