Cada día que pasa aumenta la tensión en Unidas Podemos. La decisión de Pablo Iglesias para dejar el Ejecutivo de Pedro Sánchez y lanzarse en las autonómicas madrileñas generó sorpresa y cierta inestabilidad a niveles intermedios de la formación. Podemos es un partido que se ha ido acostumbrando a tener una guía muy vertical, pero el silencio con el que Iglesias preparó su estrategia y el temor a lo que pueda ocurrir el 4 de mayo ha alimentado las voces que piden al secretario general dar un paso al lado en el caso de fracaso. Podemos empezó su precampaña aspirando a ganar la pugna de la izquierda alternativa con Más Madrid, pero ahora asume que será un "éxito" entrar en la Asamblea.
El equipo de Iglesias ha empezado a difundir con sutileza la idea de que aunque el candidato no de el sorpasso a Más Madrid, su táctica debe considerarse exitosa por el simple hecho de haber permitido a la formación entrar en la Asamblea de Madrid. Cuando Isabel Díaz Ayuso adelantó las elecciones, todos en la cúpula morada coincidieron en que desaparecer del mapa madrileño (Podemos quedó sin concejales en el Ayuntamiento después del golpe de Carmena) significaba la disolución del partido por la vía de los hechos. Concluyeron que la opción de Isa Serra no era viable, tal y como adelantó Vozpópuli, e Iglesias decidió dar el paso.
Más de 150.000 votos
Ahora, todas las encuestas dan a Iglesias entre cuarta o quinta fuerza, por detrás del PP, PSOE y Más Madrid. Las primeras expectativas han saltado por los aires. Y los de Iglesias se agarran al clavo ardiendo de superar la barrera electoral del 5%. Ese umbral corresponde alrededor de 150.000 votos, y en Podemos recuerdan que en las elecciones generales de 2019, con Iglesias de cabeza de lista, Podemos cosechó 228.000 papeletas en Madrid.
Los principales sondeos vaticinan un resultado alrededor del 7% para los morados, con un efecto Iglesias que tarda en despegar. Ante las dificultades, se trata de construir un "relato" que permita a Iglesias caer de pie pase lo que pase el 4-M. Ese relato pasa por valorar el “sacrificio” de Iglesias como algo necesario para evitar --o por lo menos haber intentado-- el triunfo de la derecha. "Ser el salvador de la patria", deslizan con algo de ironía en Unidas Podemos.
Ayuso lidera las encuestas, pero en Podemos creen que falta tiempo y que la pugna está muy reñida. Es decir, que confían en que si Ciudadanos entra en la Asamblea es posible desalojar al PP de Ayuso del Palacio de Sol, sede del gobierno regional. El próximo 21 de abril la televisión pública TeleMadrid emitirá el debate a seis y el equipo de Iglesias confía en ese momento a recuperar algo de terreno en las encuestas.
Evitar atacar al PSOE
La estrategia electoral de Iglesias consiste de momento en evitar el conflicto directo con el PSOE, con quien Iglesias confía pactar si salen los números. De hecho, en Podemos algunos aseguran que Iglesias pedirá a Sánchez entregar el gobierno autonómico a cambio de blindarle en la Moncloa. En Podemos deslizan esa opción, a la vez que defienden que "sería lo justo" porque sostienen que, sin el paso de Iglesias, el triunfo de Ayuso sería aplastante.
La movilización será clave. El equipo de Sánchez en la Moncloa, no siempre con el apoyo del candidato Gabilondo, espera que la cuarta ola de contagios frene la participación de los mayores, tradicional granero de votos de los populares. Sin embargo, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos asumen que la campaña de Ayuso está siendo un éxito y que su electorado está muy movilizado.
Control del partido
Por el otro lado, en Más Madrid se percibe optimismo. A tal punto que internamente creen sacar hasta 17 escaños, o sea casi igualar el resultado de 2019 cuando Íñigo Errejón competía en tándem con Manuela Carmena y esta vez con una candidata, Mónica García, objetivamente poco conocida. Si Más Madrid logra 17 escaños entraría en la Asamblea también Tania Sánchez, quien pidió a García mantenerse al margen para afianzar la construcción del partido y lograr representación en otros territorios. Como desveló Vozpópuli, este es el verdadero plan de Más Madrid en el corto plazo.
La clave para el futuro de Podemos es que Iglesias entre en la Asamblea, que internamente se perciba su resultado, aunque sea objetivamente decepcionante, como algo necesario para mantenerse al mando de la formación o aupar a Irene Montero sin demasiados problemas. El equipo de dirigentes pablistas, desde Rafa Mayoral hasta Enrique Santiago, actual jefe del PCE, lo tiene muy claro. “Los de Irene quieren que Iglesias siga, no hay alternativa”, afirman fuentes de Podemos que defienden a Iglesias como el secretario general indiscutible.
“No existe Podemos sin Pablo Iglesias. Esto hubiera podido ser otra cosa, pero no lo fue”, comentan desde la formación morada algunos dirigentes que, en cambio, creen Iglesias debería dar un paso al lado si se convierte en tercera fuerza de la izquierda, en lo que llaman el "espacio de la marginalidad". De hecho, aseguran que poco después de Madrid se abrirá el problema de las autonómicas en Andalucía. “¿Quién va en Andalucía de candidato contra Teresa? ¿Otra vez Pablo?”, se preguntan.
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