Homófobo, amigo de oligarcas, prorruso, estrechamente relacionado con la Iglesia Ortodoxa rusa y antieuropeo. Salvo en el último punto, el resto es, cuanto menos, complicado que engarce con el perfil de votante de izquierdas español. Así es Petró Simonenko, miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética desde 1978 y secretario general del PC de Ucrania desde 1993. La ilegalización de su partido en 2015, cuatro años antes de la llegada al poder de Zelenski, ha sido el motivo del tibio aplauso del secretario de Estado de la Agenda 2030, Enrique Santiago, a su intervención en el Congreso de los Diputados.
"Su postura es muy clara. Toda la solidaridad y apoyo a un país que está siendo invadido, y a la vez, incomodidad con un gobierno que tiene ilegalizado al Partido Comunista de Ucrania y a otros 11 partidos, todos de izquierdas", manifiestan desde el equipo de prensa de Santiago. También se ha mostrado crítico con esta decisión de Zelenski el ministro de Consumo, Alberto Garzón, quien en una entrevista en RNE señaló que se aprovechan "momentos adversos para tomar medidas que vulneran los derechos humanos".
Lo cierto es que Petró Simonenko está lejos de una posición de izquierdas europea. El Partido Comunista de Ucrania fue uno de los que se opuso con más dureza a las leyes anti-discriminación LGTBI. Su partido estrechó lazos con la Iglesia Ortodoxa y movimientos conservadores de orientación religiosa para hacer lobby contra la inclusión de la "orientación sexual" en la Ley de Anti-discriminación ucraniana, llegando a esgrimir los mismos argumentos que los partidos conservadores sobre la necesidad de proteger la tradición moral del país.
Su partido defiende la creación de una Liga de países eslavos bajo el mandato de Rusia, una idea que el propio Vladímir Putin estaría dispuesto a firmar. El partido de Simonenko ha sido el que se ha opuesto con más firmeza al acercamiento de Ucrania con Europa, algo que ha llegado a calificar de "colonización". Es más, el Partido Comunista ucraniano utilizó su rechazo al movimiento LGTBI para promover ideas antieuropeas. Tanto es así que, en el 96º aniversario de la Revolución de Octubre en Dnipró, al partido de Simonenko le pareció buena idea distribuir folletos anti-LGTBI entre los asistentes.
El Partido Comunista de Ucrania califica de "mito" la discriminación al colectivo LGTBI
La exdiputada comunista Oksana Kaletnyk llegó a señalar que introducir en la normativa contra la discriminación a los colectivos homosexuales convertiría a cualquier ciudadano en "presunto culpable". Además, afirmó que se trataba de una legislación "artificial porque en la sociedad no hay discriminación contra los gais. Es un mito para cambiar las leyes": "¿Está la sociedad ucraniana preparada para promover el amor lesbiano, los desfiles gais y el llamado amor libre? Son ideas extranjeras y un fenómeno destructivo para la conciencia nacional".
La liberalización de los archivos de la Unión Soviética liderada por Gorbachov a través de la Glásnot sacó a la luz los incontables crímenes perpetrados por el régimen comunista, algo que conmovió a gran parte de la población rusa. Unos cuantos nostálgicos, como los miembros del partido de Simonenko, reivindican todavía la época soviética. Quiso prohibir la "propaganda homosexual" por considerar la homosexualidad como un factor ideológico de Occidente, como recoge Maria Teteriuk en una profusa investigación realizada para la Universidad Autónoma de Barcelona, donde aparece con claridad la posición de los comunistas sobre el movimiento LGTBI. Además de perseguir a las personas LGTBI, el Partido Comunista ucraniano apoya la pena de muerte y las políticas natalistas.
¿Está la sociedad ucraniana preparada para promover el amor lesbiano, los desfiles gais y el llamado amor libre? Son ideas extranjeras y un fenómeno destructivo para la conciencia nacionalOksana Kaletnyk, exdiputada del PCU
Trayectoria de Simonenko
Simonenko lleva afiliado al ideario comunista desde 1978. Participó junto a otros camaradas en el golpe de estado de 1991, lo que condujo a la ilegalización del Partido Comunista de la URSS. No obstante, unos meses después se refundó bajo nuevas siglas. La caída de la URSS llevó a Rusia a una situación de caos y al surgimiento de movimientos mafiosos que controlaban de facto el país. En este contexto, el mensaje nostálgico de Simonenko caló en la población y le permitió ganas las elecciones legislativas de 1998. Sin embargo, perdería las presidenciales del 2000.
En 2006 forman grupo político en la Duma con los separatistas prorrusos de la Alianza de Unidad Nacional. Pese a su postura comunista, en respuesta a la represión violenta de los trabajadores del petróleo en Zhanaozen (Kasajstán) en 2011, el periódico del partido de Simonenko condenó la rebelión de los obreros por causar inestabilidad política y apuntó como causante principal de la misma a los servicios secretos de Estados Unidos.
Pese a que diputados de Izquierda Unida como Garzón y Santiago califican de antidemocrática la ilegalización de este partido, lo cierto es que Simonenko votó a favor de las leyes que el gobierno de Viktor Yanukovych y Nikolai Azarovpretendían aprobaron en pos de la censura en internet y la ampliación de los poderes represivos de los órganos del Estado. Otra de las contradicciones del partido se muestra con claridad en su postura con los oligarcas. Oficialmente se oponen a los mismos, pero no tienen problema en aceptar su financiación. Konstantin Grigorishin, oligarca y multimillonario ruso con intereses empresariales en los sectores de la energía, transporte y construcción, patrocinó al PCU durante años. En 2014, Simonenko justificó la aparición de milicias prorrusas en el este "porque las milicias nacionalistas y ultraderechistas del oeste habían sentado un precedente".
Retórica de Putin
Más allá de lo que moralmente se pueda opinar de un partido como el PCU, las razones por las que Zelenski mantiene su ilegalización y la de otros 11 partidos de "izquierdas" son estratégicas, como argumenta el periodista especializado en Relaciones Internacionales Felipe Sahagún. "Está claro que los servicios de espionaje ucranianos han hecho un seguimiento de estos partidos. Se han ilegalizado aquellos que estaban recibiendo dinero del Kremlin y eran cadenas de transmisión. En una situación de paz, podría ser denunciable, pero estamos en una guerra".
La retórica de Simonenko sobre la invasión sanguinaria y criminal de Ucrania por parte de Rusia es netamente la de Putin. En su discurso también aparecen "nazis" y los malos de la película son la OTAN y Europa. Poco antes de que estallase la guerra, el líder del PCU afirmó que había una triple alianza entre "Reino Unido, EEUU y Polonia" con "el régimen de oligarcas nazis de Ucrania" para redistribuir el territorio europeo. Vino a señalar que solo un "estúpido" no se daría cuenta de que los medios occidentales estaban provocando una histeria colectiva sobre la posibilidad de una guerra entre Ucrania y Rusia para enemistar a ambos pueblos. Comparó, de hecho, estas advertencias occidentales -que finalmente se cumplieron- con la excusa de Hitler para invadir Polonia -la ocupación de una radio alemana-.
Similitud con Podemos
A pesar de que los hechos le han llevado la contraria no ha habido rectificación por su parte. En la misma línea que los dirigentes de Unidas Podemos, defiende la resolución del conflicto por la vía diplomática. A él, como a Pablo Iglesias, Irene Montero o Ione Belarra, también le parece mal que se envíen armas a Ucrania: "¿Acaso los americanos y los ingleses quieren la paz mandando armas a Kiev?".
Cualquier país sabe que su seguridad depende no solamente de sus mecanismos de defensa, sino de no provocar amenazas a otros paísesEnrique Santiago, líder del PCE y secretario de Estado de la Agenda 2030
La renuncia a formar parte de la OTAN no ha sido suficiente para Rusia, y muchos siguen preguntándose qué es eso de la diplomacia de precisión. De momento, este acicalado concepto se ha traducido en cero propuestas para Ucrania o los refugiados ucranianos por parte de Podemos e Izquierda Unida. En una reciente entrevista a 'La Marea', el líder del Partido Comunista Español ha demostrado estar en consonancia con su homólogo ucraniano en lo que a la guerra se refiere. En la misma, vuelve a abogar por la diplomacia y a criticar el envío de armas por considerarlo "ineficaz". Además, deja la siguiente sentencia: "Cualquier país sabe que su seguridad depende no solamente de sus mecanismos de defensa, sino de no provocar amenazas a otros países". Se refería a Ucrania, un país invadido y que ha sido testigo de masacres como la de Bucha.