España

Héctor Gómez, el portavoz que no supo comunicar, aterriza en Industria

El nuevo ministro, sustituto de Reyes Maroto, fue el rostro del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso. Pero el presidente le cambió por Patxi López, un perfil más agresivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se lleva a Moncloa a Héctor Gómez. El exportavoz socialista en el Congreso (Santa Cruz de Tenerife, 1978) recibe el premio en forma de cartera negra tras su breve paso por la sala de prensa del Congreso de los Diputados, de la que el líder del PSOE le apartó sin una explicación clara. Aunque en el fondo pesaba su incapacidad para marcar con agresividad la agenda. Su asiento en el Consejo de Ministros, junto con la de José Manuel Miñones para hacerse cargo de Sanidad, ya cumple el ratio de ministros y ministras que establece la ley de paridad anunciada por el Gobierno.

No por casualidad su sustituto en la Carrera de San Jerónimo fue el exlehendakari -y expresidente de la Cámara- Patxi López. Ahora, el político canario, con un perfil muy de partido y muy político, se hará con las riendas del Ministerio de Industria como reemplazo de Reyes Maroto, que será la candidata del PSOE en Madrid. Sánchez recompensa al exportavoz que duró poco más de un año en el cargo y mantiene la cuota de poder de Canarias en el Consejo de Ministros tras la salida de Carolina Darias. El PSOE es un partido en el que las familias territoriales son importantes. Y Sánchez no ha roto el equilibrio pese al escándalo del exdiputado socialista canario 'tito Berni'. Es más, el presidente Ángel Víctor Torres ya ha descorchado champaña: “Me alegro muchísimo por él, me alegro por el PSOE de Canarias”. Gómez supone así una apuesta personal del presidente para hacerse cargo en algún momento del PSOE canario.

Gómez cursó el bachillerato en el Instituto Tágara de Guía de Isora y se diplomó en Turismo por la Escuela Universitaria de Turismo. También se licenció en Ciencias del Trabajo y se graduó en Derecho. Antes de llegar al Congreso como diputado tuvo escaño en el Parlamento de Canarias, entre 2015 y 2018, por el que percibió una nómima de 32.945 euros. Y fue director de Turespaña, la empresa de promoción y desarrollo turístico del Estado dependiente de Industria, que le granjeó unos ingresos de 46.858 euros. El propio Sánchez ha puesto en valor que Gómez ya trabajó en el equipo de Maroto.

Un perfil político

El presidente ha optado por un perfil político. El objetivo del Gobierno en pleno año electoral es no cometer errores. Por eso, Sánchez ha reforzado el flanco socialista de Moncloa con un Gómez, un hombre que empezó en política en 2003, cuando se afilió al PSOE, y que en 2019, cuando llegó a Madrid como diputado, disponía en su cuenta corriente de 113.258 euros, según consta en su declaración de bienes; un Mercedes GLA; una vivienda y un solar en Santa Cruz y, como muchos españoles, una hipoteca por valor de 63.080 euros.

El verano pasado, el presidente retocó el partido por el malestar de amplios sectores socialistas con la comunicación del PSOE, motivo por el que enseñaron entonces tanto a Gómez como al exportavoz del partido, Felipe Sicilia, la puerta de salida. No obstante, para el presidente se trata de un "excelente servidor público, con una trayectoria intachable y un compromiso inquebrantable en la defensa del interés general". "Con estos nombramientos, el Gobierno afrontará la recta final de la legislatura, un periodo en el que vamos a continuar profundizando en los grandes objetivos de legislatura que anuncié en el discurso de investidura", ha espetado el presidente.

Es importante reseñar que Sánchez se apoya ahora en rostros que, en su día quisieron defenestrarle. Pero todo, como explica a este diario una fuente que estuvo en el núcleo duro del presidente, se explica por obediencia al poder. Ese es el motivo por el que ahora figuras como Patxi López o Pìlar Alegría, portavoces del grupo parlamentario en el Congreso y del partido, respectivamente y otrora rivales del presidente, están a su entera disposición. También Gómez. En el PSOE causó sorpresa el terremoto que Sánchez provocó en verano. 

Un puño de hierro

Una fuente que conoce muy bien todos los entresijos de Ferraz no duda en calificar de "llamativo" el hecho de que el líder del partido recurriera a muertos del aparato socialista que quisieron enterrarle aunque finalmente le dejaran con vida para que resucitara. Lo cierto es que el actual cuartel general del Ferraz es el último cartucho político del presidente y es con el que está afrontando el ciclo electoral que se abierto este año.

En verdad, Pedro Sánchez controla el PSOE con puño de hierro. El presidente ha cumplido su agenda de concesiones a los independentistas de ERC sin apenas oposición interna. Tan solo algunos barones de su partido, como el propio Page o el aragonés Javier Lambán han criticado abiertamente la reforma ad hoc del código penal para beneficiar a los condenados y pendientes de juicio del procés.

Pero poco más. Solo palabras, porque lo cierto es que en Ferraz saben que no pueden rebelarse contra el líder socialista. Él es el presente del partido por mucho que esté por ver que siga siendo su futuro. Moncloa, no obstante, limita las salidas de tono de sus barones críticos a que son así y no les queda más remedio. En plata, que hacen la guerra por su cuenta. También Pedro Sánchez y cómo mueve las piezas da cuenta de ello.

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