El perfil de los captadores de la red de compra de votos en Melilla es el de delincuente común vinculado al narcotráfico y de las zonas más humildes de la ciudad autónoma, según informan fuentes de la investigación a Vozpópuli. Entre los detenidos por la Policía Nacional en la primera fase de la operación contra esta organización criminal se encuentra Felipe Heredia, expresidente del Huracán de Melilla que fue investigado por amaño de partidos, y varios miembros del clan de los Garrampines, una familia conocida en la zona por su implicación en actividades delictivas.
Heredia, conocido en Melilla como 'el gitano', fue presidente del Huracán de Melilla. En su última etapa también ejercía de entrenador del conjunto local, uno de los equipos que recibían subvenciones por parte de la Consejería dirigida por un miembro de Coalición por Melilla.
Fotografías con dirigentes de CPM
En algunas fotografías a las que ha tenido acceso Vozpópuli se ve a Felipe acompañado por Rachid Bussian, líder de la Consejería de Infraestructuras, Urbanismo y Deportes de la localidad. En algunas instantáneas también están al lado del Consejero de Distritos, Juventud y Participación Ciudadana, Mohamed Ahmed Al-Lal, quien fue detenido el martes por la trama de la compra de votos fraudulentos en la ciudad. Ahmed, también era candidato número 3 de Coalición por Melilla (CPM) para las elecciones del 28 de mayo. Fue viceconsejero de Nuevas Tecnologías. Dimitió de sus puestos este miércoles.
El PP denunció que Ahmed Al-Lal estaba adjudicando 40 contratos menores de obras por 40.000 euros, que es el límite legal establecido, “corriendo para darlos a dedo a dos días de las elecciones”.
Heredia también tuvo que dar un paso atrás de sus cargos de presidente y entrenador del Huracán el pasado mes de febrero porque, junto a su hermano, fue investigado por un caso de amaño de partidos. Las diligencias se remontan al mes de diciembre de 2021 cuando su equipo disputó un partido de Copa del Rey contra el Levante. El conjunto valenciano ganó por ocho goles a cero en territorio rival. La Policía Nacional investigó el encuentro y acabaron detenidas seis personas por apropiarse de 30.000 euros en apuestas ilegales.
Se da la circunstancia de que el abogado que asistió a Felipe Heredia es Mohamed Bussian, el hermano del consejero de deportes y que también defiende al partido de Coalición por Melilla.
Los captadores
La Policía Nacional sitúa a Heredia en el escalafón de los captadores de la banda. Su perfil: un hombre muy conocido en Melilla le habría posibilitado tener acceso a varias capas de la población y hacerles las ofertas por sus papeletas.
Otros detenidos en esta operación son miembros del clan de los Garrampines, una familia muy conocida en su zona de El Rastro, una de las partes más antiguas de la ciudad autónoma. Son muchos hermanos que tienen antecedentes por narcotráfico. Entre sus artimañas está el boicot y paralización de obras para que el adjudicatario acabara renunciando y le dieran el contrato a otro empresario. Completan todas las posibilidades de delitos del Código Penal. Son muy peligrosos y en muchos casos no dudan en usar la violencia, según relatan fuentes policiales a Vozpópuli.
Zonas humildes de Melilla
Los investigadores de la UDYCO y la UDEF de la Policía Nacional sitúa a estas personas en el escalafón de los captadores de la trama de compra en Melilla. Su red de contactos en la ciudad les permitía convencer a la gente para vender sus papeletas electorales.
En un primer momento buscaron a los marroquíes empadronados en Melilla pero que no residen en la localidad. Después pasaron a gestionar 'puerta por puerta' en las zonas más humildes con esbirros de confianza. Cuando comenzaron a salir a la luz las sospechas de la sociedad por el alto número de solicitudes se pusieron nerviosos y decidieron actuar contra los carteros.
Correos ha validado hasta este miércoles 2.572 votos por correo en Melilla para las elecciones del 28-M, lo que representa el 22% de las 11.707 solicitudes tramitadas. En los registros y en intervenciones, los agentes han localizado unas 2.000 papeletas. Faltan cerca de 6.000 que están en paradero desconocido y los investigadores temen que hayan podido ser destruidas. El tiempo corre en contra de los delincuentes ya que este jueves acaba el plazo para poder presentarlos en las oficinas. Después, esos trozos de papel no tendrán ya valor.
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