El reciente intento de Diego Torres, el ex socio de Iñaki Urdangarín en el Instituto Nóos, de pactar con la Fiscalía una salida a su situación judicial no es el primero que protagoniza desde que el caso Palma Arena destapase su supuesta implicación y la del miembro de la familia real en la trama de malversación de dinero público. Hace meses, Torres se puso en contacto con el armador catalán José Cusí, íntimo amigo del rey Juan Carlos, para pactar con la Casa Real una línea de defensa que permitiera exculparle judicialmente tanto a él como a su mujer en el escándalo. El armador del 'Bribón' rechazó de plano realizar dicha labor de intermediación. Torres lo intentó entonces a través de otro empresario fuertemente conectado con el soberano cuya identidad se desconoce y que, finalmente, también fracasó.
El fracaso de la mediación llevó a Torres a plantear su agresiva estrategia de defensa actual
Así lo han relevado a Vozpópuli fuentes conocedoras de dichos contactos, que recalcan que la decisión de Torres de contactar con Cusí tenía como claro objetivo aprovechar la relación fraternal que éste mantiene con el monarca desde hace muchísimos años y que les ha llevado cuatro décadas de navegación en Palma de Mallorca. Cusí fue, de hecho, de los pocos que salió a defender al monarca tras su polémico viaje a Botsuana. El empresario catalán envió una carta al diario La Vanguardia en la que, tras hablar por teléfono con el entonces aún convaleciente don Juan Carlos, aseguraba que éste le había reconocido que el viaje posiblemente no fue "una decisión acertada". Eso sí, Cusí dio la cara por él como pocos: "Si repasamos su biografía, nadie puede poner en duda toda una vida de sacrificio por su país".
El fracaso de aquellos dos intentos del ex socio de Urdangarín propiciaron, según las fuentes consultadas, la guerra abierta en los últimos meses entre los dos dirigentes del Instituto Nóos y que han llevado a Torres a amenazar con desvelar decenas de correos electrónicos que no sólo demuestran la participación directa del yerno del rey en los negocios supuestamente fraudulentos de la trama, sino también la implicación de su mujer, la infanta Cristina, y del propio monarca. De los polémicos correos, el empresario ya remitió varios al juez José Castro, que instruye la causa, y cuyo contenido, conocido por la prensa, llevaron ayer a IU a presentar varios preguntas parlamentarias en el Congreso.
Una agresiva estrategia de defensa
La estrategia de defensa de Diego Torres está dirigida claramente a "no comerse el marrón él solo", en palabras del letrado que lleva la defensa de otro imputado. Ayer el diario El Mundo aseguró que presuntamente había llegado a exigir 10 millones de euros supuestamente por guardarlos comprometedores correos electrónicos contra el rey Juan Carlos.
Paralelamente, las defensas de ambos, con la colaboración de sendos mediadores jurídicos, se han reunido con el fiscal del caso para llegar a un posible acuerdo de autoinculpación y reparación económica del daño causado a cambio de que el ministerio público pida en el juicio para ambos y para la mujer de Torres una pena inferior a dos años, lo que les permitiría evitar ingresar en prisión. Sin embargo, dicha iniciativa tiene numerosas posibilidades de no prosperar ya que, como indican otros letrados presentes en la causa, "para que haya sentencia de conformidad es necesario que estemos todos de acuerdo, y a día de hoy eso es prácticamente imposible", añaden.
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