Una vez que pasen las elecciones autonómicas del 4-M en Madrid, el Partido Popular proseguirá con los congresos provinciales. El cónclave de Barcelona es el más delicado de los tres que hay que celebrar en Cataluña, si bien Génova no quiere que la sangre llegue al río y buscará una candidatura de consenso que evite unas primarias como en Sevilla, según han adelantado fuentes 'populares' a Vozpópuli.
El actual presidente del PP en Barcelona es Óscar Ramírez, el segundo concejal popular en el Ayuntamiento barcelonés, quien sustituyó a Daniel Serrano como jefe de la campaña cuando estalló el escándalo judicial del secretario general del PP catalán unos días antes de la campaña de las catalanas del 14-F.
La elección de Ramírez hace tres años fue a dedo por parte de la junta directiva que presidía el actual líder del PP catalán, Alejandro Fernández, y ahora Génova quiere que los afiliados tengan la última palabra. Las citadas fuentes creen que el exalcalde de Castelldefels, Manuel Reyes, o la exdelegada del Gobierno de Rajoy en Cataluña, María de los Llanos de Luna, encabezarán una candidatura única que tenga el visto bueno de los principales dirigentes catalanes.
Cambios internos en el PP catalán
Desde los comicios catalanes del 14-F, en los que el PP catalán bajó de cuatro a tres diputados y bordeó la desaparición en el Parlament, la dirección nacional ha impuesto una serie de cambios internos que han provocado tensión interna.
Primero fue el anuncio de tres nombramientos en cargos institucionales en Barcelona con los que perdieron peso orgánico varios afines al líder del PP catalán. Estos nombramientos fueron fruto de la decisión del portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Josep Bou, de apartar al jefe de gabinete de Fernández, Eduardo Bolaños, de asesor en el consistorio y a dos concejales de distrito, concretamente los de Las Corts y Sarrià, Xavi Cañigueral e Isaac Martín.
Génova decidió, junto a Bou, que el puesto de asesor de Urbanismo que tenía Bolaños fuese ocupado por Miriam Casanova, doctora en Economía y cercana al equipo que tuvo Alberto Fernández Díaz en el citado Ayuntamiento.
En cuanto a las concejalías de distrito, la de Las Corts recayó en Irene Pardo, presidenta de Nuevas Generaciones en Cataluña, número tres en la lista al Congreso con Cayetana Álvarez de Toledo y que el pasado 1 de marzo denunció a su expareja, el vicesecretario de Comunicación y Electoral del PP catalán, Alberto Fernández Saltiveri, por un presunto delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género y otro de maltrato habitual.
Aquel hecho, desvelado por Ara y Vozpópuli, provocó la inmediata destitución del número cuatro del PP catalán por orden directa de Génova. En la sede nacional se hizo todo lo posible para que Fernández se anticipase a la denuncia de Pardo contra Santiveri ante el riesgo de que se uniese, como finalmente ocurrió, a la investigación judicial que se conoció en enero contra Daniel Serrano.
Este último, 'mano derecha' del líder de los 'populares' catalanes, tuvo que dimitir de todos sus cargos unos días antes de la campaña electoral por una presunta agresión sexual también contra una compañera del partido. Pese a este precedente, la dirección del PP catalán no se atrevió a actuar contra Santiveri ante las súplicas de la presunta víctima en los meses previos.
El puesto de concejal de Sarriá quedó en manos de Antonio Verdera, empresario con más de 30 años de experiencia en el sector de la comunicación, la publicidad y el marketing. Fundador de Vitalmark, este discreto militante del PP catalán ha echado una mano en el pasado al partido en el área de estrategia y ha ocupado puestos de suplente en listas electorales.
Elección del 'número dos'
Tras estos relevos en el Ayuntamiento de Barcelona, el siguiente paso fue la elección del 'número dos' del PP catalán. Génova pactó con Fernández y otros dirigentes catalanes que el exdiputado autonómico Santiago Rodríguez ocupase el cargo que dejó vacante Daniel Serrano en enero.
También se colocó a Juan Milián como nuevo vicesecretario de Comunicación y Electoral tras la destitución fulminante a principios de marzo del dirigente que ostentaba dicho cargo, el citado Fernández Saltiveri,
Rodríguez concitó el consenso de todas las familias del PP catalán y tuvo también el respaldo de la dirección nacional. Ha sido diputado autonómico hasta la última convocatoria electoral y ha trabajado codo con codo con Xavier García Albiol, actual alcalde de Badalona, y luego con Fernández.