"El ministro de Exteriores con el que más habla Albares es con el de Marruecos". Así explican fuentes diplomáticas el esfuerzo que el ministro de Asuntos Exteriores está dedicando a resolver la crisis con Rabat. Los avances, al menos a simple vista, no son muy evidentes. Pero el Gobierno sostiene que hay avances y que lo que no va a hacer es radiar cada pequeño hito. "Construir la confianza cuesta un mundo, pero perderla... Se pierde en un segundo", dicen estas fuentes.
El Gobierno recurrió por primera vez a Felipe VI desde que estalló el conflicto diplomático. Sus palabras en la recepción al cuerpo diplomático, con la ausencia de la embajadora de Marruecos, estaban por supuesto alineadas con el Gobierno. Y mostraron que la preocupación en La Moncloa es alta. La crisis dura más de lo que desearía el Pedro Sánchez.
"Las cosas van mejorando al ritmo que deben ir mejorando", admiten fuentes diplomáticas. "Si queremos garantizar que España y Marruecos no sea la historia de crisis repetidas se requiere tiempo. Creemos la confianza".
Guiño de Bruselas a Marruecos
Los esfuerzos de distensión de España están contando también con la complicidad de la Unión Europea. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, hizo una breve visita a Rabat esta semana como parte de una minigira por África. Von der Leyen anunció una inversión de 1.600 millones de euros en subvenciones para el país magrebí entre 2021 y 2027. Y reafirmó la condición de socio estratégico de Marruecos.
El gesto de Bruselas es otro paso importante en el deshielo. El Gobierno español utilizó su posición como socio europeo para presionar a Rabat, muy dependiente económicamente de la Unión, durante la crisis migratoria de Ceuta. El viaje de Von der Leyen es parte de la solución que buscan Madrid y Rabat.
Fuentes de Exteriores señalan que los avances son evidentes. La hoja de ruta del Gobierno es el discurso del rey Mohamed VI en agosto. El monarca alauí manifestó el deseo de “inaugurar una etapa inédita” en las relaciones entre España y Marruecos, que se debe basar en “la confianza, la transparencia, la consideración mutua y el respeto a los compromisos”.
A partir de ahí, cada paso está costando un mundo. La realidad es que el Gobierno contaba con una resolución más rápida tras estas palabras de Mohamed VI. Pero el discurso es de agosto. Marruecos sigue sin embajador en Madrid. Y sigue habiendo choques de pequeña intensidad siempre con el telón de fondo de Ceuta y Melilla. De ahí, la intervención del Felipe VI a favor del entendimiento con Marruecos en la recepción al cuerpo diplomático, donde faltaba la embajadora de Rabat.
Gestos de distensión
Fuentes diplomáticas señalan, sin embargo, que el funcionamiento es fluido. El encargado de Negocios de la legación hace las funciones propias de un embajador y la comunicación, dicen, es buena. Si bien, nada se puede dar por resuelto hasta que la embajadora marroquí, Karima Benyaich, regrese a España.
Las autoridades marroquíes han relevado recientemente a parte del equipo de confianza de Benyaich en Madrid. Las interpretaciones sobre este movimiento han sido múltiples. Hay quien entiende que su regreso es muy complicado después del conflicto tras el tratamiento del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali en España, y los sucesos de Ceuta. Y que Marruecos está preparando un relevo para facilitar la normalización de las relaciones. Sin embargo, Exteriores se ha abstenido de opinar a preguntas de Vozpópuli.
Por su parte, el embajador de España en Rabat, Ricardo Díez-Hochleitner, también ha recuperado buena parte de su agenda habitual. Fuentes de Exteriores reconocen que hubo un parón notable entre los meses de abril, mayo, y el comienzo del verano. Pero que poco a poco ha vuelto a ser invitado a determinados foros, en otro pequeño paso hacia la distensión total.
Encuentro Albares-Bourita
La última conversación pública entre Albares y su homólogo marroquí, Nasser Bourita, se produjo con motivo de la Asamblea General de la ONU. Los dos acordaron reunirse en las próximas fechas. La cita no ha llegado a concretarse.
En paralelo, Rabat sigue defendiendo ante los organismos internacionales su plan de autonomía limitada para el Sáhara, que el Frente Polisario rechaza. El enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, visitó Rabat en enero. Naciones Unidas ha defendido la celebración de un referéndum en la excolonia española. Una resolución a la que se han adherido todos los Gobiernos de España.
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