España

El Gobierno admite que aún está investigando si hay transacciones comerciales con Argelia

El Ejecutivo apela a la prudencia y asegura que está trabajando para devolver a la normalidad las relaciones con Argel

El Gobierno ha admitido este martes que aún está investigando, a través de la Oficina Comercial en Argel, si se han recuperado las transacciones comerciales con Argelia. El Ejecutivo ha apelado a la "prudencia" y ha asegurado que está trabajando para devolver a la normalidad las relaciones con el vecino del norte de África que rompió de manera unilateral el tratado de amistad con España tras el giro promarroquí de Madrid respecto al Sáhara Occidental.

"En estos momentos, la Oficina Comercial está verificando si se están produciendo las relaciones con normalidad. Una vez verifiquemos si hay o no obstáculos… actuaremos en consecuencia. La Unión Europea también trabaja para defender los intereses de las empresas españolas", ha remachado la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. Madrid ha encapsulado las relaciones con Argelia en un aura de misticismo en aras de solucionar el lío diplomático en que se ha metido el Ejecutivo tras reconocer como la propuesta "más seria" el plan de autonomía para el Sáhara que reconoce la soberanía de Rabat de la excolonia española.

"Me van a permitir que reitere el compromiso del Gobierno con el diálogo para abordar las relaciones con la máxima prudencia. Estamos en un momento importante; de retomar negociaciones", ha espetado la portavoz, quien ha evitado comentar las declaraciones de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, quien señaló a Rusia como culpable de la tensión que vive Madrid con Argel.

El papel clave de Bruselas

La diplomacia comunitaria está funcionando, según fuentes gubernamentales, para zanjar una crisis que ha ido in crescendo desde que Argelia, además de romper el tratado de amistad, exigiera a sus instituciones financieras que bloquearan las transacciones financieras con las empresas españolas. El viaje del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a la capital comunitaria y la seria advertencia que hizo después la Comisión Europea a Argel sobre las consecuencias de romper comercialmente con España, es decir, romper con toda la UE, hicieron rectificar a Argelia.

Eso sí, la diplomacia del país magrebí negó que entre las decisiones que tomó en respuesta al giro español sobre el Sáhara se encuentrara frenar las transacciones corrientes con España: "[Esa medida] solo existe en la mente de quienes la reclaman y de quienes se han apresurado a estigmatizarla". Con respecto al suministro de gas a España, la misión diplomática argelina insiste en que corresponde a las empresas comerciales "asumir todos sus compromisos contractuales".

Cabe recordar que Argelia considera "injustificable" que el Gobierno de Sánchez haya apoyado el plan de autonomía sobre la excolonia española. Argel y Rabat están inmersos en un conflicto con aras de perdurar y de difícil solución. Y todo porque Argel quiere debilitar a Marruecos, que está emergiendo como potencia central del norte de África. El reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la excolonia española, además, imposibilitaría el acceso de Argelia al océano Atlántico.

1.068 millones en el aire

Como ya informó este diario, el bloqueo comercial que denuncian exportadores y empresarios deja en el aire 1.068 millones de euros. En los últimos años, el comercio bilateral ha sido deficitario para España, que venía comprando a Argelia una buena parte de todo el gas que vendía. Esta relación destacada con los hidrocarburos ha hecho que las importaciones españolas de Argelia hayan superado curso tras curso a las exportaciones al país magrebí. Aunque las ventas al país africano no representan ni el 1% de las exportaciones españolas totales, la ruptura comercial podría costarle a España 1.068 millones de euros este año.

La ruptura llegó el pasado miércoles, horas después de que el presidente español defendiera en el Congreso la propuesta marroquí. Para Argelia, el viraje repentino de España tiene un responsable con nombre y apellido: Pedro Sánchez. El máximo mandatario argelino, Abdelmadjid Tebboune, ya señaló directamente al socialista, y "no a España" como país, como culpable de romper las relaciones entre las dos potencias. Según detalla una fuente diplomática argelina al diario Algeriepatriotique, el alegato de Sánchez en el hemiciclo fue lo que empujó a Argelia a congelar sus relaciones con España.

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