España

Padres homosexuales sobre el veto de Montero a los vientres de alquiler: "Es estigmatizador"

El colectivo LGTBI está dividido por la medida de perseguir la subrogada. Mientras que muchas asociaciones la defienden por motivos "feministas", las familias homosexuales se muestran radicalmente en contra

Mucho se ha dicho estos días sobre la nueva ley del aborto, ideada por Irene Montero y su ministerio de Igualdad. Entre otras cosas, se recoge como violencia contra las mujeres la gestación subrogada y se determina que los tribunales españoles podrán perseguir a las parejas que recurran al extranjero para ello. Se trata de una medida que no ha sentado muy bien en ciertos sectores de la comunidad LGTBI, por ser uno de los promotores y porque se puede ver especialmente perjudicado.

También Ciudadanos, el único partido con representación parlamentaria que defiende los vientres de alquiler, ha mostrado su rechazo a esta medida en innumerables ocasiones. Ya en 2021, cuando la cartera de Igualdad anunció sus planes, el partido naranja se pronunció para defender a "todas las familias".

La Asociación de Familias LGTBI Galehi se muestra totalmente en contra de la “persecución jurídica” que se va a llevar a cabo contra las familias que recurren a la gestación subrogada para poder tener hijos. Bajo su punto de vista, es “absurdo y estigmatizador”, especialmente para los niños. “El colectivo LGTBI hemos recibido muchos golpes a lo largo de la historia, estamos acostumbrados a pelear y ya tenemos herramientas para defendernos. Pero los niños no saben protegerse de esos ataques y son las principales víctimas de la estigmatización”, explica el portavoz de Galehi en conversaciones para Vozpópuli.

“Si trasladas a la sociedad que un tipo de familia es mala, también estás transmitiendo que esos niños son malos. Sin ir más lejos, mi hijo ayer viendo las noticias me preguntó. “Papá, ¿por qué a mí no me quieren?””, apunta.

Sin embargo, no todo el colectivo se muestra a favor. Emma Solano Dueñas, coordinadora de la Asociación LGTBI de la Comunidad de Madrid Arcópoli explica que en su asociación, que no representa únicamente a familias homosexuales, defienden la total “prohibición de la gestación subrogada” y rechaza que “se legalice o promueva en cualquiera de sus formas, tanto en su vertiente mercantil como altruista”.

El motivo de esta posición es que, bajo su punto de vista, la gestación subrogada ataca los derechos humanos, especialmente los de la mujer. “Su posible regulación es un riesgo para los derechos de todas las personas con capacidad para gestar y contraviene los objetivos de emancipación de las mujeres, dañando al conjunto de la sociedad”, apunta Solano.

El lugar de la gestante

El papel de la mujer es clave en esta problemática. Desde Galehi explican que es injustificado hablar de violencia contra la mujer en la gestación subrogada, “porque ellas lo hacen libremente”, y creen que supone “infantilizar a la mujer”, pues supone quitarle su derecho a decidir.

Sin embargo, desde Arcópoli se muestran en la posición contraria y aseguran que no hay nada de feminista. “Los contratos de gestación subrogada ponen un montón de condiciones y otorgan en muchos casos el poder de decisión a los llamados “padres de intención” sobre temas que afectan al cuerpo de la gestante. Nos parece una frontera muy peligrosa para cruzarla y no se puede utilizar el concepto “libertad” de manera irresponsable”, explica la coordinadora de la asociación madrileña.

¿Qué pueden hacer entonces aquellas parejas que quieren tener hijos con sus genes y, que por diversos motivos, no pueden? Tanto Arcópoli como otras asociaciones que se muestran en contra de la gestación subrogada defienden que la paternidad con los propios genes no es un "derecho", sino un "deseo". Y hay que aceptarlo como tal. "La adopción, claramente, es una solución. Y lo que hay que hacer es trabajar para simplificarla, acelerar los procesos y que no se pongan trabas a parejas del mismo género o personas solas", defiende Emma Solano.

Ciudadanos, a favor de la subrogada

Ciudadanos, el único partido con representación parlamentaria que defiende esta causa, tiene mucho que decir. Ante esta modificación de la ley, mantienen el discurso que han tenido hasta ahora al respecto. Cuando en octubre de 2021 se hizo pública la intención de Irene Montero de considerar 'explotación reproductiva' la gestación subrogada en su próxima ley del aborto, la formación política reaccionó asegurando que el Gobierno volvía "a poner en la diana a miles de familias españolas que recurren a la gestación subrogada para poder tener un hijo". "Los liberales seguiremos defendiendo a todas las familias y una ley de gestación subrogada garantista y altruista", defendieron entonces.

En su programa electoral, en el primer apartado destinado a las familias, desarrollan su defensa a los vientres de alquiler. "Impulsaremos una Ley de Gestación Subrogada altruista y garantista para que las mujeres que no pueden concebir y las familias LGTBI puedan cumplir su sueño de formar una familia. Nuestro modelo altruista de gestación por sustitución, similar al de Canadá y Reino Unido, garantizará los derechos de todas las personas intervinientes en el proceso, en especial los de las mujeres gestantes y los de los menores nacidos mediante esta técnica de reproducción asistida", se puede leer.

Una decisión muy recurrente entre los famosos

Llama la atención también la cantidad de famosos que, incluso teniendo un pensamiento cercano al ministerio de Igualdad, han recurrido a los vientres de alquiler para tener hijos con sus genes. Javier Cámara, Miguel Poveda, la baronesa Thyssen, Tamara Gorro, Jaime Cantizano… La lista de rostros conocidos que han recurrido a este método de paternidad es muy larga. De hecho, muchos de ellos han manifestado en incontables ocasiones su posición con respecto a la regulación de los vientres de alquiler.

De todos ellos, la que más ha defendido públicamente este método es la influencer Tamara Gorro. Junto a su marido, el exfutbolista Ezequiel Garay, tuvo a su hija Shaila por vientre de alquiler en el año 2015. Y desde entonces, se ha convertido en una abanderada de la causa. En multitud de ocasiones la ha defendido a través de sus publicaciones e historias de Instagram. En el año 2019, después de que criticaran el origen de su hija, aseguraba que “ni mi hija ni ningún otro niño que haya nacido por estos métodos son productos, no son un champú ni un colchón”.

En esos mismos stories, aseguraba que no hay ninguna diferencia entre un niño nacido por método natural y otro nacido por gestación subrogada.

Por ahora, ninguno de ellos se ha manifestado abiertamente sobre este asunto de considerar a los vientres de alquiler como violencia contra la mujer y que los tribunales españoles puedan juzgar a quienes acudan al extranjero para recurrir a estos métodos.

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