Poco importa que el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, se rebelara contra la "insolvencia y mala fe" que Pedro Sánchez achacó en su primer cara a cara en el Senado al líder de la oposición, el popular Alberto Núñez Feijóo. Porque el Gobierno está convencido de que el ataque directo al presidente del PP le granjea rédito electoral. Y es que Moncloa se escuda en sondeos internos que detectan una supuesta remontada del PSOE desde el debate del estado de la nación para reincidir en "la insolvencia o mala fe" del jefe de Génova. Eso sí, este martes fue la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, quien copió la expresión de su jefe.
En plata: por mucho que inquiete a algunos barones socialistas que se juegan la reelección en las próximas elecciones municipales y autonómicas, por el momento Moncloa no tiene intención de bajar los decibelios contra el líder de los populares. Y tampoco tiene en sus planes cambiar de socios parlamentarios. La prioridad es lograr unos presupuestos que, pese a estar en punto muerto, no espanten a los inversores. Precisamente, el presidente aprovechará su viaje a Nueva York, a la 77 asamblea general de las Naciones Unidas, para vender a grandes magnates y líderes mundiales las bondades de la economía española y la estabilidad política.
Fuentes gubernamentales socialistas se afanan en explicar que siempre se intenta suscitar el consenso de la mayoría de los grupos. Pero estas mismas fuentes reconocen que la inercia de la legislatura está bastante consolidada y, por eso, el Gobierno ha logrado sacar adelante dos presupuestos generales. No se va a renunciar a los votos de ningún partido pese a que sean incómodos en época electoral.
Malestar con Page
Lo cierto es que, según ha sabido este diario, el lío con Page ha molestado en la planta noble de Ferraz, pero también en Moncloa, donde no se termina de entender por qué el presidente de Castilla-La Mancha atacó la estrategia del Ejecutivo, ya que manejan encuestas específicas a nivel autonómico que "dan bien" al barón socialista. El propio entorno de Page confirma estos datos, mientras que los socialistas castellanomanchegos preparan la maquinaria demoscópica para conocer la opinión de sus conciudadanos.
De modo que en el núcleo duro de Moncloa no se piensa dar marcha atrás. Este mismo martes, en rueda de prensa, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, entró en el cuerpo a cuerpo contra el PP por la supresión del impuesto de patrimonio en Andalucía decretada por el presidente Juanma Moreno. El Ejecutivo cree que la fiscalidad esconde una contienda ideológica en la que debe plantar cara para contraponer su modelo al de Génova.
Por eso, la portavoz se esforzó en hacer pedagogía para intentar trasladar a los españoles que esa medida tomada en San Telmo, como antes en la Puerta del Sol, no les beneficia, sino que no les perjudica porque mermará los recursos disponibles para los servicios públicos. Nada que ver con la tesis del PP, que esgrime que gracias a esa supresión impositiva se afianzará en el territorio capital que mediante otros impuestos generará más de lo que se pierde por esa vía.
El regreso del "actor global"
Si hay algo claro es que la economía domina la contienda entre los dos principales partidos en este inicio de curso. La inflación, desbocada, sigue siendo el veneno que mata mes a mes al Gobierno. Aunque la corte monclovita redoble esfuerzos en vender las medidas que está tomando el Ejecutivo para frenarla. Pero hay más, la escena internacional. Sánchez vuelve a dejar constancia, en la asamblea de la ONU de que la política internacional es su gran fuerte.
Es más, Moncloa vende a Sánchez como un "actor global". La cumbre de la OTAN en Madrid le encumbró hasta el punto de que ha conseguido que China, la segunda potencia del planeta, le invite a Pekín en noviembre junto al presidente francés, Enmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz. Esa es la liga a la que no puede jugar el presidente del PP y en el PSOE lo saben. Tanto, que no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad de atacar ese punto débil del líder gallego.
Eso sí, todo el desempeño internacional del presidente se ve desde ex altos cargos del PSOE como una suerte de "interés personal" encaminado, según estas fuentes, al salto internacional que Sánchez se plantea en caso de que resulte perdedor en las próximas elecciones generales. Como explicó este diario, el líder socialista baraja sustituir al belga Charles Michel al frente del Consejo Europeo para acompañar a la presidenta de la Comisión, la germana Ursula Von der Leyen. Pero si esta cae, trataría de coronarse en su puesto con el beneplácito del canciller de Alemania, el socialdemócrata Olaf Scholz y del presidente francés, el socioliberal Enmanuel Macron.