Las políticas migratorias del Gobierno vuelven a ocupar el primer plano de la actualidad política. Primero fueron las imágenes de puertos canarios y centros de acogida saturados. Ahora, el traslado de inmigrantes a la Península.
Las imágenes difundidas por redes sociales sobre el supuesto aterrizaje de un avión cargado de inmigrantes en Granada han desencadenado la nueva polémica. El Sindicato Unificado de Policía afirma que son inmigrantes procedentes de Canarias y pone en duda el cumplimiento de los protocolos sanitarios.
El Ayuntamiento de Granada y la Junta de Andalucía acusan al Gobierno de “deslealtad” por no haber avisado de este traslado. Y fuentes policiales añaden que no tienen ninguna constancia de la actual ubicación de estas personas.
El Gobierno se desvincula
¿Qué dice el Gobierno sobre todo esto? Niega la mayor. El ministerio de José Luis Escrivá asegura que no ha aprobado ningún traslado en los últimos días. La subdelegación del Gobierno en Granada afirma que los protagonistas de las imágenes se pagaron el billete con sus propios recursos.
Pero, ¿puede el Gobierno hacer traslados significativos de inmigrantes de Canarias a la Península? ¿No contradice una medida de este tipo las políticas migratorias asumidas por España y la Unión europea?
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó en una visita reciente a Marruecos que España no reubicaría inmigrantes desde Canarias hasta otros puntos de España. Literalmente, decía: “Hay que luchar contra la emigración irregular, y evitar que se establezcan vías de entrada irregular a Europa”.
A renglón seguido abría la puerta a toda reubicación que correspondiese a “motivos humanitarios” y a perfiles susceptibles de sufrir persecución. Así justifican el traslado de más de 2.000 personas en lo que va de año de Canarias a la Península.
Diferencias en el Gobierno
Diferencias políticas que no solo se manifiestan entre la oposición, también en los partidos que conforman el Gobierno. Rafael Mayoral, secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Movimientos sociales de Podemos, argumentó que “se puede mejorar mucho todavía” en cuestiones migratorias.
Hoy por hoy, el salvavidas al que se aferra el Gobierno es que Marruecos, Senegal y Mauritania, principales países de origen de los inmigrantes que llegan a Canarias, desbloqueen los acuerdos de devolución, congelados a causa de la pandemia. De no lograrlo, se dispararía el riesgo de que las políticas migratorias se conviertan en una verdadera amenaza para la estabilidad del Ejecutivo.
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