España

Falciani ofrece las claves para multiplicar por 30 el fraude fiscal destapado con su lista del HSBC

El informático francoitaliano que reveló datos de miles de evasores de todo el mundo permanece protegido por la Policía española desde que abandonó la prisión a mediados de diciembre. Ha mostrado su disposición a 'traducir' los 2,9 gigas de información de su disco duro para aflorar hasta 100.000 millones de euros oculto por fortunas españolas en Suiza, frente a los poco más de 3.000 destapados hasta ahora. 

Sacar a la luz cerca de 100.000 millones de euros de fraude fiscal. Ese es lo que Hervé Falciani, el informático fracoitaliano que reveló datos de miles de evasores fiscales de todo el mundo, ha ofrecido a la justicia española para conseguir su reciente libertad provisional. Un acuerdo en el que el antiguo empleado de HSBC en Ginebra se ha mostrado dispuesto a desvelar las claves que permiten exprimir los 2,9 gigas de información sobre miles de cuentas del banco suizo que guardó en el disco duro de su ordenador y que desde 2009 está en poder de las autoridades francesas.

El informático francoitaliano aceptó colaborar con la justicia española tras reunirse el pasado mes de septiembre con policías en la prisión

De confirmarse el ofrecimiento del fugitivo de la justicia suiza, la Hacienda española multiplicaría por 30 la cantidad aflorada hasta ahora con la lista del bautizado como el ‘Robin Hood de la banca suiza’. Hasta ahora su información ya había permitido identificar a 659 defraudadores en nuestro país y recaudar 3.000 millones de euros. Entre ellos estaba el presidente del Santander, Emilio Botín, que en 2010 tuvo que abonar 200 millones para regularizar su situación.

El acuerdo entre Falciani y la justicia española se fraguó tras el encuentro que mantuvo el pasado mes de septiembre en la cárcel de Valdemoro (Madrid) con agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía. Al término de la entrevista, los policías comunicaron al juez Eloy Velasco, de la Audiencia Nacional, lo hablado con el ex empleado de HSBC y su ofrecimiento de colaboración a cambio de no ser extraditado a Suiza y de ser incluido en el plan de testigos protegidos. Tres meses después, y con el visto bueno de la Fiscalía, la Sección Segunda de la Audiencia Nacional acordó ponerle en libertad, entre otros motivos, por la actitud colaboradora del preso.

Medidas excepcionales de seguridad

Su salida de prisión se produjo finalmente el pasado 16 de diciembre y estuvo rodeada de excepcionales medidas de seguridad: ocho policías enviados por el Ministerio del Interior le esperaban a la puerta del centro penitenciario para protegerle. Antes de abandonar el recinto, incluso le invitaron a ponerse un chaleco antibalas, como adelantó Vozpópuli. Además, la Audiencia Nacional decidió informar a la prensa de su puesta en libertad con veinte horas de retraso, en una decisión inusual que buscaba, precisamente, reforzar las medidas de protección a adoptadas para el ex recluso.

La Policía cree que finalmente no se aflorará la cifra de dinero augurada por Falciani, sino bastante menos: 15.000 millones de euros

Desde entonces, Falciani ha permanecido oculto en un lugar desconocido y protegido por la Policía  con la única obligación judicial de comparecer cada tres días en la comisaría más próxima a su domicilio y la prohibición de abandonar el territorio español, además de comunicar su domicilio en nuestro país. Todo ello mientras las autoridades españolas deciden si finalmente acceden a la petición de Suiza para extraditarle y, sobre todo, mientras se cumplimenta una comisión rogatoria enviada a la justicia francesa para que esta remita una copia del disco duro que contiene todos los datos bancarios sustraidos por el italofrancés. Una vez llegue aquí el material informático, el ex empleado del HSBC ayudará a los agentes a desentrañar los secretos del mismo y poner nuevos nombres a la lista de defraudadores españoles para alcanzar la cifra de los 100.000 millones de euros augurada por él.

Sin embargo, fuentes policiales aseguraban ayer a este diario que sus expectativas sobre el fruto de las pesquisas a las que dé lugar la colaboración de Falciani son cuantitativamente muy inferiores y estiman que el fraude que se aflorará con ella no superará los 15.000 millones de euros, muy lejos de los cálculos del informático italofrancés. No obstante, los agentes esperan obtener otra información práctica, entre ellas mecanismos de blanqueo y ocultación de dinero utilizados por la delincuencia organizada y que son desconocidos hasta ahora para las Fuerzas de Seguridad del Estado. “Falciani es una mina, pero quizá no tanto como él nos quiere hacer creer”, destaca un agente consultado.

Francia, Italia, Gran Bretaña, EEUU...

Una ‘mina’ que no sólo ha servido para descubrir a centenares de defraudadores en España, sino también en Francia, Italia, Gran Bretaña y EEUU. De hecho, las autoridades de París fueron las primeras que consiguieron identificar a más de 4.000 contribuyentes que habían eludido el pago de impuestos después de que su Policía entrara en enero de 2009 en la casa de la localidad francesa de Castellar, cerca de la frontera con Italia, donde se ocultaba Falciani y se incautaran de un ordenador, un teléfono Iphone y una cuaderno de espirales con información sensible. Además, la justicia francesa no se limitó a utilizar la información que afestaba directamente a su fisco y facilitó el resto de países los datos que había obtenido de los soportes informáticos del ex empleado de HSBC. Fue con esta información con la que nuestro país identificó a los 659 defraudadores en 2010.

La Fiscalía ha defendido que los delitos de los que se acusa al ex empleado de HSBC en Suiza no son infracción penal en España

La actuación de la justicia francesa provocó en su momento una crisis diplomática entre París y Berna, que siempre ha considerado que la acción del antiguo empleado de banca era un delito muy grave. Además, las autoridades helvéticas consideraron que París nunca debía haber ‘explotado’ policial la información contenida en el disco duro ya que el registro de la vivienda lo efectuó a petición de ellas.

Una tensión que se trasladó el pasado 1 de julio a España. Ese día, Hervé Falciani fue detenido en el puerto de Barcelona, donde había llegado en barco procedente de Francia. Al comprobar su documentación, la Policía comprobó que había una orden internacional de busca y captura dictada por las autoridades suizas, por lo que procedió a arrestarle. Desde entonces, permaneció encarcelado hasta que fue puesto en libertad el pasado diciembre a la espera de que la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional decida en los proximos meses si concede la extradición al país helvético.

Algo que, sin embargo, parece poco probable, entre otras cosas por el acuerdo alcanzado en septiembre para lograr su colaboraciçon. Además, la Fiscalía ya dejó claro a finales de agosto su oposición a la entrega de Falciani en un escrito en el que consideraba que los delitos de los que se le acusa en Suiza --violación del secreto comercial, espionaje económico y violación del secreto bancario-- no suponen infracción penal en España. De hecho, la ley de Prevención del Blanqueo de Capitales fija todo lo contrario: es obligatorio para los residentes en nuestro país denunciar cualquier indicio de evasión. Lo que precisamente hará ahora el ex empleado de HSBC.

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