La "evidencia científica" se había convertido en el Faro de Alejandría de nuestros gobernantes a la hora de tomar cualquier decisión relativa a la pandemia. Era el comodín perfecto para justificar cualquier medida, por incómoda que fuera: "Nos guiamos por lo que dicta la evidencia científica". De un extremo, el Ejecutivo ha pasado al contrario, y se empeña en defender el uso obligatorio de las mascarillas en exteriores pese a la nula evidencia de su eficacia para frenar los contagios. Quizá por ello el Ministerio de Sanidad ha evitado el mal trago de consultar con la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta la extensión de esta impopular medida, tal y como ha confirmado por fuentes internas Vozpópuli.
"No nos han convocado ni para aprobar la medida en su día, ni tampoco para prorrogarla", lamentan dichas fuentes. Varias comunidades autónomas intentaron tratar el tema en el Consejo Interterritorial de este miércoles, pero la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se negó a tratarlo según ha podido saber este diario por fuentes presentes en la reunión. La ministra pasó página bajo el argumento de que ese punto "no estaba en el orden del día".
La Ponencia de Alertas ya expresó su negativa a imponer la mascarilla en exteriores, un empeño del Gobierno que ha conseguido el beneplácito de las fuerzas parlamentarias por incluir la medida en un Real Decreto que también incluía la revalorización de las pensiones. Este grupo de expertos elaboró un documento de recomendaciones de cara a la Navidad del que el Gobierno hizo caso omiso, ya que ni siquiera se lo presentó a las comunidades autónomas para su debate dos días antes de la Nochebuena.
En aquel documento, los expertos en Salud Pública proponían mantener el uso no obligatorio de mascarillas en exteriores cuando la distancia entre personas fuese de 1,5 metros. La propuesta no se tuvo en cuenta, y el Gobierno, secundado por comunidades autónomas del PSOE y también del PP (Galicia, Andalucía y Murcia) impuso la mascarilla obligatoria. La prórroga de la medida, sin embargo, no ha sido acordada con las comunidades autónomas, algo que han recriminado a Darias diversas Consejerías de Sanidad.
La separación entre la Ponencia de Alertas y el Ministerio de Sanidad es cada vez más palpable. Tampoco se tuvo en cuenta su opinión sobre la reducción de cuarentenas con ómicron (ellos abogaban por esperar a tener más datos antes de tomar una decisión) y han frenado las ansias de Pedro Sánchez por establecer un sistema de vigilancia centinela que "gripalice" el seguimiento del coronavirus.
Los especialistas en Salud Pública tienen claro que el uso obligatorio de la mascarilla en exteriores no solo es ineficaz, sino que contribuye a empeorar la fatiga pandémica tan extendida en nuestra sociedad. El Ministerio de Sanidad se empeña aun así en implantar una medida que goza de gran impopularidad.
La ministra Darias ya enseñó sus cartas en la Comisión de Sanidad de la pasada semana, donde ante las principales fuerzas de la oposición insistió en la importancia de mantener la mascarilla en espacios abiertos: "Es de las medidas que más nos pueden ayudar contra la pandemia porque, además es de las menos intervencionistas".
Solos en Europa
España se queda sola en Europa en su defensa de la mascarilla en exteriores. Italia también tiene implantada una medida similar, pero su fecha de caducidad es el 10 de febrero, donde puede ser anulada en el Parlamento.
Francia y Reino Unido han eliminado esta medida, y Alemania solo obliga a usar mascarillas FPP2 en el transporte público. En nuestro vecino, Portugal, se puede andar sin mascarilla desde hace meses, al igual que en Polonia, Hungría y Bélgica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), otrora uno de los principales guías para el Ministerio de Sanidad, no incluye en sus recomendaciones sobre el uso de mascarillas el empleo de la misma en exteriores. En el mismo sentido apunta el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), que solo aboga por su empleo exterior en grandes aglomeraciones.
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