España

Defensa no mandará militares a la valla, como hizo Zapatero en 2005, pese al mayor asalto en décadas

La intervención del Ejército se ha limitado a instalar 402 literas en una decena de tiendas de campaña y a ofrecer 466 bandejas de comida. Bono desplegó 480 legionarios y regulares para vigilar la frontera de Ceuta y Melilla tras una avalancha menor. Alrededor de 80.000 subsaharianos aguardan en Marruecos para entrar en España.

El aumento de la presión migratoria, hasta el punto de registrarse este martes el mayor asalto en la valla de Melilla desde que existen registros, no va a alterar, de momento, los planes del Gobierno en su estrategia de seguridad en la frontera con Marruecos. Según informaron a Vozpópuli fuentes del Ministerio de Defensa, el despliegue de militares para realizar labores de vigilancia en las ciudades autónomas, como hizo el Ejecutivo socialistas de José Luis Rodríguez Zapatero en 2005, está ahora mismo descartado. Desde el gabinete que dirige Pedro Morenés no se ha dado ninguna orden dirigida a preparar un inmediato refuerzo militar en la valla.

Después de que 500 inmigrantes consiguieran cruzar este martes el cercado y entrar en España, entre un grupo de 1.100 subsaharianos, la intervención del Ejército se ha limitado a instalar 402 literas en una decena de tiendas de campañas y a ofrecer 466 bandejas de comida. Las mismas fuentes de Defensa afirman que "esta asistencia ya se viene prestando durante los últimos meses", en los que el Ejército ha cedido literas para 753 personas, tras el repunte de la llegada de sin papeles.

De esta manera, el Gobierno pretende hacer frente al colapso que vive el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, que está desbordado por la presencia de 1.900 personas, una cifra que casi cuadruplica su capacidad para 480. Además de las tiendas del Ejército, la Cruz Roja colabora con otras seis (de 20 personas) y 200 lotes de mantas y ropa.

El Ejecutivo, a través del Ministerio del Interior, sí reforzó este martes el perímetro fronterizo de Melilla con un nuevo Módulo de Intervención Rápida (MIR) de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, compuesto por 20 agentes, y dos unidades de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía, integradas por 50 antidisturbios cada una. Otra UIP se desplazará a la ciudad autónoma en los próximos días.

Así, Melilla contará con 150 agentes de las UIP (ya había una unidad de 50) y 80 de la Guardia Civil (antes 60, divididos en tres módulos). En total, 230 efectivos de las Fuerzas de Seguridad que el Gobierno cree suficientes para frenar la entrada de irregulares. A su juicio, no hay necesidad de recurrir al Ejército.

La medida del Ejecutivo socialista sí logró un efecto disuasorio y no se registraron avalanchas durante los dos meses en que los militares custodiaron la valla

Fuentes de Defensa señalan que el despliegue militar que ordenó el Gobierno de Zapatero después de un asalto de 350 inmigrantes (lo intentaron 650 en aquella ocasión) "sólo contemplaba labores de apoyo al Instituto Armado". Los soldados no tienen competencia para detener a los inmigrantes y proceder a su devolución. Únicamente pueden retenerlos una vez han cruzado la valla hasta ponerlos a disposición de la Guardia Civil.

Sin embargo, la medida adoptada entonces por el Ministerio de Defensa que dirigía José Bono sí logró un efecto disuasorio y no se registraron avalanchas durante los dos meses en que los militares custodiaron la valla. Cuatro compañías de La Legión y Regulares, integradas por 480 efectivos, se pusieron a las órdenes de la Comandancia de la Benemérita.

En aquella ocasión, la decisión del Ejecutivo socialista llegó además tras la muerte de cinco inmigrantes en la valla de Ceuta. Ahora, el mayor asalto registrado tiene lugar apenas un mes después de que 15 subsaharianos perdieran la vida cuando intentaban alcanzar a nado la playa ceutí de El Tarajal. La actuación aquí de la Guardia Civil, que disparó pelotas de goma, ha sido objeto de fuerte polémica.

Rajoy y su línea de 'dura' oposición 

La actitud del PSOE ahora, que no ha cerrado la puerta a un pacto en inmigración, dista mucho de la que tuvo el PP cuando estaba en la oposición. Entonces, tras la tragedia de 2005, el líder del PP, Mariano Rajoy, exigió la comparecencia de Zapatero en el Congreso de los Diputados para explicar por qué dejaba "a su suerte" a las ciudades autónomas. Además, reclamó al Gobierno socialista que obligara de inmediato a Marruecos a poner fin a los "asaltos masivos a la frontera" de Ceuta y Melilla.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación
Salir de ver en versión AMP