"La Iglesia está muerta", "La fe es cosa pasada", "Solo practican las personas mayores". Son frases que escuchamos muchas veces cuando hablamos sobre el catolicismo. Pero los últimos días nos han sorprendido: en la Iglesia hay más jóvenes de lo que podemos pensar. Al menos, en algunos movimientos eclesiásticos, como Hakuna, que "mueve hordas de jóvenes que quieren creer en Dios".
El pasado sábado sin ir más lejos llenaron el Palacio de Vistalegre con 8.000 personas, la gran mayoría muy jóvenes, que acudieron a un concierto de canciones religiosas. "Porque los jóvenes no solo vemos 'La Isla de las Tentaciones'. También queremos revolucionar el mundo", señala Pilar, una de las muchas estudiantes que fue al concierto y que frecuenta la formación que ofrece el movimiento.
Hakuna, movimiento 'hermano' del Opus Dei porque su fundador era sacerdote numerario, se fundó en 2013 durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). "Nos fuimos un grupo de jóvenes con la parroquia de San José María Escrivá de Balaguer, en Aravaca. Conectamos muchísimo y comenzamos a reunirnos, de manera natural. Empezamos a tener formación y poco a poco se fue apuntando más gente. Al cabo de los meses lo unimos a otra de nuestras pasiones: la música. Y así es como surgió Hakuna Music Group, que hoy hace rezar a miles de personas con sus letras y melodías", explica Maca, responsable de comunicación de Hakuna.
"Nuestra intención no es otra que revolucionar el mundo con el amor de Dios y a la alegría de la fe. Y qué mejor manera para hacerlo que con la música y con gente que conecta con los jóvenes, que tenemos muchísimo que aportar al mundo", añade Maca. "Y por supuesto que puede venir cualquiera, aquí no juzgamos a nadie. Es bienvenido todo aquél que necesite conectar con Dios, sea cual sea su pensamiento o ideología". Ahora están presentes en 25 países, aunque es Sudamérica donde crecen como la espuma.
Para poder "cambiar el mundo" con el "amor de Dios", en Hakuna realizan todo tipo de actividades: Horas Santas (las tradicionales adoraciones al Santísimo), God Stop (retiros espirituales), compartiriados (voluntariados y "una pata fundamental de Hakuna, porque es donde ponemos en práctica nuestra razón de ser: nos arrodillamos ante Cristo para poder arrodillarnos ante el prójimo") o revolcaderos (debates sobre un tema concreto). "En todas las actividades, la música es importantísima, porque sabemos que ayuda a conocer a Dios. Por eso dedicamos tiempo a componer canciones con letras bonitas y ritmos modernos, que no se parezcan en nada a las canciones casposas típicas de iglesia".
El macro concierto de Hakuna
Tanto éxito tiene la música en Hakuna que consiguieron llenar el Palacio de Vistalegre el sábado 17 de septiembre con 8.000 personas de todas partes de España. "Fue una pasada ver desde el escenario a tantos jóvenes rezar cantando", cuenta Maca. Una sensación a la que se suman los que fueron como asistentes: "Fue emocionante", "Se me pusieron los pelos de punta cuando en la canción 'Noche' todos nos pusimos de rodillas para orar por el mundo entero", señalan Pilar y Pablo, dos estudiantes que dedicaron su tarde de sábado a ir al concierto de Hakuna.
"Como organizadora, lo que estoy viviendo es muy 'heavy'. Es que en la vida hubiéramos imaginado que íbamos a llegar tan lejos", añade, emocionada, Maca.
"Lo que queremos contar con nuestras canciones es que Dios está loco de amor por cada uno de nosotros. Por el mundo entero. Que "revienta de amor" por cada persona, sea como sea. Y fíjate, parece que nuestro mensaje está llegando a muchísima gente, incluso a aquellos que no están tan cerca de la Iglesia". "Está siendo una revolución del amor. Y no podemos estar más contentos de ello".
La relación con el Opus Dei
Sobre las críticas y las vinculaciones negativas con el Opus Dei, no se preocupan. "Nosotros estamos seguros de que estamos haciendo el bien. Tanto Hakuna como la Obra, somos familia. Como dice la canción 'Forofos': ¡que seamos todos uno! "
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