Durante los años de lucha judicial y policial contra ETA sólo el magistrado Fernando Grande-Marlaska (Bilbao, 1962) era capaz de robarle titulares a su compañero de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su decida voluntad de doblegar a la banda. Ahora este vizcaíno de 56 años ha sido el elegido del presidente del Gobierno Pedro Sánchez para dirigir el Ministerio del Interior del que dependen, entre otros departamentos, Instituciones Penitenciarias, es decir las cárceles en las que cumplen condena muchos de los terroristas a los que él ordenó detener.
En su currículum consta el encarcelamiento del sanguinario etarra José Ignacio de Juana Chaos o del líder abertzale, Arnaldo Otegi, quien le preguntó si de aquella situación estaba informado el fiscal general del Estado. Era marzo de 2006, el mes en el que los terroristas decretaron su tregua para emprender un proceso de diálogo con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Grande-Marlaska instruyó durante un tiempo el polémico caso Faisán, ordenando a la Guardia Civil que investigase un presunto soplo de la Policía a la red de financiación de ETA. La propia banda quiso matarle durante unas vacaciones en La Rioja.
Afrontar las exigencias del entorno de presos de ETA sobre el fin de la dispersión será uno de los retos del nuevo ministro. Según recuerda Europa Press, el magistrado dijo en una entrevista televisiva que uno de los momentos más duros de su carrera fue la derogación de la doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que provocó la excarcelación de decenas de etarras.
Desafíos de su mandato
En su agenda estará también la relación con los Mossos d’Esquadra en Cataluña una vez levantado el artículo 155 o materializar el acuerdo alcanzado por su antecesores sobre la mejora de sueldo a los policías y guardias civiles, entre otros desafíos. Hereda una cúpula policial con presencia de varios comisarios de la confianza personal del anterior equipo. En el Cuerpo ya se dan por hecho cambios, al menos en los puestos más destacados.
No será nuevo para Grande-Marlaska por tanto la misión de dirigir a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado ya que algunos de los máximos responsables de la lucha antiterrorista pasaron por su despacho del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional para presentarle sus pesquisas. “Conoce a la Policía y a la Guardia Civil”, dice uno de los mandos policiales consultados para esta información que recibe con tranquilidad el nombramiento en un departamento en el que todo se analiza con lupa.
“Es serio y trabajador”, dice otro de los uniformados que trabajó muchas veces a sus órdenes en investigaciones. “Parece que tiene poco carácter, pero cuando tiene que sacudir, sacude”, añade para dejar claro que “no se casa con nadie”. Las fuentes consultadas apuntan a que será clave la persona que elija para el puesto de secretario de Estado de Seguridad ya que es quien de verdad dirige a las fuerzas de seguridad en ese Ministerio.
“Es un Ministerio en el que tiene que haber siempre mucho consenso, pero si no lo hay es juez y está acostumbrado a mandar de forma razonada, porque para eso es juez”, expresan las fuentes consultadas. Con la elección de Marlasca, Interior repetirá la experiencia de estar dirigido por un magistrado, ya que esa es la profesión también de su antecesor Juan Ignacio Zoido.
Propuesto por el PP
En la carrera judicial se le consideró siempre como un independiente, aunque de carácter conservador. Tras abandonar la Audiencia Nacional, pasó a integrar el Consejo General del Poder Judicial de la mano del PP. Antes de eso, llegó a presidir la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
En el plano personal, fuentes de su entorno más cercano dicen que estaba muy unido a su madre. “Quien le conoce, sabe que su única tristeza hoy es que su madre no esté ya para verle”, dice una persona de su confianza. El nuevo ministro del Interior fue una de las primeras personas en acogerse a la Ley de matrimonio homosexual de Zapatero para casarse con su novio Gorka.
“Su pareja es su verdadero contrapeso y quien le pone los pies en la tierra”, dicen desde su entorno sobre este amante de los animales. Tiene tres perros de los que dos son galgos -recogidos de protectoras- y un gato. Los fines de semana acostumbra a desconectar con su familia en su casa de la sierra.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación