Beber una copa de vino al día, bajar cada domingo a por el Vermut o quedar para ir de cañas. En España gran parte de la vida social gira en torno al consumo de alcohol. Se trata de una de las "drogas" más consumidas y, puede, que la más aceptada a nivel social. Nadie se cuestiona que esté mal beber de vez en cuando, pero este escenario cambia cuando hablamos de los menores de edad.
Los datos son alarmantes. La edad media de inicio de consumo ronda los 16 años, aunque el 40% de los niños de 13 años ha probado el alcohol. Además, el 10,5% asegura que se ha emborrachado alguna vez. Estos son algunos de los datos que muestra la "Monografía sobre alcohol 2024. Consumo y consecuencias", publicada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (PNSD).
Estos datos dibujan un preocupante mapa sobre el consumo del alcohol y subrayan la necesidad de implementar políticas y programas de prevención más efectivos, así como de fomentar una mayor conciencia social sobre los peligros del consumo de alcohol en edades tempranas.
¿Por qué empiezan a beber los jóvenes?
El 8,3% de los estudiantes de 1º y 2º de la ESO, es decir, aquellos que tienen entre 16 y 18 años, han admitido haber participado en un botellón en alguna ocasión, y cerca del 6% de ellos afirma haber llegado a emborracharse. Sin embargo, eso no es lo peor. Uno de cada diez jóvenes españoles sufre lo que los expertos consideran como consumo de alcohol problemático o de riesgo.
El inicio del consumo a una edad tan temprana se debe a una mezcla de factores sociales, familiares y psicológicos. En primer lugar, la presión de grupo es un factor determinante. Los adolescentes, en su búsqueda de aceptación social, a menudo se ven impulsados a imitar comportamientos que perciben como populares. Este deseo de pertenencia puede llevar a muchos jóvenes a probar el alcohol, incluso si inicialmente no tienen interés en hacerlo.
Consuelo Tomás, Psicóloga especialista en clínica y Directora del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones explica a Vozpópuli que "actualmente uno de los grandes problemas que nos estamos encontrando en este tipo de conductas es que pueden haber otros problemas psicológicos de base. Por ejemplo, la falta de autoestima puede hacer que los jóvenes recurran al alcohol como una forma de sentirse mejor con ellos mismos y estar más desinhibidos".
El entorno familiar también juega un papel crucial. La actitud de los padres hacia el alcohol y su comportamiento respecto al consumo de este tipo de bebidas influye significativamente en los hijos. Si los adolescentes observan que el consumo de alcohol es una práctica común y aceptada en casa, es probable que lo perciban como una conducta normal y, por ende, la imiten. "Tenemos un gran problema social: la normalización del alcohol. Es decir, es muy habitual, que los adultos beban delante de los niños", indica la psicóloga.
"Actualmente uno de los grandes problemas que nos estamos encontrando en este tipo de conductas es que pueden haber otros problemas psicológicos de base"Consuelo Tomás (Psicóloga especialista en clínica y Directora del Instituto Valenciano de Ludopatía y Adicciones)
Por otro lado, la falta de comunicación abierta y efectiva entre padres e hijos puede dejar a los jóvenes sin la orientación necesaria para tomar decisiones informadas sobre el consumo.
Consecuencias del consumo de alcohol en adolescentes
El consumo a una edad temprana puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los adolescentes. A nivel físico, el alcohol puede interferir con el desarrollo del cerebro, que sigue madurando hasta los 25 años. Problemas de memoria, dificultades de aprendizaje y un mayor riesgo de desarrollar trastornos relacionados con el consumo de alcohol en la adultez son solo algunas de las posibles repercusiones.
En el ámbito psicológico, el consumo de alcohol puede incidir en problemas de salud mental existentes. "Puede exacerbar la depresión y la ansiedad. También puede hacer que se desarrollen comportamientos más destructivos", explica Tomás.
La importancia de la prevención
Una de las claves para acabar con esta problemática es la prevención. Reforzar la regulación del consumo entre los jóvenes era una de las normas que el Ministerio de Sanidad tenía previsto desde el inicio de la legislatura. El anteproyecto de ley de prevención del consumo de alcohol y de sus efectos en los menores de edad busca unificar todas las leyes que ya existen en las comunidades autónomas. Entre las medidas destacan las referentes a la venta, publicidad y marketing de las bebidas alcohólicas. La finalidad es retrasar la edad de inicio de consumo, proteger a los menores de los efectos de consumo y reducir los episodios de intoxicaciones etílicas. "No existe cantidad de alcohol que no tenga riesgo, y menos en menores", ha recalcado la ministra de Sanidad Mónica García.
Aún así, se trata de un proyecto que aún está en el aire y que ha provocado el recelo de algunos sectores. Entre las medidas más polémicas está la de prohibir la publicidad de bebidas con etiqueta 0,0 en un radio menor de 200 metros de aquellos lugares que son frecuentados por menores o el de eliminar el término 'consumo responsable' de la publicidad de las bebidas alcohólicas.? El Ministerio de Sanidad presenta el anteproyecto de ley de alcohol y menores de edad en el Consejo de Ministros.
— Ministerio de Sanidad (@sanidadgob) July 30, 2024
▶️ Proteger su salud y prevenir el consumo precoz.
▶️ Prohibir el consumo en centros educativos, deportivos o espectáculos frecuentados por menores de edad. pic.twitter.com/BxPM6ftsK2
gwy
¿"Cuatro de cada diez HA probado"? ¿Es el alcohol o el analfabetismo lo que ha provocado esta falta de rigor en la redacción? ¿Por qué es imposible encontrar ya artículos correctamebtre escritos en los medios?