El amago de la Generalitat de Cataluña de abrir sus estaciones de esquí ha expuesto al Gobierno español a una crisis diplomática con Francia y otros países de la Unión Europea, que piden mantener los centros de todo el continente cerrados por el coronavirus durante la Navidad. Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguran a Vozpópuli que se buscarán una solución coordinada de cara a estas fiestas para que las comunidades que tienen pistas tras los mensajes de apertura unilateral que llegan de la comunidad catalana.
Es difícil saber lo que ocurre en Cataluña, cuyas instituciones están gobernadas por una coalición de partidos que ni se hablan ante la cercanía de las elecciones autonómicas del 14 de febrero. Un alto cargo de la Generalitat reveló este miércoles que las estaciones catalanas trabajan con un horizonte de apertura a partir del 9 de diciembre.
Sin embargo, Procicat -qué es el organismo encargado de las decisiones sanitarias desde que empezó la pandemia- ha desmentido esta afirmación y asegura que no hay un decisión tomada al respecto.
Sorpresa en Aragón y Andalucía
Las declaraciones de Ricard Font, presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Cataluña, han trascendido rápidamente a todos los medios. La sugerencia de una apertura de las pistas en los próximos días ha indignado a otras comunidades como Aragón o Andalucía, que no sabían nada al respecto.
Los responsables sanitarios de estas regiones, y también de Cataluña entre otras, mantuvieron una reunión técnica el pasado lunes para abordar la situación de las estaciones de esquí. El encuentro acabó sin un acuerdo concreto y sin una postura clara del Ministerio de Sanidad, pero hubo un cierto entendimiento a la hora de extremar los mensajes de "prudencia", según ha sabido este diario.
El presidente de Aragón, el socialista Javier Lambán, llegó a decir este mismo lunes que no consideraba prudente abrir las estaciones antes del día de Reyes, sugiriendo que no habrá campaña navideña de esquí con el golpe económico que eso supone. En Aragón, por ejemplo, Formigal, Panticosa, Cerler, Astún y Candanchú suponen un 7% del PIB de la comunidad y generan 1.300 puestos de trabajo directos y casi 12.000 indirectos, según cifras oficiales del Gobierno aragonés.
El problema es que son las comunidades autónomas las que gestionen las estaciones, y las encargadas de decidir teóricamente sobre su apertura o cierre. La apertura amenaza con un problema diplomático para España, porque Francia, Italia y Alemania han solicitado a todos los países de la UE que prescindan de la temporada de esquí en Navidad. El objetivo es frenar el tránsito de personas entre países ante el temor a una tercera ola de la pandemia cuando la segunda se estabiliza a duras penas.
Francia presiona a España
Francia también ha hecho llegar este petición al Gobierno español. París teme que ciudadanos franceses crucen los Pirineos para esquiar en España. El primer ministro galo, Jean Castex, admitió en una entrevista que había conversado con Sánchez al respecto, pero que el presidente del Gobierno le había respondido que "no tiene competencias".
A pesar de ello, y como ha ocurrido con el plan de Navidad, Sanidad buscará una respuesta coordinada para no convertir la temporada de invierno en un galimatías autonómico. En ese sentido, el Consejo Interterritorial de Salud de este miércoles no ha abordado la situación específica de las estaciones. Eso sí, las restricciones de movilidad impuestas en ese plan navideño complican cualquier plan de apertura.
El Gobierno ha prohibido la circulación entre comunidades durante la Navidad salvo para reuniones familiares. Esta decisión impide los desplazamientos turísticos, pero deja la puerta abierta -si los autoridades regionales lo permiten- a que los habitantes de esa autonomía viajen a las estaciones si están abiertas. El problema sería entonces con Francia.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación