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Una impresora 3D ‘salva’ la mayor odisea del Ejército del Aire en su historia reciente

Los integrantes del Ejército del Aire en el Pacific Skies solventaron un contratiempo en Alaska, antes de dar el salto a Japón, gracias a esta tecnología

Las crónicas de aventuras de finales del siglo XIX y principios del XX evocan hazañas nunca antes logradas, en la que individuos audaces alcanzaban hitos hasta entonces imbatidos. Evocando ese espíritu, el Ejército del Aire y del Espacio ha culminado la que, a juicio de sus integrantes, constituye su mayor odisea en su historia reciente. Hablamos de dar la vuelta al mundo a bordo de cazas de combate, junto a Francia y Alemania, con el apoyo logístico de otras aeronaves militares. Una hazaña no exenta de vicisitudes, que ha obligado a sus miembros a recurrir a soluciones hasta ahora insólitas.

Un puñado de miembros del Ejército del Aire y del Espacio se reúnen en Morón de la Frontera para detallar algunos de los desafíos y conclusiones del Pacific Skies 24, que en 56 días de operación les ha llevado acumular 400.000 horas de vuelo a bordo de cuatro Eurofighter (de las Ala 11 y 14), dos A400M (Ala 31) y un A330 (del Grupo 45), con dos rotaciones compuestas cada una de ellas por 120 efectivos.

Pero insisten en que el triunfo cosechado en el Pacific Skies es "de todo el Ejército del Aire y del Espacio", en palabras del Jefe del Estado Mayor del Aire, el teniente general Francisco Braco Carbó: "Esto demuestra que estamos para actuar cómo y donde se nos requiera en defensa de los intereses de los españoles".

Algunos de los pilotos participantes en la operación recuerdan algunos de los contratiempos a los que se han enfrentado durante su expedición. El teniente Hugo Millán (Ala 31), el teniente Pérez López (Ala 14) y el comandante Fernando Rojas (Ala 11) recuerdan aquel ave con el que impactó un Eurofighter español en Alaska, que obligó a cambiar el motor de la aeronave. El de repuesto ya se había enviado a Australia, por lo que hubo que recurrir a uno alemán y acoplarlo al caza del Ejército del Aire, con la consecuente reconfiguración del software.

Impresora 3D

Pero uno de los casos más singulares fue cuando preparaban el salto desde Alaska rumbo a Japón; probablemente una de las etapas más complejas, toda vez que debían sobrevolar el patio trasero de Rusia: "Contemplábamos la posibilidad de que algún avión ruso saliera a interceptarnos, pero sabíamos que no iba a pasar más que eso; al final, no lo hicieron".

Coincidiendo con ese desafío, los integrantes del Pacific Skies encontraron un problema en una pieza metálica de uno de los Eurofighter. Trasladarla desde España lastraba la expedición y los planes compartidos con los pilotos alemanes y franceses, así que optaron por buscar la pieza en su entorno más cercano.

¿Cómo hacerlo? "Recurrimos a una impresora 3D", detallan los militares del Ejército del Aire y del Espacio. Recibieron los planos desde España, fabricaron una pieza a su medida, la sometieron a una serie de certificaciones y, comprobada su validez, la instalaron en la aeronave.

En concreto, durante la estancia en la base aérea de Eielson, en Alaska, se desplazó un contenedor desplegable con el equipamiento preciso para completar el proceso de fabricación del componente aeronáutico.

"Esto no se había hecho nunca y nos abre muchas posibilidades -afirman los integrantes de esta vuelta al mundo-. Hasta ahora teníamos que viajar con muchas piezas como posibles recambios, pero si conseguimos solucionar algunos problemas con impresoras 3D facilitaría mucho la logística".

Los militares explican que una de las claves del éxito de la operación se debe a la planificación de cada uno de los "saltos" -como denominan a las etapas de un país a otro-, poniéndose "siempre en lo peor" para "hacer frente a cualquier imprevisto". En algunas de esas etapas no veían más que océano a su alrededor. ¿Dónde aterrizar en caso de urgencia?

A todo ello habría que sumar los trámites diplomáticos y burocráticos para que la expedición, tras partir desde España, llegase a Alemania, Canadá, Alaska, Japón, Australia y Nueva Zelanda, Malasia e India, hasta volver al final a nuestro país. Un desafío que también pretendía manifestar a los países del Indo-Pacífico la cercanía de los países europeos como aliados.

Mapa del Pacific Skies 2024
Mapa del Pacific Skies 2024

No en vano, en Alaska, Australia e India participaron en otros tantos ejercicios multinacionales, como lo fueron el Arctic Defender, el Pitch Black y el Tarang Shakti, respectivamente. Un esfuerzo que ha dejado escenas inéditas, como la de un piloto español a los mandos de un avión Sukhoi Su-30MKI, de las fuerzas aéreas indias.

El Pacific Skies

"Más que un viaje a través del mundo es el resultado de una colaboración de mucho tiempo", argumentan desde el Ejército del Aire y del Espacio. "La complejidad de las misiones que se han realizado durante el despliegue ha sido una excelente oportunidad para que nuestros aviadores se entrenen de forma realista en escenarios actuales y futuros, integrando capacidades tecnológicamente avanzadas e interoperables de varios países aliados.

Además de los aviones de las citadas unidades, en el Pacific Skies han participado de forma directa efectivos del Escuadrón y del Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA y SEADA), de las Unidades Médicas Aéreas de Apoyo al Despliegue (UMAAD) de Madrid y Zaragoza, el Centro Logístico de Armamento y Experimentación (CLAEX) y de la Maestranza Aérea de Albacete (MAESAL).

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