A partir de ahora, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (Sevilla, 1970) no quiere que nadie se refiera a los cinco parlamentarios de EH Bildu y socios del Gobierno de coalición PSOE-Podemos como 'filoetarras'. Según se puede constatar en los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados, ese mismo término se ha empleado en más de sesenta ocasiones a lo largo de la legislatura vigente. El de 'fascistas' unas trescientas. Sin embargo, no fue hasta este martes cuando el vicepresidente primero de la Mesa decidió expulsar del Hemiciclo a la diputada de Vox Patricia Rueda tras pronunciarlo y no dar su brazo a torcer cuando le obligó a retirarlo.
"Retire la calificación de filoetarra", exigió. Ante la negativa de la diputada de Vox por Málaga, el 'número 2' de Meritxell Batet en la Cámara Baja pasó a tutearla: "Te voy a llamar al orden y a retirar la palabra". El asunto terminó con el Grupo Parlamentario Vox abandonando la cámara en solidaridad con su compañera y denunciando la "doble vara de medir" de Gómez de Celis. "Minutos antes de cortar la palabra a Rueda, la presidencia del Congreso ha avalado otras 'calificaciones ideológicas' como 'extrema derecha' o 'ultraderecha'", compararon los de Abascal.
Vox denuncia "sectarismo y odio"
Los parlamentarios de Vox no solo acusan al político sevillano de tener "sectarismo y odio" hacia ellos, sino también de no tener conocimiento alguno sobre el Reglamento de la Cámara Baja. "Había preguntado a Patricia Rueda si quería quitar del Diario de Sesiones el término 'filoetarra' (artículo 70.3), algo que, independientemente de si quiere o no retirar el término, no impide continuar con el discurso. Sin embargo, Gómez de Celis ha aplicado el 104", explican.
Este último artículo reza así: "Al diputado u orador que hubiere sido llamado al orden tres veces en una misma sesión, advertido la segunda vez de las consecuencias de una tercera llamada, le será retirada, en su caso, la palabra y el presidente, sin debate, le podrá imponer la sanción de no asistir al resto de la sesión". Pero, según apunta Vox, Gómez de Celis ha retirado la palabra a la diputada de Vox de forma fulminante.
Fiel escudero de Pedro Sánchez en sus guerras contra la socialista andaluza Susana Díaz, el vicepresidente primero de la Mesa ha tenido un ascenso fulminante en el PSOE 'sanchista'
Fiel escudero de Pedro Sánchez en sus guerras contra la socialista andaluza Susana Díaz, el vicepresidente primero de la Mesa ha tenido un ascenso fulminante en el PSOE 'sanchista'. Nacido en el barrio sevillano de Santa Catalina y con residencia actual en el de Triana, su primer contacto con la política se produjo en la época universitaria, cuando fue miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad de Sevilla. A finales de los 80, se convirtió en una de las voces destacadas de la Unión de Estudiantes contra la LOGSE.
En 1987 se afilió a Juventudes Socialistas y después animó a su entonces amiga Susana Díaz a seguir sus pasos. Llegó a ser elegido vicepresidente del Comité Federal. Más tarde, ingresó en las filas del PSOE y se convirtió en el máximo responsable orgánico para Sevilla capital.
En su CV figuran no pocas diplomaturas y una licenciatura en Ciencias del Trabajo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Ejerció como asesor laboral y fiscal entre 1994 y 1998. Entre los años 1998 y 2003 desempeñó el cargo de director provincial de Sevilla del Instituto Andaluz de la Juventud de la Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía. En 2003, fue elegido concejal en el Ayuntamiento de Sevilla y nueve años después se convirtió en diputado en el parlamento de Andalucía.
Fichaje de Sánchez en las primarias del PSOE
Llegó 2017 y Sánchez le convenció para que entrara en su equipo como coordinador de estrategias y comunicación en su campaña para las primarias del PSOE con Susana Díaz y Patxi López como rivales. Un año después, fue premiado con el cargo de delegado del Gobierno en Andalucía. En marzo de 2019 fue relevado en el cargo para presentarse a las generales por Sevilla. Tras ser elegido diputado, Sánchez le concedió la vicepresidencia segunda de la Cámara. Tras los comicios del 10-N, donde volvió a ser reelegido, escaló a vicepresidente primero.
No es la primera vez que Gómez de Celis tiene desencuentros con los diputados de Vox. En los últimos días, tratando de hacer un ejercicio de equilibrio -y según explicó en Twitter-, retiró la palabra "filoetarras", pero también la de "fascistas" que había empleado Irene Montero para referirse a Vox. Y recuperó el ruego de Batet: "Voy a seguir insistiendo en que si queremos ser ejemplo y ser ejemplares ante la sociedad lo tenemos que ser también ante nosotros mismos porque es imposible exigir respeto a los demás si no lo ejercemos aquí".
Un día después de la polémica expulsión de la parlamentaria Patricia Rueda -tuteo mediante- por llamar filoetarras a los diputados de EH Bildu, el diputado socialista mandó sentar a los integrantes de Vox. "Continuamos [la sesión]... Esperamos primero a que los señores y las señoras de Vox se sienten", espetó este miércoles al tiempo que otros parlamentarios entraban y salían de la Cámara.
Fue entonces cuando el vicepresidente cuarto del Congreso, Ignacio Gil Lázaro (Vox), le reprochó que los de su grupo no eran los únicos que no estaban sentados impidiendo que la sesión avanzase. También los había en la bancada de la izquierda: "¿Los demás también no? Es que vaya cachondeo es este". Gómez de Celis terminó asintiendo y mandó sentar, de nuevo, a los diputados. "Los que tengan que salir de la sala lo hagan urgentemente también", pidió.
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