Diego García, exgerente de la filial colombiana del Canal de Isabel II, ha declarado este viernes al juez del caso Lezo que la idea de cobrar 5,4 millones de dólares en comisiones por la compra de la empresa brasileña Emissao en 2013 partió de Ignacio González, quien estaba totalmente al corriente de la operación.
García ha declarado por segundo día ante el juez del caso Lezo en la Audiencia Nacional y ha detallado las comisiones que se pagaron en la compra de Emissao, una empresa por la que el Canal abonó, a través de la filial colombiana que él gestionaba (Inassa), 29 millones de dólares y que después perdió su valor hasta los 5 millones.
Según han informado a Efe fuentes presentes en su comparecencia, García ha dado más detalles de esas comisiones, que recibieron, además de él mismo y del expresidente madrileño, ex delegado del Gobierno en Ceuta Luis Vicente Moro, el hombre fuerte de González en Latinoamérica Edmundo Rodríguez Sobrino y Ramón Navarro, que fue gerente Triple A, propiedad de Inassa.
García ha dicho que el ideólogo de que Emissao pagara las mordidas fue González, que estaba al tanto de toda la operación y que daba las órdenes a Rodríguez Sobrino, brazo ejecutor de la misma. El expresidente madrileño, ha insistido, se llevó 1,8 millones de dólares y cada uno de los otros cuatro 900.000 dólares.
Ha explicado que los técnicos del Canal hicieron unas valoraciones de Emissao mucho más bajas del precio por el que se compró finalmente, pero González y Rodríguez Sobrino hicieron caso omiso de ellas y se basaron en otra más alta de la empresa Essentium, que dirigía Moro.
Según su versión, de esas comisiones también tenían conocimiento la exdirectora del Canal María Fernanda Richmond y toda la junta directiva de la empresa pública de aguas de aquella época.
Respecto a los pormenores de la negociación, ha relatado que él contactó con el propietario de Emissao, Sebastiao Cristovam, que le pidió 32 millones por la compra y se comprometió a pagar 6 millones en comisiones, pero García ofreció menos dinero y en un principio se rompió la negociación.
Pasado un tiempo, Cristovam le volvió a llamar y se reunieron en persona, cuando éste le escribió en una servilleta su última oferta, 29 millones, que García aceptó. En ese momento, Cristovam le advirtió de que al ser la venta de menos cuantía no le podía pagar 6 millones en mordidas, sino 5,4, a lo que García aceptó también.
También ha hablado de otra operación, la compra de la colombiana Inassa en 2001 por parte del Canal, que se investiga asimismo en Lezo y por la que ha sido llamado a declarar como investigado el expresidente madrileño Alberto Ruiz-Gallardón.
García pasó a ser gerente de Inassa años después y hoy ha explicado al juez que a él no le consta que se pagara ninguna comisión por esa operación, que se gestionó en la época de Gallardón como presidente de la Comunidad de Madrid, de la que depende el Canal.
Ha detallado que en 2016 Rodríguez Sobrino le dijo que sí se habían pagado comisiones por esa compra de Inassa, pero a él, ha insistido, no le constan esas mordidas. García también está siendo investigado en la causa que se sigue en Colombia por operaciones presuntamente fraudulentas del Canal y ha devuelto parte del dinero a la Justicia.
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