“¿Cómo te sentirías con un tanga?”. La frase se la espetó una cabo primera a su superior, un coronel jefe de la Comandancia de Cantabria, cuando trataban de ajustarle un chaleco antibalas de hombre en una práctica de tiro. La reacción le costó a la mujer la apertura de un expediente por “insubordinación”, castigado con una posible sanción de tres meses de suspensión de empleo y sueldo.
Ahora, el Ministerio del Interior dirigido por Fernando Grande-Marlaska hereda de la administración anterior este episodio ocurrido en octubre de 2016 sobre el que tendrá la última palabra a través del nuevo responsable de la Guardia Civil, Félix Azón, en el cargo desde la semana pasada.
El caso confronta lo que parece una clara falta de respeto a un superior con el derecho de las guardias civiles a contar con uniformes adaptados a su complexión física. La cabo primera fue la Secretaria de la Mujer en la Junta Directiva Nacional de Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), colectivo que ha asumido su defensa. Según su relato, ella y otras dos compañeras asistieron al ejercicio de tiro y se encontraron con que los chalecos disponibles eran de hombre. En el caso de la cabo primera, además, ninguno era de su talla.
Le culparon a ella
Según la AUGC, un compañero procedió a tratar de ajustarle la prenda a la fuerza, una situación que a la mujer le resultó incómoda. Le argumentaron que la prenda era la adecuada y el problema era que no se la sabía poner. En ese momento fue cuando se volvió al superior, presente en el lugar y le dedicó la frase. El expediente propone su sanción por una falta grave tal y como se abordó durante el Pleno del Consejo de la Guardia Civil del pasado mes de junio.
En esa misma reunión les comunicaron además la incoación de otros dos expedientes a otros dos guardias por otros motivos. El Consejo es el órgano de interlocución entre la Administración y las asociaciones profesionales del Cuerpo como la AUGC. Desde esta asociación -la mayoritaria dentro de la Guardia Civil- anuncian que trasladarán este caso directamente al nuevo ministro del Interior, Grande-Marlaska, según dicen, “para que ponga cordura en esta abusiva utilización del régimen disciplinario”.
Aportarán casos de otros expedientes en los que, a su juicio, se produjeron situaciones similares y se saldaron sin sanción o con una suspensión inferior a una semana. El caso de la cabo primera está siendo instruido por la Asesoría Jurídica de la Dirección General de la Guardia Civil.
Grande-Marlaska ya ha revisado algunas decisiones que heredó de la etapa anterior liderada por el ministro Juan Ignacio Zoido como la norma de la Guardia Civil que pretendía regular el aspecto físico de los agentes, incluyendo los tatuajes -Grande-Marlaska tiene un tatuaje-. Según adelantó 'El Independiente', el Ministerio ha paralizado esta iniciativa a pesar de que había sido aprobada por el Consejo de la Guardia Civil. Este es uno de los argumentos a los que aferra la cabo primera para que finalmente la Guardia Civil no le aplique la sanción.
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