No hay más adversario para Pedro Sánchez que el PP. El presidente del Gobierno afronta este martes la segunda moción de censura contra su gabinete, convencido de que mezclando a los populares con Vox podrá coger aire tras el KO del 'sí es sí'. Poco importa que haya sido el partido de Santiago Abascal el proponente y que el candidato, el economista y exmilitante comunista Ramón Tamames, no tenga carné de Vox. Moncloa trata de achicharrar a Génova para salir victoriosa de la moción. El plan está claro: trasladar a los españoles que tanto monta Abascal que Albeto Núñez Feijóo, a quien afean no solo que haya dado orden a su grupo de abstenerse, sino que ni siquiera esté en Congreso ese día.
"[Feijóo] no quiere desvelar sus capitulaciones matrimoniales [con Vox]. En vez de decir 'no' a Abascal, está ligando su futuro político al mismo. Absteniéndose, [Feijóo] va a atar su futuro político a la extrema derecha. Esto es revelador de alguien que decía venir de una derecha moderada", ha cargado este lunes la ministra portavoz del Gobierno, la castellanomanchega Isabel Rodríguez, quien ha vuelto a repetir machaconamente el argumentario del núcleo duro de Moncloa. Sánchez, en definitiva, dice tomarse muy en serio la moción. No obstante, él fue el primer presidente que llegó al poder gracias a una. Y se dispone a confrontar los dos modelos que a su juicio que solo pueden llevarse a la practica hoy día: el de un Gobierno progresista y el de uno con PP y Vox.
Ya este sábado, en el comité federal del PSOE, Sánchez incidió en que la época de gobiernos monocolor está lejos de volver. Las elecciones municipales y autonómicas del 28-M serán, dijo el presidente, la prueba de que el PP llegará a pactos con Vox allá donde les den los números, como pasó en Castilla y León hace un año. Por eso, el objetivo del Gobierno es volver a mezclar hasta la indistinción a los dos partidos de la derecha. El presidente, como adelantó Vozpópuli, tiene previsto confrontar con Santiago Abascal una vez este presente la moción al resto de diputados. Y será la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, quien ponga a Tamames frente a su "proyecto de país".
Díaz, lanzada a Sumar
La moción catapultará a la vicepresidenta segunda, que el próximo 2 de abril anunciará en Madrid que será candidata a la presidencia del Gobierno con su partido instrumental Sumar. Y su protagonismo, orquestado por Sánchez, ha incomodado a las ministras de Podemos. Moncloa descarta que Irene Montero (Igualdad) e Ione Belarra (Derechos Sociales) intervengan durante el debate. Y aunque podrían hacerlo valiéndose del cupo del grupo parlamentario, no parece que vayan a afrentar al presidente.
En el PSOE llevan varios días decepcionados con Yolanda Díaz, porque creen que tiene un problema serio de liderazgo entre los suyos y porque Podemos le está ganando todos los pulsos que le está echando. En verdad, al presidente le hubiera gustado más mano dura de Díaz con los suyos. Pero no puede si no quiere abrir la caja de pandora. Y ese es el motivo por el que en Moncloa van a darle voz. Así, Sánchez aparecerá como 'el culpable' de que sea Yolanda Díaz quien reste protagonismo a las ministras de Podemos. En cierta manera, el lío del 'sí es sí' volvió a situar a la ministra de Igualdad como la gran referente del espacio morado. Y ahora quieren apagar el "ruido" de Podemos dándole a la vicepresidenta segunda un sonoro altavoz.
Todo el mundo dentro del Gobierno reconoce que la moción de este martes "es singular", aunque vaya a fracasar. El gran planteamiento de Tamames a los españoles será la convocatoria inmediata de elecciones. Ese es el motivo por el que Sánchez quiere disputarse con toda la derecha los modelos de gobierno. "El ciudadano tiene que ver cuáles son las alternativas", aseguran fuentes gubernamentales. Estas mismas fuentes, además, descartan que Sánchez vaya a hacer anuncios durante su intervención. El equipo del presidente no contaba con la 'ayuda' del borrador del discurso de Tamames que publicó eldiario.es y no espera cambios sustanciales en las decenas de folios con el plan de Tamames. "Nos viene bien siempre confrontar proyectos y propuestas", sintetizan en Moncloa
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