El 60% de los incendios forestales que se originan en España son intencionados. Pero.. ¿Qué hay detrás de las llamas? ¿Qué piensan los incendiarios para cometer estas acciones? Unas preguntas que son difíciles de responder ya que es un "asunto con muchas cabezas". Lo que sí parece claro es el perfil de estas personas: hombres rurales que no buscan una finalidad económica en sus actos, según han informado fuentes del instituto armado a Vozpópuli.
Una vez más los 'CSI' del fuego, los especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil, están teniendo un verano cargado de trabajo. Las comandancias de toda España han tenido que dejarse la piel investigando el origen de las llamas que han azotado la península durante esta etapa estival.
Ocho incendios resueltos
Hasta el momento ocho incendios han sido esclarecidos por estos agentes. El último fue el de Ateca en Zaragoza que calcinó más de 10.000 hectáreas. El origen de estas llamas estaba en los trabajos de reforestación y los agentes han citado como investigados a cinco trabajadores, a los que se acusa de un delito de negligencia grave.
La semana pasada, los agentes del SEPRONA detuvieron a un pirómano que fue el causante de las llamas en el Paraje Natural de Tinença de Benifassà en Castellón. También determinaron que el fuego en Navafría en Segovia fue originado por el tránsito de un vehículo por un camino.
Durante los últimos días, los agentes citaron como investigados a cuatro personas como presuntas autoras de las llamas que sufrieron las localidades de Palencia y Castellón en las últimas semanas.También concluyeron las diligencias de tres casos de incendios en La Rioja, Cáceres y Burgos.
En la mente de los incendiarios
Si algo tienen claro los investigadores del SEPRONA es que cada incendio, hay que estudiarlo como si de un homicidio se tratara. "No hay dos asesinatos iguales", recalca uno de estos agentes. Las motivaciones son diversas y muchas de ellas han variado a lo largo del tiempo.
Ahora, una gran mayoría de las llamas están provocadas por hombres del medio rural que pasan a ser incendiarios al cometer una negligencia con un resultado fatal. "Trabajar fuera de las horas permitidas con gran exposición a altas temperaturas, quemas no controladas o maquinarias antiguas que no han pasado revisiones", explican estas fuentes.
Cada vez es más improbable detectar que detrás de las llamas hay un pirómano. Este verano los agentes han detenido a uno de ellos. "Es una patología grave. Disfrutan de sus actos y no son conscientes de sus consecuencias. No son como los incendiarios accidentales", afirman.
Según informaron fuentes penitenciarias a EFE, en la actualidad hay 20 presos, todos hombres, repartidos por varias cárceles del país, acusados de provocar incendios forestales. Del total de reclusos, diez de ellos se encuentran internos en cárceles de la administración central. Ocho están condenados por provocar incendios forestales, uno aún se encuentra en prisión provisional y el otro con medida de seguridad, es decir, en un centro penitenciario psiquiátrico.
Las conductas de los incendiarios
La Fiscalía General del Estado de Medio Ambiente y Urbanismo promovió una investigación para dar con el perfil de las personas que originan las llamas en España. Este estudio contó con la participación de la Guardia Civil y la Universidad Autónoma.
El análisis de los datos reveló que estos incendiarios tenían cinco motivaciones: los que tienen un beneficio de las llamas, los que quieren venganza, las imprudencias graves y leves y los que actúan sin sentido. De ahí se supo que el perfil más común de estas personas es un hombre integrado en la sociedad, trabajador del campo, sin antecedentes ni trastornos mentales y que suele reconocer los hechos.
Menos pirómanos
Las últimas estadísticas de incendios elaborada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico corresponden al periodo del 2020. Unos datos que están alterados por el confinamiento y la pandemia. Más de las dos tercera partes fueron conatos. A pesar de ellos, la Guardia Civil investigó durante ese año 3.339 incendios y resultaron detenidas o investigadas un total de 437 personas.
La causa más frecuente de los incendios forestales intencionados fueron las prácticas tradicionales inadecuadas y el apartado de otros. En tercer lugar se encuentran los pirómanos o perturbados con un 19,39%. Es el porcentaje más bajo en los últimos cinco años. Unas cifras que podrían repetirse en los próximos meses cuando salga la memoria correspondiente al año pasado. Mientras tanto los agentes del SEPRONA siguen atentos para determinar qué hay tras las llamas.
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