El tiempo se agota para Pedro Antonio Sánchez (PAS le llaman los suyos). Cuatro meses después de su forzosa dimisión como presidente de la Región de Murcia, la dirección nacional prepara silenciosamente su relevo al frente de la estructura regional. PAS fue elegido jefe de filas del partido en esa Comunidad en el congreso de abril. Su horizonte judicial se torna cada vez más oscuro. A la vuelta del verano habrá novedades.
Dos autos de procesamiento en apenas un mes. El caso Púnica y el caso Auditorio. Los tribunales ven indicios para su procesamiento. Pendientes de los recursos y de la posible apertura del juicio oral en sendos procedimientos, la dirección nacional del PP se plantea ya su relevo al frente de la organización regional. En Génova no se comenta abiertamente el caso. Se está a la espera de la decisión de los jueces. Existen pocas probabilidades de que finalmente estos casos se archiven.
"Nadie ha metido la mano en la caja, PAS no se ha llevado un euro, que quede claro", insisten sus más fieles. El caso Auditorio fue un asunto administrativo mal gestionado. En su aparición en la Púnica se mantiene el argumento de que PAS no contrató nada, no pagó nada y no se movieron fondos públicos para financiar los trabajos de mejora reputacional en la red.
Ciudadanos forzó la salida de Sánchez del Gobierno autonómico. Después de semanas de presiones, Fernando Maíllo, coordinador general del PP, tuvo que ceder. Entregó su cabeza. Mariano Rajoy había defendido públicamente a su hombre en Murcia. Reclamó respeto a la presunción de inocencia. Pero Albert Rivera hizo 'casus belli' del asunto y se cobró la pieza. Consintió, mediante abstención, que Fernando López Miras, mano derecha de PAS, asumiera el Ejecutivo regional. PAS seguiría al frente del PP en Murcia y mantendría el escaño. "Ya le hemos echado de presidente, no exigíamos más", señalan en el partido naranja.
Silencio en el relevo
La cúpula de Madrid otea el horizonte y se dispone a abordar el nuevo escenario. Sin ruido ni negociaciones intempestivas. Sánchez, en su salida, pidió que se le permitiera designar a su sucesor. Así fue. Miras se sentó en su sillón del Gobierno. Ahora buscaría también hacer lo propio con la presidencia del PP.
Sánchez, en su salida, pidió que se le permitiera designar a su sucesor. Así fue. Miras se sentó en su sillón del Gobierno. Ahora buscaría también hacer lo propio con la presidencia del PP
López Miras es la opción continuista, pese a que despierta recelos en un sector minoritario del partido que en su momento pugnó contra PAS. Alberto Garre, quien fuera presidente de la Comunidad tras la marcha al Parlamento Europeo de Ramon Luis Valcárcel, es uno de los elementos más críticos. Tanto, que dejó el partido meses atrás. En la dirección nacional se valora la actitud de Miras, ajeno a las disputas internas y con voluntad de pacificación. Cuenta, además, con que el PSOE está sufriendo la resaca del retorno de Pedro Sánchez, y se dispone a celebrar su congreso en Murcia con tres candidatos. Ciudadanos carece por ahora de perfil potente y Podemos juega a ponerle zancadillas a los socialistas.
En este escenario no hay que mover mucho las cosas, sino apuntalar y consolidar lo que existe, señalan en fuentes de Génova. Marcos Ortuño y Patricia Fernández, alcaldes de Yecla y Archena, sonaron en su momento como relevo para PAS. No parece que ahora la línea sucesoria se oriente en esa dirección. No gustan en el PP de las bicefalias y menos en unas circunstancias tan inestables.
Un nuevo presidente en el PP murciano podría derivar en situaciones de tensión entre los vértices de las dos instituciones. El Gobierno por un lado y el partido, por otro. Un panorama que no seduce en Génova. Murcia es una de las cinco comunidades donde los populares aún gobiernan. El poder territorial de Rajoy sufrió un severo varapalo en las autonómicas de 2015. Ahora el aparato se prepara para recuperarlo a la vuelta de año y medio. "Hay que huir de los experimentos y apostar por lo conocido", señalan estas fuentes. La mayoría absoluta en Murcia es uno de los objetivos más acariciados. López Miras será, posiblemente, el encargado de dar esa batalla.