El Gobierno ha pedido este martes no quedarse en “temas intrascendentes” como la decisión del rey Felipe VI de permanecer sentado ante la espada de Simón Bolívar en la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, en vez de en las buenas relaciones bilaterales. En declaraciones tras visitar la obras del AVE en Almería, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, se ha sumado así a la opinión expresada por el ministro de Cultura, Miquel Iceta, para quien este asunto es una mera “polémica veraniega para que algunos marquen posición política”.
Respondían así al revuelo impulsado por la ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, y otros miembros de Podemos que han considerado que la Casa Real debería pedir disculpas por el gesto de don Felipe. En la ceremonia del pasado domingo en Bogotá, y justo después de ser investido, Gustavo Petro ordenó, como primer acto de su Gobierno, que la espada del Libertador Simón Bolívar, un símbolo de su lucha guerrillera y luego política, fuera llevada a la tarima donde se llevaba a cabo la ceremonia.
Antes de la ceremonia de toma de posesión, Petro había solicitado que, por primera vez, la espada de Simón Bolívar, que la guerrilla del M-19 (en cuyas filas estuvo Petro) robó como su primer acto simbólico y entregó cuando se desmovilizó, estuviera presente en el acto de investidura, una petición que el residente saliente, Iván Duque, desestimó.
Nada más ser investido, el nuevo presidente ordenó que la espada fuera llevada a la tarima; una decisión que obligó a interrumpir la ceremonia de traspaso de la Presidencia durante 40 minutos. Cuando finalmente la espada llegó al estrado, los mandatarios invitados a la ceremonia se pusieron en pie en señal de respeto, mientras que Felipe VI se mantuvo sentado, ya que no se trata de ningún símbolo oficial del Estado como lo son la bandera y el himno.
Para el ministro Bolaños, la reacción del rey es un “detalle sin demasiada trascendencia y totalmente menor, lo importante es que se abre una nueva etapa” en las relaciones con Colombia, ha asegurado. Prueba de esa amistad es el hecho de que España estuviera representada en la toma de posesión por una delegación encabezada por el jefe del Estado y por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares.
Por ello, ha pedido que “no nos quedemos en temas que son intrascendentes”. Por su parte, el ministro Iceta ha aconsejado “mantener las cosas en términos razonables, sin desmadrar pequeños gestos que no tienen esa trascendencia”. “Yo no sé, si me pasa una espada por delante, no sé si me levanto o no”, ha asegurado tras considerar “absolutamente disparatado y desproporcionado” proponer que se pidan disculpas a Colombia por el gesto del rey.
“Es como hay quien dice que hay que pedir disculpas por descubrir América, lo que no estamos es a tiempo de decirle a Colón que se dé la vuelta”, ha señalado.
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