Podemos cree que en España se discrimina por el acento, aunque reconoce que "no hay suficiente literatura científica" sobre esta discriminación en nuestro país. El socio del Gobierno cree que las regiones meridionales son las más discriminadas por su acento ("glotofobia" o "hablismo"). En concreto, menciona a Extremadura, Murcia, Andalucía y Canarias. Unidas Podemos defenderá este martes en la Comisión de Cultura una Proposición No de Ley (PNL) para que el Gobierno ponga en marcha una campaña contra la estigmatización por cuestión de acento. En dicha PNL, además, carga directamente contra el presentador de televisión, Pablo Motos: "Es ya famoso por sus afirmaciones o insinuaciones despectivas hacia el andaluz".
Podemos pone al presentador como ejemplo de glotófobo. Según el texto, firmado por la exdiputada María Márquez, el "presentador de El Hormiguero, Pablo Motos, es ya famoso por sus afirmaciones o insinuaciones despectivas hacia el andaluz; así se dirigió al presentador Roberto Leal cuando fue contratado para presentar Pasapalabra: 'Lo del acento andaluz, ¿qué vas a hacer? ¿lo vas a suavizar o lo vas a dejar?".
Para el socio del Gobierno, este sería un claro ejemplo de glotofobia. "La estigmatización, que genera considerable sufrimiento, pasa a ser discriminación cuando interfiere en el cumplimiento de derechos básicos", señala la PNL justo a continuación. La PNL reza que el modo en que una persona habla es un rasgo constitutivo de su existencia individual y social, por lo que es importante protegerla y no castigarla, "ya que atacarla constituiría una discriminación ligada al propio concepto de la identidad personal y social".
Podemos considera que estas modalidades lingüísticas son "objeto de burla, de estigmatización e incluso de discriminación". En España, los acentos más discriminados según UP son los del sur (Extremadura, Andalucía, Murcia o Canarias). Las personas que protagonizan esta clase de discriminación terminan sintiendo "vergüenza" y forzando un acento más normativo.
Campaña pública para defender los acentos
Estamos asistiendo estos meses a varias campañas publicitarias que exaltan con orgullo el acento andaluz. Un claro ejemplo es el anuncio de Cruzcampo con Lola Flores como protagonista. "¿Tú sabes por qué a mí se me entendió en todo el mundo? Por el acento", decía la faraona. El humorista Manu Sánchez ha vuelto a ser viral este año por su spot de 2021 para el Día de Andalucía en el que reivindicaba el acento andaluz.
Podemos cree que un "sentimiento de inferioridad explica la exaltación orgullosa del acento andaluz en estas campañas". El partido propone realizar una campaña institucional financiada con fondos públicos "para reivindicar la dignidad de todas las variedades y modalidades lingüísticas".
María Jesús Montero, ejemplo de discriminación para UP
UP considera que una víctima de la glotofobia ha sido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. El diputado apunta a "una diputada" que "afeó a la ministra sevillana su habla andaluza asociándola a los barrios pobres (las 3000 viviendas) y a las situaciones informales (mitin)". "En estos casos, la discriminación por el acento sirve de cauce de expresión a un profundo sentimiento clasista", considera el socio del PSOE.
La PNL teoriza que "propiamente hablando, todos tenemos acento: no existe nada parecido a un español neutro o perfecto. La estigmatización procede de la confusión de la lengua estándar (un ideal lingüístico, lengua artificial que no se corresponde con ninguna variedad real) con las variedades o lenguas naturales. Y procede muy particularmente de una ideología lingüística centralista, purista e inmovilista, que se empezó a desarrollar con el nacimiento de los estados nacionales modernos, concretamente con la pretensión de convertir la lengua en símbolo de la nación. El centralismo lingüístico, que castiga a la inmensa mayoría de los ciudadanos de las zonas periféricas, no es más que una ideología que se utiliza para legitimar y reproducir la división desigual del poder y de los recursos sobre la base de la lengua (Tove Skutnabb-Kangas)".
Esta propuesta fue registrada en mayo de 2021, por lo que lleva tiempo en el cajón del Congreso. Ha pasado tanto tiempo que la diputada que lo firma, María Márquez, dejó el escaño hace casi dos años, siendo sustituida por Miguel Ángel Bustamante, de Izquierda Unida. El pasado octubre, Bustamante dejaba también el Congreso al trascender a los medios la noticia de que había sido denunciado por violencia de género por su pareja. En estos momentos, ocupa el escaño Ezequiel García, de Podemos.
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