Antes de su polémico ingreso en abril en el Hospital San Pedro de Logroño, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, viajó a España en secreto en al menos seis ocasiones desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, según informaron fuentes de los servicios secretos españoles a Vozpópuli.
En dos de estas ocasiones, el desplazamiento se produjo a las Islas Canarias. Y en el resto, se eligió la Península. Cada viaje tuvo el permiso del Gobierno español, que informó de antemano a las autoridades de Marruecos sin que hubiese ningún problema con Rabat.
La única condición que reclamó el reino alauí es que no se diese ninguna publicidad a la estancia de Ghali en territorio español y que dicha presencia fuese "sumamente discreta". Objetivo que se cumplió, pues no hay rastro en los medios de comunicación de estos viajes del líder del Polisario a España.
Fuentes diplomáticas españolas ven la espoleta de la crisis en la visita a Madrid que el ministro de Exteriores de Argelia, Sabri Boukadoum, rindió a Laya el pasado 29 de marzo. En apenas tres semanas se organizó el traslado en secreto de Ghali a territorio español.
El avión medicalizado de la Presidencia argelina aterrizó el 18 de abril en el aeropuerto de Zaragoza. Lo hizo en la parte militar de la base para evitar miradas indiscretas. Varias personas bajaron del aparato junto a Ghali, al que esperaba una ambulancia al pie de la escalerilla.
Una dotación de la Guardia Civil escoltó a la ambulancia hasta el hospital del Logroño, donde el también presidente de la República Árabe Sahararui Democrática (RASD) ingresó directamente en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) para ser tratado de coronavirus bajo la identidad de Mohamed Benbatouche.
Ghali, sin pasaporte falso
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores aclararon este viernes que Ghali no llegó a España con pasaporte falso, aunque el líder del Polisario sí que pactó con el hospital un cambio de identidad por razones de privacidad.
Las fuentes de los servicios secretos subrayan, por su parte, que ese despliegue de la Benemérita a la hora de escoltar la ambulancia en la que fue trasladado el líder de los saharauis que viven en los campamentos de Tinduf (Argelia), pudo estar en el origen de la filtración que llegó a oídos de la inteligencia marroquí. La prensa del país vecino destapó el 22 de abril el plan urdido por Madrid y Argel, cuatro días después de la llegada de Ghali.
La diferencia en esta ocasión, según la versión marroquí, es que el Gobierno de Sánchez no informó por anticipado a Marruecos, lo que ocasionó el consiguiente enfado del reino alauí. La jefa de la diplomacia española, Arancha González Laya, se encontró de inicio con la oposición del titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a su plan de no comunicar previamente a Marruecos la acogida de Ghali, pero la jefa de la diplomacia logró finalmente imponer su criterio a Sánchez.
Tras desvelarse la estancia del líder del Polisario en España, Rabat advirtió en varios comunicados que tomaría represalias si Madrid no le aclaraba los motivos de su presencia en un hospital español y por qué se le había ocultado este hecho.
La ministra de Exteriores, lejos de lanzar mensajes conciliadores, dejó claro la pasada semana que no tenía nada que añadir a la explicación inicial de que el enemigo número uno de Marruecos había sido acogido en Logroño por "motivos humanitarios". Unos días después llegó la avalancha migratoria sobre Ceuta.
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