Todo comenzó en los meses de verano de 2020. Una granizada imprevista originó múltiples daños en las dependencias de la Guardia Civil de Tráfico de Ciudad Real. El temporal dejó en un "estado deplorable" la oficina que casi tres años después no ha sido reparada. Techos caídos con amianto o goteras son algunos de los elementos con los que tienen que convivir los agentes destinados mientras realizan las funciones propias de sus servicios cotidianos.
La granizada de verano deterioró casi en su totalidad la oficina ubicada en la Ronda de Toledo de Ciudad Real. Fuentes de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) relatan a Vozpópuli los acontecimientos que posteriormente se vivieron en la comarca. Se mandó un estudio pormenorizado a la Inspección de Trabajo y de forma paralela se mantuvieron reuniones con los Jefes del Sector de Tráfico de Castilla-La Mancha.
"Desde esa fecha no se han realizado reparaciones y la situación en la oficina no mejora. Somos una zona de pocas lluvias, pero cuando lo hace... lo hace bien. Colocaron paneles de corcho en el tejado roto para que quedaran poco visibles, pero siguen las goteras y estamos en el mismo punto que el periodo inicial", señalan estas mismas fuentes conocedoras de la situación de la Guardia Civil.
Se sigue cayendo amianto
Los agentes tienen que poner plásticos por encima de los ordenadores y los documentos oficiales cuando acaban su turno como medida de precaución por si llueve cuando están fuera de su horario laboral. Otro de los riesgos que corren estos funcionarios es que no se está cumpliendo el Real Decreto que especifica que se deben retirar el amianto de los tejados. "Teóricamente no se podría trabajar ahí, ya que se sigue desprendiendo parte del amianto que tiene el tejado que está agujereado", destacan estas fuentes.
La Dirección General de la Guardia Civil movió ficha sobre este asunto en las últimas fechas, ya que en agosto del año pasado salió a licitación las obras que fueron adjudicadas a una empresa en diciembre. La previsión era que las reformas comenzaran en enero de este mismo año, pero no se han iniciado. Algo que esperan como 'agua de mayo' los trabajadores. En un principio las labores se desarrollarían en tres días, pero los funcionarios tienen que mover todos los vehículos y el material informático a la Jefatura. Un aviso que no se ha producido.
Situación deplorable
"Todo el mundo se queja de estas condiciones. No es agradable para nadie. Tienen que estar en su turno de trabajo con el abrigo puesto por el frío y con las ventanas abiertas para que se ventilen las estancias. Es deplorable. Además la aparición de moho también genera enfermedades respiratorias. No es posible realizar ocho horas de un turno en estas dependencias", explican estas fuentes.
Los agentes no entienden el "inmovilismo" que se ha producido con estas circunstancias, ya que "teóricamente" el servicio de riesgos laborales tiene que pasar por todas las dependencias de la Guardia Civil en un periodo de dos años para evaluar su estado. "Entendemos que no han pasado porque sino la hubieran precintado", añaden. A la par tampoco se explican como no se han realizado mediciones de amianto para comprobar cómo se encuentran las oficinas.
Una situación paralela
Los agentes de la Guardia Civil de Tráfico de Ciudad Real viven esta situación al igual que otros compañeros en Córdoba, Valencia, Tenerife, Gijón... Los desperfectos en cuarteles de la Guardia Civil lo sufren a diario los agentes que prestan servicio por diferentes puntos de la geografía española. Vozpópuli tuvo acceso a las imágenes que reflejan el precario estado de muchas de estas instalaciones. De forma paralela, varios altos la justicia investiga a altos mandos del Cuerpo por presuntas irregularidades en la adjudicación de obras en 13 comandancias de toda España a sociedades del empresario canario Ángel Ramón Tejera de León, más conocido como 'Mon'.
Asuntos Internos de la Guardia Civil inició una nueva línea de investigación que destapó irregularidades en contratos de trece comandancias (Murcia, Albacete, Algeciras, Alicante, Ávila, Badajoz, Castellón, Huelva, Jaén, LA Coruña, Santa Cruz de Tenerife, Toledo y Valladolid). Según el informe, estos se adjudicaron a las empresas de Mon y se abultó la facturación hasta el punto de que los contratos superaban los 3,3 millones de euros entre 2008 y 2019.
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