Francisco Javier C.V., el sacerdote detenido en Vélez-Málaga, tenía una larga lista de sospechas que se había incrementado en los últimos años. Su novia oculta, una feligresa de su parroquia en Melilla, fue la que descubrió la serie de agresiones sexuales que realizaba y grababa durante peregrinaciones y convivencias religiosas, según informan a Vozpópuli fuentes de la investigación. Esta chica comunicó al Obispado de Málaga la situación y la Iglesia decidió trasladar al hombre bajo el pretexto de que tenía problemas de "salud", antes de ser detenido por la UFAM de la Policía Nacional, según informan a Vozpópuli fuentes de la investigación.
El sacerdote, de 34 años, había efectuado desde los inicios de su trayectoria múltiples entrevistas por su juventud. Su madre, que fue monja antes de su embarazo, fue la que le inculcó la vocación religiosa. "Lo que sí tengo claro es que, desde que naces, Dios tiene un proyecto para ti", explicó en una entrevista en La Voz de Málaga hace diez años cuando era seminarista.
Premios para un cura que ayudaba en la cárcel
En esas declaraciones manifestó su rechazo a informaciones recientes: "Estos escándalos de pederastia son una vergüenza. Es importante que la Iglesia haya tomado la decisión de ponerlos en manos de la Justicia. Con la premisa de que esas personas no deben ser juzgadas de forma pública, esperemos que puedan ser juzgadas por la justicia y a continuación que la Iglesia tome una decisión".
Su 'vocación' no impidió que a lo largo de los años continuara manteniendo relaciones con mujeres, incluso después de ya ser ordenado sacerdote en 2017. El 16 de julio de 2021 fue designado capellán de la cárcel y párroco de Santa María Micaela en Melilla. Los agentes sospechan que las agresiones se repitieron de forma continuada desde 2017 a 2019. Con el avance de las diligencias sabrán si sucedieron también en años anteriores y posteriores.
En esta ciudad autónoma incluso recibió en 2022 el segundo premio del concurso 'Cruces de Mayo' gracias al proyecto Voluntariado Cristiano de Prisiones que otorgaba una cantidad de 800 euros. Fue otorgado en agosto del año pasado, que fue el mes donde comenzó su final.
Por esa fecha, el sacerdote llevaba tiempo manteniendo una relación con una de las feligresas de su comunidad. De forma oculta se consideraban novios. Esta mujer ha sido la clave para descubrir toda su terrorífica maquinaria, según informan fuentes de la investigación.
Una mañana, cuando se levantó en la casa que compartía la pareja, se metió en su ordenador personal. En uno de sus discos duros localizó decenas de fotografías y vídeos de mujer semidesnudas que estaban sedadas mientras sufrían agresiones sexuales. A algunas de las víctimas incluso las reconoció de la parroquia de Melilla.
La Iglesia borra su rastro: fotos y entrevistas eliminadas
Esta chica rápidamente se puso en contacto con el Obispado de Málaga. Sus responsables solicitaron que denunciara ante la Policía Nacional. De forma paralela, el sacerdote fue trasladado de forma discreta a su municipio natal en Vélez-Málaga. La 'excusa oficial' es que Francisco Javier padecía problemas de "salud" aunque conocían, la denuncia y que tenía una pareja oficial. Los pueblos donde estaba acudiendo en la actualidad son Yunquera y El Burgo, en Málaga.
Fue finalmente detenido el pasado 11 de septiembre. La Diócesis de Málaga ha borrado entrevistas con este hombre y ha eliminado su foto de la base de datos, según ha podido comprobar Vozpópuli.
Una vez que este lunes se conoció la noticia lanzaron un comunicado de prensa en el que lamentaron "profundamente el daño que esta situación implica". "Conmovidos por el mal infligido, no podemos más que manifestar nuestro dolor como comunidad católica comprometida con el cuidado y el servicio a toda la sociedad, especialmente a los más débiles y necesitados", añadieron.
Asimismo, aseguraron que "desde que se conocieron los hechos, este Obispado colabora con los requerimientos de la Justicia y continuará ofreciendo su cooperación para cuantas gestiones sean necesarias con el fin de facilitar la investigación que aclare los hechos".
La investigación en torno a este sacerdote fue realizada en un principio por la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla. Los agentes revisaron los vídeos y las fotos requisadas y el caso pasó a manos de la UFAM central debido a la cantidad y localización de las víctimas.
Se buscan víctimas del sacerdote
Por el momento, los funcionarios han identificado a cinco de las mujeres de los vídeos. El 'modus operandi' de este religioso estaba totalmente planificado: aprovechaba las peregrinaciones y los viajes de su parroquia para sedar a las víctimas y agredirlas sexualmente. Las chicas no descubrieron que fueron abusadas hasta que la Policía no se puso en contacto con ellas.
Los agentes de la UFAM sospechan que el número de mujeres agredidas podría incrementarse notablemente. Francisco Javier ha residido en Málaga, Melilla y Córdoba por lo que el trabajo se centra en estos puntos y conocer su entorno en los años que estuvo en estas ciudades.
Ahora, la labor de los agentes de la UFAM tiene como objetivo identificar a más víctimas y en conocer si el sacerdote subió las mismas a páginas pornográficas. Esa es una de las hipótesis que se tienen sobre la mesa, pero que no ha podido ser confirmada por el momento. Pierde fuelle pero tampoco se descarta. Mientras, el sacerdote ha vuelto a la cárcel. En este caso tendrá que estar al otro lado de las rejas.
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