“El Frankenstein está blindado”. Así ironiza un miembro de Podemos para hablar del resultado electoral en el Congreso de los Diputados sobre los Presupuestos. Los 188 votos cosechados el pasado jueves en la Cámara Baja refuerzan al partido morado. Y dan oxígeno al vicepresidente Pablo Iglesias frente a los rumores que provienen de Bruselas, que apuntan al interés de sectores de la Comisión Europea para que España gire hacia el centro y busque una alianza con Ciudadanos.
Algunos miembros de Podemos creen que la batalla que se libra en el Congreso sobre los Presupuestos tiene una derivada europea. El Partido Popular está trabajando activamente en Bruselas para difundir la idea de que España tiene un Gobierno débil y que Pedro Sánchez y su socio morado están poniendo en peligro algunos pilares democráticos.
Todavía no se han activados las alarmas, pero fuentes de la Eurocámara reconocen que algunos comisarios miran con preocupación a España. Empleo y Economía, pero también Justicia, estudian de cerca los asuntos internos de España, según estas fuentes. Y han advertido a algunos eurodiputados de que no avalarán medidas políticas que consideren contrarias a la senda fijada por el anterior gobierno de Mariano Rajoy. En particular, en el ámbito laboral.
El 'Varoufakis español'
Nadie oculta que el trabajo del PP, y también de Ciudadanos, está fomentando en Europa a los grupos de presión liberal-conservadores para que Sánchez de un giro hacia el centro en los próximos meses. Los fondos europeos y la necesidad de que España no se desestabilice ofrecen argumentos de peso en una compleja crisis como la del coronavirus. El propio Iglesias ha alimentado en algunas entrevistas (la de Financial Times del pasado mes de mayo fue muy sonada en los pasillos comunitarios) los fantasmas que le describen como el "nuevo Varoufakis español".
Un miembro del PP conocedor de esos movimientos lo resume así: “En Bruselas están muy mosqueados con Iglesias. No quieren consolidar una forma de hacer política basada en el populismo. Prueba de ello es que Bruselas contesta a todo. El problema es que este es un gobierno anti business friendly. Y la UE quiere que empresas grandes y pequeñas participen en la recuperación, así que no van a dar dinero para consolidar un gobierno bolivariano en España”.
Iglesias empezó su carrera política como eurodiputado y es consciente de que parte de su futuro pasa por Bruselas. Personas cercanas a la cúpula morada recuerdan que en Italia el presidente Silvio Berlusconi perdió su mayoría tras un diktat de Angela Merkel y en un contexto parlamentario fragmentado como el español. Es por ello que haber reforzado la mayoría de la investidura implica para Iglesias un importante pasaporte de estabilidad europea.
Sassoli, el amigo europeo de Iglesias
Una de las patas de su diplomacia paralela se dirige, de hecho, hacia Europa. Concretamente hacia los segmentos de la familia socialista menos críticos con los morados. Entre los valederos de Iglesias se encuentra el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, miembro destacado del partido Democrático italiano fundado por Romano Prodi.
Fuentes de Podemos aseguran que Sassoli mantiene una buena relación con Iglesias. El presidente del Parlamento ha invitado al vicepresidente segundo a Bruselas y ha tenido conversaciones en los últimos meses con él. Otras fuentes europeas y diplomáticas confirman la sintonía entre ambos dirigentes.
Durante su intervención en el Congreso el pasado jueves Iglesias lanzó su órdago. "Siento decirles que van a tener Gobierno socialcomunista para rato", afirmó. Habló de una “mayoría parlamentaria" que se encuentra "consolidada y reforzada, con grupos que han pasado de la abstención al 'sí'". Con 188 diputados y una "alianza estratégica" estable con los nacionalistas, Iglesias se siente más fuerte que hace dos meses. Y puede mirar a Europa de manera más desafiante.
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