Ayuso tiene en su mano liderar el PP de Madrid sin provocar una guerra civil en el partido. Para ello, eso sí, debe aceptar una condición sine qua non marcada por Génova: negociar una futura ejecutiva en la que tengan cabida tanto el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, como representantes de la actual dirección. Una 'cláusula' que la presidenta autonómica no está dispuesta a aceptar.
Tal y como ha publicado Vozpópuli, el motivo de fondo en la crisis abierta entre Génova y Sol no es tanto la fecha del congreso regional, sino el organigrama de la futura ejecutiva regional. Tras el 4-M, Pablo Casado, Teodoro García Egea y sus colaboradores más cercanos asumían que Ayuso sería presidenta del PP de Madrid, pero la insistencia de la lideresa a hacer una dirección a su medida hizo volar todos los puentes antes de verano.
El objetivo de Génova, entonces, fue ganar tiempo para negociar esa futura dirección de los populares madrileños, pero el anuncio de la candidatura de Ayuso también desbarató ese plan. Además, en la dirección nacional tampoco ha gustado que la presidente de la Comunidad haya desvelado ya el nombre de su elegido para la secretaría general: Alfonso Serrano, actual portavoz en la Asamblea.
Sin "imposiciones de Sol"
Ese anuncio, de hecho, es calificado desde Génova como un "error de principiante" por parte de Ayuso, ya que "algunos cargos afines que aspiraban a ese cargo se pueden desmovilizar". Es algo, apuntan, que ya padeció en 2018 Soraya Sáenz de Santamaría en su cara a cara con Casado, cuando confirmó a Fátima Báñez como su 'número dos': "Había muchos que aspiraban a ese puesto y alguno cambió su sentido de voto".
En todo caso, la "imposición" de Serrano como secretario general es interpretado como un nuevo desafío de la presidenta de la Comunidad. Sobre todo, si se tiene en cuenta que ese puesto lo ostenta ahora Ana Camins, de la máxima confianza de Pablo Casado, y a la que la dirección nacional sigue viendo como la persona más idónea para el cargo.
Siempre que hay un cambio de ejecutiva existen tensiones, pero no es normal querer dejar a Génova al margen
Ante esta nueva maniobra de Ayuso, dirigentes nacionales del PP consultados por Vozpópuli advierten que la lideresa "debe aceptar negociar" porque, de lo contrario, se avecinan meses muy convulsos en el partido: "Siempre que hay un cambio de ejecutiva existen tensiones, pero no es normal querer dejar a Génova al margen".
Las mismas fuentes afirman que la presidenta de la Comunidad "quiere ser Feijóo", en el sentido de tener plenos poderes para hacer su dirección autonómica:. No obstante, advierten, "solo Feijóo se ha ganado hacer la ejecutiva a su gusto". Entre otras cosas, "porque lleva 15 años al frente del partido en Galicia y enlaza cuatro mayorías absolutas".
Ayuso, añaden, "aún tiene mucho que demostrar o, por lo menos, ganar unas elecciones por mayoría absoluta".
Negociaciones en otras CCAA
Cargos nacionales del PP reconocen que, al menos sobre el papel, los presidentes regionales tienen "autonomía" para diseñar sus ejecutivas. No obstante, añaden, "es evidente, y cualquiera puede confirmarlo, que Génova es por lo menos consultada, y también escuchada, a la hora de definir los equipos directivos".
En ese sentido, añaden que el resto de presidentes autonómicos del PP han tenido en cuenta, o directamente aceptar, la opinión de la dirección de Madrid, a la hora de componer sus ejecutivas. Tanto regionales como provinciales.
Así, en 2018, Fernando López Miras diseñó un organigrama para el PP de Murcia en absoluta colaboración con Teodoro García Egea; mientras que hace apenas unos meses Juanma Moreno tuvo que aceptar la candidatura de Virginia Pérez, impulsada por Génova para la presidencia del PP de Sevilla.
Además, en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco sigue en conversaciones con la dirección nacional para desbloquear el congreso del PP de Salamanca y convocar, después, el congreso regional.
Unas conversaciones, rematan los cargos del PP consultados por Vozpópuli, que son "totalmente normales" antes de los congresos pero que, sin embargo, Isabel Díaz Ayuso parece no aceptar. Las fuentes consultadas concluyen, en este sentido, que hasta que no haya un cambio de postura por parte de la presidenta de la Comunidad, las tensiones entre Sol y Génova van a mantenerse.
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