España

La llegada masiva de hooligans a Sevilla y la violencia abren un debate sobre su limitación

Durante este pasado miércoles, en las horas previas de la celebración de la final de la Europa League, los aficionados del Eintracht de Fráncfort alemán y del Rangers escocés provocaron grandes disturbios

Las imágenes de los enfrentamientos entre aficionados del Eintracht de Fráncfort alemán y del Rangers escocés horas antes de la final de la Liga Europa en el Sánchez Pizjuán en zonas cercanas al estadio sevillista han corrido como la pólvora en todas las televisiones y han abierto un debate político sobre la organización de este tipo de acontecimientos y su repercusión en los ciudadanos por la llegada masiva de personas.

Durante tres días, aficionados de ambos clubes han ido llegando a la ciudad dándole un colorido entre azul y naranja -del Rangers- y blanco -del Eintracht- pero el grueso de hinchas arribó en la ciudad andaluza en la noche de la víspera y la mañana del día del partido, con lo que los casi 800.000 habitantes de Sevilla tuvieron que convivir con unos 150.000 aficionados, aunque el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán cuenta con capacidad para 40.000 espectadores.

Dos días antes de la final, el Ayuntamiento de Sevilla emitió un oficio que solicitaba que se retiraran todos los elementos que forman parte de la terraza de veladores de las zonas más próximas al estadio para evitar incidentes, ya que el partido estaba declarado de alto riesgo, y para el que se desplegó un dispositivo de seguridad que alcanzó los 5.500 agentes y previó restricciones de estacionamiento en diversos espacios.

Sevilla se preparó debido a los malos precedentes

Sevilla había contado semanas antes con unos malos precedentes tras el partido que enfrentó al Betis con el Eintracht, ya que los aficionados alemanes protagonizaron una batalla campal con los del West Ham inglés, que en la jornada siguiente se enfrentaba con el Sevilla.

El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz (PSOE), ha destacado a los periodistas lo "complicado" que supone limitar el número de asistentes que llegan a la ciudad con ocasión de los eventos, especialmente los deportivos, y ha reconocido que le hubiera gustado que el número de aficionados se hubieran limitado al aforo del estadio pero existe libertad de desplazamiento y se desplazaron 150.000.

No obstante, los incidentes llegarán al próximo pleno municipal de mano del portavoz de Ciudadanos (Cs), Álvaro Pimentel, quien ha anunciado que va a pedir al alcalde que dé "una explicación convincente a los sevillanos" sobre el "absoluto fracaso" del Gobierno municipal en la organización de la final de la Europa League de fútbol.

Tras los incidentes ocurridos en la víspera del encuentro, el candidato del PP, José Luis Sanz, denunció en redes sociales la existencia de "peleas, lanzamiento de objetos, destrozo del patrimonio y botellones en pleno Ayuntamiento", y tras destacar que no quería ser alarmista recordó que "5.500 agentes tienen difícil controlar a los 150.000 aficionados que se esperan: la permisividad y falta de previsión del alcalde nos pueden salir muy caros", dijo.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Sevilla y Provincia, Antonio Luque, ha explicado que “con millones de espectadores en todo el mundo que seguirán el evento a través de la televisión y más de cien mil visitantes, el partido posiciona a la ciudad en el escaparate al que mirará el mundo entero”, una visibilidad que se estima que ha tenido un impacto de unos 60 millones de euros.

La inyección económica se repartirá entre hoteles, comercio, hostelería y otros sectores como el transporte público, mientras que las empresas cerveceras locales calculan la venta de 6.000 barriles adicionales, lo que supuso unos 300.000 litros en la jornada previa al partido y el día de su celebración.

Pero el de los incidentes no ha sido el único punto polémico de la celebración de esta final deportiva, sino también el de la limpieza de la ciudad. El Ayuntamiento puso en marcha un plan especial e instaló 110 urinarios en la zona de mayor afluencia de público y evitar con ello experiencias anteriores con hinchas llegados de otros lugares que se saldaron con toneladas de basura en el centro histórico de la ciudad.

Aficionados lanzándose a la ría de la Plaza de España subiéndose a la balaustrada de cerámica para saltar como un trampolín, utilización de algunas fuentes para bañarse, botellonas en la Plaza de San Francisco, el uso de espacios públicos, zonas verdes y monumentos para instalar eventos de la final, son algunas denuncias aparecidas en las redes, en las que se pueden ver también lamentos por las calles sucias. Como si se hubiese producido una batalla campal.

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