El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha asegurado este lunes que la decisión de que el rey Felipe VI no fuese a Barcelona se debió para facilitar o no empeorar la "convivencia" con el independentismo. Además, ha insistido en que la decisión no sólo se basó en razones de seguridad, como se indicó en el primer momento.
Desde Moncloa se sugirió que la razón por la que el Monarca no iba a acudir al acto de entrega del despacho de los nuevos jueces en Barcelona era por "motivos de seguridad". Pero ahora, con las declaraciones del titular de Justicia, se abre la vía a una supuesta concesión al independentismo.
Es más, ya el pasado jueves los guardias civiles destinados en Barcelona consideraron "incomprensible" que esa, la seguridad, fuese el motivo real, ya que indicaron que eso no se corresponde con la realidad y recordaron dispositivos mucho más complejos para blindar la capital catalana: entre otros, el despliegue de cientos de agentes para que Pedro Sánchez celebrase el Consejo de Ministros en la Llotja de Mar o la visita del propio Felipe VI a la Ciudad Condal en los actos de homenaje a las víctimas de los ataques terroristas de Las Ramblas y Cambrils.
Recursos de sobra para garantizar la seguridad del Rey
Fuentes consultadas por Vozpópuli consideraron entonces que el Estado cuenta con recursos suficientes para garantizar la seguridad de Felipe VI en un acto como el que se celebró en Barcelona.
Así, tanto el Gobierno como la Casa Real rechazaron dar explicaciones sobre una decisión que provocó confusión y que rompió con una tradición de más de dos décadas. La única que ha hecho alguna valoración hasta hoy fue la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo: "Hay decisiones que están muy bien tomadas".
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